
En la práctica clínica de la modificación
de conducta, muchos padres me preguntan en la consulta ¿Por qué tengo que
repetir la orden a mi niño varias veces para que haga tal o cual cosa? ¡Nunca o
pocas veces lo hace a la primera! Les
explico que es una cuestión de historia de reforzamiento, si el niño ha sido
reforzado anteriormente cuando ha emitido una conducta, es más probable que realiza
la conducta y la haga habitual. Ese es el primer principio, sin embargo, la instigación
es necesario en niños que aun no han establecido una conducta habitual, en tal
sentido la latencia es un principio que existe en aprendizaje y es la relación entre
la intensidad del estimulo y el tiempo que tarda la emisión de la respuesta. Así,
a menor intensidad del estimulo la respuesta demorara mas en presentarse y a mayor
intensidad del estimulo en menor tiempo aparecerá la respuesta. .Ejemplo: Si un
padre pide hacer una tarea al niño y este no hace caso a la primera, el padre
gritara la orden a la segunda o tercera vez (fuerte intensidad del estimulo) y
el niño lo hará inmediatamente (respuesta emitida). Lo negativo de esto es que
puede volverse habitual esta relación y establecerse que el padre se verá
reforzado a gritar para que el niño haga
las cosas y el niño se verá reforzado negativamente a hacer las cosas, puesto que lo
hará por evitar el castigo ( a menudo después del grito paternal viene la acción).