TDAH Trastorno por déficit de
atención e hiperactividad.
3.- Lo que no se conoce no se entiende, y lo que
no se entiende no es motivante (reforzante), uno de los pilares en que se basa
la hermosa profesión de la docencia es la que el alumno llegue entender lo que se le enseña. Eso es trabajo
del docente usando las técnicas que ellos conocen para verificar si el alumno
ha llegado a comprender, y una de ellas es que el alumno repita y explique lo
aprendido, usando sus propias palabras, explicando relaciones entre frases o
temas enseñados, interpretando de acuerdo a su nivel de edad, y llevando esa interpretación
a su realidad, a las vivencias de la vida diaria, cuando sale con sus padres,
cuando juega etc. Comprender también es saber que quiere decir el autor de un
texto con lo que ha escrito y desde ahí llevarlo hacia otras situaciones, su situaciones,
la del niño.
La aplicación de lo que se aprende a la vivencia practica
desarrolla el pensamiento abstracto en los niños, de acuerdo a su nivel de
desarrollo cognitivo, se puede aplicar y decirles “a ver cómo puedes usar lo
que dice esta fabula en otras situaciones de tu vida, por ejemplo en la casa
cuando estas con mamá” este uso de lo que dice la fabula en otras situaciones
permite al alumno manejar, transformar y discriminar esa información, realizar
acciones nuevas parecidas o distintas con alguna relación con la original, y
los niños hiperactivos no son la excepción, de una forma lúdica y estratégica-como
por ejemplo herramientas de recordatorios del tema- se puede hacer que los
niños hiperactivas presten atención a lo que el docente enseña, y lo que es
mejor comprobar que están aprendiendo, no se olvide reforzar, y no olvide menos
aun, que lo que enseña y la forma de enseñarlo debe completar ese
reforzamiento, lo que después se convertirá –el tema y el aprendizaje, reforzante
por sí solo, o como dicen por ahí……..niños motivados para aprender.
El autoconocimiento o reconocimiento de sus emociones también es
fundamental en estos niños. Las variadas emociones que conforman la llamada
esfera afectiva de las personas no
aparecen por si solas, son consecuencias, siguen a, aparecen después de, y solo
son sentidas, también, en ocasiones interpretadas, por lo general de manera errónea,
que traerán otras consecuencias de las que a menudo se pierde el control. Si
las emociones son sentidas y manifestadas por indicadores fisiológicos, de las
que a menudo los niños no saben interpretar y controlar, ese control e interpretación
deben dárselas desde fuera de ellos.
El
aprendizaje de las emociones de los niños hiperactivos muy propensos a actuar
emocionalmente –en casi todos los niños en realidad – parte de un
autoconocimiento de lo que sienten, pero ese autoconocimiento no debe ser
dejado al desarrollo “natural de la conciencia” sino que debe recibir ayuda del
exterior, enseñándoles a saber si están enojados, alegres o tristes, hacerles
saber los indicadores fisiológicos de lo que sienten y que ocurrió antes de ese
sentimiento –al antes me refiero a la situación y todos los involucrados,
incluso sus pensamientos -para que reconozcan las situaciones que lo provocaron
(antecedente) que es lo que siente (conducta) aprendiendo a discriminar y controlar situaciones que lo llevaran
a sentirse alegre, triste o molesto (consecuencia), el maestro debe dar más atención
a las consecuencias, pues estas mantendrán la conducta adecuada o inadecuada.