viernes, 29 de junio de 2012

MOVIMIENTOS FISICOS NO FUNCIONALES

Hay muchos movimientos corporales dentro del repertorio conductual de una persona que no tienen función alguna. No tienen una relación funcional con ningún estimulo. La mayoría es auto estimulante, algunos pertenecen al grupo llamado signos neurológicos blandos, como la híper e hipoactividad, movimientos de pies y balanceo del cuerpo, perseverancia en la acción, trastorno del tono muscular, hipertonía cuando hay mucha presión o hipotonía cuando hay disminución en la fuerza muscular.
Los signos neurológicos blandos, al no ser patognomónico de un solo trastorno, es decir por no pertenecer a un solo trastorno, su presencia en el niño es motivo de discusión diagnóstica.  Lo que si se puede aceptar es que pueden servir como examen clínico individual para saber la maduración del sistema nervioso autónomo y para el clínico experto no debe pasar desapercibido.
Ningún signo blando por si solo es síntoma de trastorno o patología, debe estar dentro de un grupo de síntomas descubiertos en la evaluación.
La mayoría de estas conductas motrices no son necesarias y pueden ser reducidas y compensadas por  conductas socialmente más adaptativas y hasta estéticas.
Para lograr esto se debe utilizar el reforzamiento de otras conductas alternativas al movimiento indeseado. Se debe escoger un grupo de conductas alternativas para cada movimiento que se desea disminuir según corresponda la parte del cuerpo que ocupa el movimiento, así, si el problema esta en los brazos y manos las conductas alternativas pueden ser, hacer palmadas, ocupar sus manos en juegos de arena y reforzar positivamente la conducta nueva. Si el movimiento indeseado esta en los pies, los bailes, y pasos escénicos, así como ejercicios físicos pueden servir. En todo caso hay que tener especial cuidado en entrenar la conducta que no se parezca a la conducta que queremos extinguir. Una vez que la conducta entrenada se le haya reforzado lo suficiente aparecerá con más frecuencia. Se debe ignorar completamente el movimiento indeseado cuando aparezca. El efecto se debe a que dos conductas opuestas no pueden existir dentro de un organismo. Es decir no puede coexistir la calma con el movimiento, el miedo con la relajación, un movimiento a la derecha e izquierda simultáneamente.
Además, al reforzar constantemente el movimiento deseado, este se hará operante, es decir, se establecerá una relación funcional entre la conducta nueva y las consecuencias que de ella derive.
El reforzamiento diferencial de otras conductas es una práctica positiva para reducir conductas indeseadas, no se utiliza el castigo que podría significar una iniciación de una funcionalidad que no se quiere, además de que al  no castigar al niño por su movimiento estereotipado, lo entrena para recibir el estimulo reforzador, si lo castigara, es mas probable que la conducta motriz indeseada se mantenga, debido a la huida del niño de la situación y la negativa de ayudar en el problema.

miércoles, 20 de junio de 2012

EL PEQUEÑO CONDUCTISTA CAPITALISTA (REFORZAMIENTO INTERMITENTE)


Juan se acerca a un expendedor de gaseosas, mete su moneda y cae una botellita de plástico conteniendo el refrescante líquido.  Pedro va a un casino de esos en que se gasta miles de soles en sus maquinas tragamonedas, mete el billete y aprieta el botón que da puntos, esos puntos por lo general y a la larga, suman menos de lo que vale el billete o lo que Pedro gastara en una noche.
Ahora bien, ¿Qué pasaría si Juan mete una moneda en el expendedor de gaseosa y no cae ninguna botella de plástico con el refrescante líquido? Tal vez Juan sea terco o tendría mucha sed que vuelva a meter otra moneda pero aun así, nada de botella, es más probable que no vuelva a meter ninguna otra moneda y vaya en busca de la tienda más cercana para aliviar su sed. ¿Pero qué ocurre con Pedro y su conducta de meter un billete a la maquina tragamonedas una y otra vez, aunque la ganancia sea menos de lo que mete en sus maquinas? Ahí es donde aparece el pequeño conductista capitalista. Si señores las maquinas tragamonedas están programadas para dar puntos de vez en cuando y así mantener la conducta de meter billetes y apretar el botoncito muchas veces. En otras palabras las maquinas tragamonedas están programadas con lo que en psicología de la conducta se llama reforzamiento intermitente. ¿Qué es el reforzamiento intermitente? Es una forma de otorgar un estimulo que refuerza algunas de las apariciones de la conducta. Para que exista el reforzamiento intermitente debe de haber existido primero un reforzamiento continuo, es decir, debe de haber primero existido un reforzamiento siempre que aparezca la conducta. Pero no es que las maquinas tragamonedas siempre haga que ganemos (el propietario del casino quebraria) lo que ocurre es que ya llegamos con un historial o repertorio conductual de ganancia (ya sea familiar, social o filial) que nos predispone ya y de por si al reforzamiento intermitente.
Ahora bien y a ver si me siguen con la explicación.  Después de un tiempo que se refuerza siempre la conducta, es decir,  que haya reforzamiento continuo, lo natural es que exista una saciedad por parte de la persona a quien se le refuerza. Por ejemplo, si  Miguel siempre encesta la bola en el baloncesto, es más probable que se canse y se aburra de meter todas las pelotas siempre. Podemos decir entonces que se ha saciado del entusiasmo primero que le dio el meter las pelotas en la cesta. Si María siempre es halagada por peinarse bien, se saciara de ese halago y tal vez aparezca despeinada en alguna parte para llamar la atención. Pues bien, eso es generalmente lo que ocurre cuando se refuerza siempre, es natural y consecuente.
Para efectos de mantener la conducta de  peinarse de María y de encestar la pelota de Miguel, es preciso que evitemos la saciedad. Y eso se hace con el reforzamiento intermitente. Es decir reforzando de vez en cuando la conducta de peinarse de María, y la conducta de Miguel de encestar la pelota. Pero tampoco queremos que la conducta de María y de Miguel desaparezca, por eso no dejamos de halagarlos, lo hacemos de vez en cuando, si lo dejamos de hacer, la conducta de María de peinarse siempre desaparecería y diríamos entonces que no está motivada.
Si quisiéramos eliminar la conducta del jugador habitual de los casinos, bastaría con programar las maquinas para que retenga los puntos con que premian, pero para el capitalista esto sería una locura, por eso el pequeño conductista capitalista (la maquina) no está programada para quedarse siempre con el dinero del jugador, a veces le da puntos que puede canjear y mantener la conducta de “intentarlo” de nuevo.

domingo, 17 de junio de 2012

PAPÀ


Por  lo general se cree que el amor hacia los hijos es natural y antropológicamente materno, es decir, solo la madre posee en exclusiva  el amor hacia los hijos. Sin ánimo de quitarle la importancia que tienen  ¡Y vaya que la tienen! Vemos que días antes, incluso semanas antes de celebrar el día de la madre, hay toda una parafernalia para compras, regalos y recordatorios que la madre es lo más importante y sublime  en la faz de la tierra. No ocurre así con el día del padre, los días antes de la celebración son más fríos y menos tiernos. Pero el amor que se puede sentir a los hijos no es exclusivo de ningún sexo, hay madres y madres, y hay padres y padres.

Cuál es la dinámica de las relaciones de los padres en cuanto al contacto con los hijos, ciertamente, separando la conducta amorosa, tienen roles diferentes. Mientras la madre protege acoge y resguarda al hijo en su seno, el padre es el encargado de sacarlo de ese seno y esa guarida de ternura, conectar al hijo con la vida diaria, con esa dureza que la caracteriza.. Mientras la madre transmite lo que dicen que es el amor, el padre enseña la moral y la responsabilidad. Mientras la madre acoge el padre da seguridad, mientras la madre esconde, el padre muestra, mientras la madre acaricia el padre castiga, mientras la madre amarra el padre suelta, mientras la madre es imagen el padre es modelo; opuestos que dan una nueva dimensión que se llama familia. No hay madre y padre a la vez, tampoco hay padre y madre a la vez.  Cada uno tiene su función, los dos se unen por el amor a los hijos. Cuando uno de los dos falta, el otro no lo sustituye, el faltante debe vivir en el recuerdo o en el modelo ausente, pero modelo al fin, socialmente ausente, aunque esta ausencia no debe llevar necesariamente al sufrimiento ni a un trastorno.

Muchos creen que el padre es sustituible, que no hacemos falta, que somos ausentes,  y naturalmente, menos imprescindible, nuestra conducta amorosa siempre esta en segundo plano después de la madre, seguramente  tenemos mucha culpa en eso, pero hay padres que no quieren ser ausentes, que quieren estar presentes, aunque sea en el recuerdo, y ese segundo plano es a veces injusto. Los padres también aman a sus hijos, su amor es incondicional como el de la madre,  y muchas veces no es reconocido.

Mientras la madre la tiene clara, porque siente y sabe que solo tiene que dar amor, ternura y cariño, el padre la tiene más difícil, debe  transmitir amor con dureza, modelo con ejemplo, refugio con seguridad, como es la vida misma fuera del seno materno., realizar estas dos tareas contrapuestas lleva al padre a realizar una tarea más que la otra,  no porque quiera, sino que la doble responsabilidad pesa mucho, y eso es injusto, tan injusto como la frialdad previa a festejar su día.




martes, 5 de junio de 2012

ENFOQUE CONDUCTISTA EN LA TERAPIA DE PAREJA Y FAMILIA


La terapia conductual  en la relación de pareja ha contribuido a mejorar las relaciones  entre sus miembros, basada principalmente en el análisis de la conducta de cada integrante de la familia dentro de un sistema de convivencia disfuncional orientada a recomponer o estabilizar el equilibrio intrafamiliar. La familia es siempre un centro de relaciones afectivas en donde el comportamiento de uno de los miembros siempre afecta a los demás miembros de ella, la labor del terapeuta conductual consiste en guiar a los miembros del grupo familiar hacia formas más adecuadas de relación, donde el reforzamientos de conductas compatibles con lo afectivo y la atención hacia los demás miembros juega un rol importante en toda la terapia.

Los miembros de la familia por lo general, y debido a toda una historia de reforzamiento se relacionan de manera no deseada, gritos, llantos, agresión y reconciliación, en realidad esta forma de relacionarse sirve como reforzadores a los miembros de la familia para que sigan  presentando esa clase de conducta y la dinámica de esa familiar cumpla su objetiva: que es el mantenimiento cercano de los miembros de la familia que por lo general tiene a uno de sus miembros cargando con toda la responsabilidad de mantener unida a esa familia, aunque de forma disfuncional.  Este miembro realmente enfermo es el que muestra los síntomas que sirven de unión familiar. Mientras presente los síntomas la familia estará unida. Esta psicopatología familiar hace creer a los miembros de la familia que al atención positiva se logra mediante llantos y quejas y toda clase conductas indeseada, se condicionan a actuar de esa manera por años. La remisión a consulta por diversos motivos del miembro que carga con el bulto familiar, descubre para el terapeuta un mundo de relaciones sociales e intrafamiliares caóticas que se generalizan a otros ámbitos fuera del familiar. El objetivo de la terapia es cortar el reforzamiento intermitente que ha mantenido la dinámica disfuncional mucho tiempo, cambiando las contingencias que han dado lugar a ese reforzamiento para sustituirlo por conductas más positivas, orientadas a reforzar las conducta adecuadas hacia los otros miembro, e ignorando las conductas negativas o de acusaciones mutuas propias de parejas en conflicto.

El terapeuta debe saber guiar a los miembros del grupo familiar disfuncional al cambio conductual, hacia formas más asertivas de relaciòn, mediante modelos e imitación en donde el modelo y el ejemplo de conducta viene en primer término del terapeuta dentro de la dinámica de la consulta.

Mucho se ha dicho de que el conductismo es un enfoque que no toma en cuenta los aspectos emocionales o empáticos hacia el cliente, nada menos cierto que ello. Los terapeutas conductuales, así como otros profesionales que tenga que ver con relaciones humanas, establecen una relación cálida con el cliente para desarrollar un buen ambiente terapéutico. Para esto el terapeuta conductual establece con su cliente relaciones afectivas necesarias para hacer que el cliente descubra su problemática ante nosotros. En este sentido la alianza terapéutica es un instrumentos importante para el éxito de la intervención, sin ella poco podremos hacer dentro de las relaciones y la aceptación de los miembros de la familia.

Cuando se hace un acuerdo o alianza terapéutica se debe descubrir qué clase de problema mantiene  a la familia unida, en termino de conducta objetiva, en estos términos se debe hacer el análisis funcional, y  la aplicación de modelos de reforzamiento que sirvan como guía para el cambio conductual del grupo.

¿Qué conducta está dispuesta a cambiar? ¿Qué conducta deseas que cambie el otro miembro de la familia?  Estas son preguntas que el terapeuta de pareja y la familia hacen a los clientes. ¿Cuáles son las contingencias que mantiene esto? ¿Que conducta debe aumentar o disminuir? El terapeuta conductual actúa como educador cuando la familia o pareja van a las sesiones de grupo. Su rol de modelo para representar conductas asertivas y recambio de roles entre los miembros del grupo o de la pareja, le  ayudaran hacer la dinámica más agradable. El rol que debe asumir la pareja o los miembros de la familia es representado en  papeles o roles que interactúan entre ellos, mostrando la conducta indeseada y cambiando lugares para efectuar conductas más positivas.

Muchas veces la declinación del síntoma del miembro enfermo de la familia, remite a crisis entre los demás miembros, y esto es así porque se ven en condición de perder la estabilidad familiar mucho tiempo equilibrada. Entonces la persona enferma se individualiza y recobra su independencia dejando a los demás miembros del grupo en crisis severas. El terapeuta orientara entonces el esfuerzo a establecer formas más adecuadas de comunicación entre los miembros de la familia, reforzando las conductas adecuadas y modelando conductas que aplicaran en sus relaciones en casa.

FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...