Numerosas investigaciones en la neurociencia nos
indican la estrecha relación que existe entre reforzamiento positivo y la neurobiología.
Los sistemas cerebrales encargados de producir sustancias neuroquímicas se han
localizado de tal forma que nos demuestran su presencia concomitante a la
conducta observada. Pero esta simultaneidad de la neuroquímica y la conducta no es más que una
presencia en un momento y tiempo dado, como lo es el estado de bienestar, dígase
felicidad, disposición, etc. de un jugador de futbol al momento de meter un gol
al arco contrario, la pregunta que yo haría es: ¿el jugador siente bienestar por que metió un gol? ¿O la
posibilidad de meter un gol y el gol mismo se incrementa cuando los niveles de
bienestar de un jugador lo disponen a eso? Aunque se sabe que sería muy incomodo para un jugador y su equipo que
juegue deprimido, se necesita cierto bienestar para hacer bien las cosas en una
cancha de futbol. Por eso me inclino a pensar que la consecución emocional en
la persona se debe a la anotación del gol, aunque un grado de bienestar debe
existir en el jugador para propiciar el tanto.
Más allá de la presencia en simultáneo de estos dos
fenómenos - neuroquímica y conducta - la
dopamina es un componente muy relacionado con el reforzamiento positivo, el
aprendizaje y el recuerdo. Es decir, cuando se producen estos eventos, los agonistas
de la dopamina, es, decir los que aumentan su actividad, hace su trabajo en
todo el circuito cerebral dándole una satisfacción al sujeto casi igual a lo
que le puede ocasionar los opiáceos, de hecho los opiáceos cerebrales son los
que mantienen un estado de bienestar comparados como la que da la cocaína o
cualquier adormilera, estos estados son, digámoslo, como el propio cerebro se
recompensa dando una satisfacción agradable de bienestar. Se conoce que el
sistema límbico que es una zona enervada de neuronas que produce dopamina, se
relaciona con la recompensa y como el sujeto se siente bajo control de
reforzadores positivos.
Es cierto que una sobre producción de dopamina está
implicada en la esquizofrenia y su déficit, en varios síndromes como el párkinson
y en algo muy interesante, en desinterés y pérdida de placer, además de déficit
de atención y concentración.
Pero los
cerebros que originan sus propios desequilibrios neuroquímicos son los pocos
que se ven en la clínica, en su mayoría, son las propias condiciones
ambientales en los que el sujeto aprende a lo “Leit Motiv” que desencadena un
estado muy a menudo crónico de desgano de hacer las cosas, desmotivación para
lo que antes producía placer, etc.
Las condiciones ambientales que propician al
aprendizaje también generan sus propios reforzadores y hacia ahí vamos, las
condiciones agradables como ambientes libres de presión, los juegos, el
aprendizaje mismo bajo condiciones antes mencionadas, generan sus propios
refuerzos, sus propios estados de bienestar, es ahí cuando decimos la persona está
“motivada” y no necesita reforzamiento externo, pero la verdad es que los neuroquímicos y la sensación
de bienestar hasta ahora sentidos tienen su historia de aparición y a partir de
ahí es reforzada para que se repita.
Las condiciones ambientales en casa y escuela
pueden servir como agonistas o incentivo de la dopamina para mantener conductas
estables mediante reforzamiento positivo, por una parte, el mismo reforzamiento
positivo sirve como un agonista de la dopamina y opiáceos. Ambiente adecua
herencia, hasta en las conductas orientada a la supervivencia y hasta al
aprendizaje de nuevas conductas.
Jensen (2004) nos dice que el cerebro aplica sus
propias recompensas. La zona de recompensas está relacionada también con el
recuerdo, es así entones que ante alguna conducta o estimulo agradable o
reforzador, el cerebro recuerda esa sensación, hecho o conducta, la idea es que
esa sensación agradable se mantenga y produzca
seres humanos capaces de sentirse bien y actuar per se.
El objetivo del reforzamiento es precisamente
generar sensaciones agradables, sensaciones que el niño pierde sistemática y paulatinamente, y este reforzamiento puede ser
otorgado en forma de halagos sociales, tangibles o sistema de puntos.
Entonces recapitulando, está comprobado que simultáneamente
a la conducta objetiva, medible y cuantificable, esta la producción de neuroquímicos,
pero estos no se regulan solos, excepto los sujetos que fueron descritos líneas
arriba, sino, que son influenciados directamente de estímulos ambiéntale,
conductas, estilos de crianza etc.
Es importante entonces generar estados cerebrales de
bienestar a los hijos en relación con las conductas que les pedimos. Son las
conductas los que generan sensaciones y no viceversa. Skinner escribió una vez
que las leyes de la naturaleza que se cumplen fuera en el ambiente, cumplen
similar efecto en el “interior del organismo” que no había razón para pensar
que existía una ley de la mente y una ley de la materia, los principios de
fuera sirven y se cumplen dentro, no
estuvo equivocado.