sábado, 17 de agosto de 2013

Edad y madurez.


La edad en las diferentes especies que pueblan este planeta es una forma de saber a qué grado de desarrollo corporal ha llegado tal o cual organismo, más que nada, es un indicador de desarrollo físico, de cambios corporales, cambios también en las funciones de ciertos órganos, como el sexual en el adolescente, el crecimiento de los pectorales y la gravedad de la voz. La madurez desde su acepción física, acompaña también los cambios producto de la alcanzar cierta edad cronológica. Sin embargo, la acepción de madurez en el sentido de ser una forma de pensar, sentir y actuar, va por camino separado de la “madurez cronológica”.

Este significado de madurez implica cierta forma de enfrentarse a los problemas de la vida cotidiana, esta forma de enfrentamiento conlleva como se dijo cierta forma de pensar, sentir y actuar frente a los problema orientados a su solución, a hacer uso de derechos y deberes así como asumir  las responsabilidades que esto lleva, sin pretexto ante el error, sin miedo, ni evasión ante las responsabilidad, aceptando errores y rectificando los mismos para el aprendizaje. Para que se dé esta acepción, el miedo, la ansiedad u otro problema o síntoma psicológico, no debe ser por padecer algún trastorno psicológico.

La madurez en este sentido no siempre se ve en gente madura cronológicamente, vemos a diario adolescentes que presentan conducta inmadura y muchos de ellos conducta madura, como aquel que soporta la presión de grupo,  y dice no ante invitaciones que pueden perjudicarlo como aceptar drogas o licor. No en todos los adultos se ve tampoco conducta madura, y si elevamos la valla social para medir esta madurez, los adultos nos veremos peor que los adolescentes.. Un requisito social para decir que una persona es madura, puede ser el respeto a las normas sociales, de transito y de convivencia, aspectos que muchos de nosotros no alcanzaremos probablemente de manera aceptable. La emoción, su intensidad, estabilidad y expresión sirve muchas veces para catalogar a una persona de madura e inmadura dependiendo de las circunstancias.

En las sociedades tribales la madurez llegaba cuando el joven era capaz de hacer ya la labor adulta, según Eliade, el joven pasaba los rituales de iniciación al tomar parte por primera vez en los sacrificios humanos y en la caza de cabeza, asi como poseía ciertos atributos materiales como herencia de familia. Esta transición en la madurez eran fases de la vida sagrada. En el Imperio de los Incas no existía un cómputo del tiempo para las edades. Según Marie Rostworowski, al investigar los censos incaicos, Rowne (1958:503 y 519) se percato que los Incas no contaban las edades por años y que las personas se clasificaban no por su edad cronológica, sino por sus condiciones físicas y su capacidad para el trabajo.

Los tiempos modernos son de protección al niño y adolescente, la madurez e inmadurez en este sentido se deslizan cerca a una línea muy delgada, aunque todo se encierre en la historia de aprendizaje, que lo ayude a enfrentarse a los problemas futuros con responsabilidad.

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