Los principios del condicionamiento clásico o respondiente, explica la relación directa, lineal y lógica de estímulo y respuesta, ante una acción hay una reacción, el estimulo percibido dispara de inmediato la respuesta como una reacción a la misma. Basada en las investigaciones de Pavlov, un estimulo que en un momento dado era neutro EN y no provoca respuesta alguna en el sujeto, cuando era apareado muchas veces con otro estimulo llamada incondicionado EI que si provoca cierta respuesta incondicionada RI, este estimulo neutro EN, se volvía por fuerza de relación en un estimulo condicionado EC que si provoca cierta respuesta condicionada RC en el sujeto. Explicaremos el experimento clásico plavoniano para que se entienda mejor. Se presento a un perro un estimulo incondicionado EI que era un pedazo de carne, el perro, reaccionaba con una respuesta incondicionada RI de salivación, nadie enseño al perro a salivar ante la presencia de la carne, decimos entonces que su respuesta incondicionada era natural de su especie porque tenía hambre, la carne era sabrosa etc, etc, etc, sus reflejos incondicionado de hambre y salivación por parte de su sistema digestivo se activaba sin ninguna condición salvo la presentación de la carne. Pero Pavlov introdujo en este esquema el sonido de una campana, que vendría a ser el estimulo neutro EN que no provocaba la salivación del perro en un primer momento, este EN se presentaba segundos antes de presentar la carne EI y el perro salivaba RI. Después de varias presentaciones juntas, el sonido de la campana EN era suficiente para activar la salivación del perro RI, sin la presentación ya de la carne EI, volviéndose el sonido de la campana por principio de relación, ya en un EC y la salivación del perro en una respuesta condicionada EC. Y se decía que la salivación del perro era una respuesta condicionada por que de alguna manera aprendió a salivar por el sonido de la campana, que en un primer momento no provocaba la salivación. El perro entonces aprendió a salivar de forma condicionada. Este es uno de los principios del condicionamiento clásico.
Esto lo sabe cualquier alumno de psicología, y no hemos escrito nada nuevo, pero era necesario explicarlo para poder entrar al mundo real y a menudo difícil del análisis funcional de la conducta.
Paciente de 15 años, ansioso cuando se enfrenta a situaciones sociales, se aleja del grupo, aunque quiere integrarse, teme hacer el ridículo y no sabe como invitar a salir a una chica que le gusta porque se pone nervioso, le suda las manos y se queda sin habla, por eso opta alejarse y evitar la situación. No es agresivo ni violento, de inteligencia normal promedio. De padres separados, presencio muchas riñas verbales entre ambos, gritos e insultos, su madre lo presionaba mucho haciéndolo sentir mal, era miedoso cuando niño y su madre reforzaba ese miedo acompañándolo antes de dormir y dejando la luz prendida. Comenzó a sentir esa sensación desagradable que da la ansiedad cuando empezó a frecuentar grupos de amigos a los cuales no sabía cómo tratar por que eran “más extrovertidos que yo y se la sabían todas” *.
No es posible en el análisis de la conducta dar exactamente en qué momento de su aprendizaje empezó a sentir la ansiedad, óseo el origen exacto, ya que todo tiene una causa, retrocederíamos hasta no sé donde para dar con el origen de esa ansiedad. En el análisis de la conducta, más que el cuándo, interesa las circunstancias que rodearon la aparición de la ansiedad y la reforzaron, felizmente, esto se puede saber por el contexto presente ¿Que es lo que “dispara” en el aquí y el ahora su ansiedad, bajo qué circunstancias? y así poder deducir que en el pasado bajo las mismas o parecidas condiciones, el joven aprendió a responder por generalización, con ansiedad. No hay que olvidar que la disposición genética, el aprendizaje y los patrones de conducta establecidos, ayudan a la aparición y mantenimiento de la ansiedad y a configurarse un una respuesta ya condicionada. Tampoco hay que olvidar que esa ansiedad tiene una función, una de ellas puede ser mantener el equilibrio en la situación en que se enfrenta, la otra, la de evitar la situaciones estresantes. Ambas ayudan a mantener la ansiedad y a no combatirla.
En el joven que nos ocupa el presente artículo, al ansiedad vendría a ser la respuesta incondicionada en un primer momento, nadie le enseño a ponerse ansioso la primera vez que sintió eso cuando se vio expuesto a los gritos y presión de la madre, pero después aprendió a sentirlo - por generalización – cuando se unió al grupo. Se fijo el objetivo en función de su ansiedad, específicamente en él, evitar las situaciones sociales, entonces, podríamos decir que la ansiedad se mantenía por reforzamiento negativo. Es decir aumentaba su conducta de huida al grupo, para disminuir su sensación desagradable, disminuyendo la posibilidad de hacerle frente a la situación ansiosa y combatir su ansiedad. Se trabajo en su ansiedad evitando que huyera de la situación y ayudándolo a que le haga frente disminuyendo en poco tiempo la intensidad de su ansiedad. El condicionamiento clásico nos ayuda mucho en la comprensión del aprendizaje y mantenimiento de problema como la ansiedad y fobia.