En otras palabras antes de aplicar alguna intervención, tengo que saber si los padres están preparados para aplicarlo en casa.
Cuando los padres manifiestan los problemas de conducta de sus hijos, involuntariamente demuestran un alejamiento en la responsabilidad que tienen en el problema. Lo muestran como si las causas de esas conductas no tendrian nada que ver en ellos. Lo que dicen lo hacen con tanto convencimiento, que parece que la culpa del mal comportamiento lo tienen solo los niños. No se trata en nada de echar la culpa a alguien, aunque la responsabilidad que le toca a los padres en el comportamiento habitual del niño es otra cosa y de eso si se trata.Ahora bien esto tiene más implicancias de lo que parece. Intervención conductual de cualquier terapeuta debe incluir el análisis de la relación conyugal, el estado afectivo y su manifestación habitual, el nivel del estrés familiar, la ansiedad de los padres, los pensamientos de culpabilidad que manejan en el problema y hasta la aceptación del problema. Muy a menudo los padres – se ve más en los papas – que cuando me dicen el problema de sus hijos, inmediatamente manifiestan ¡pero es muy inteligente¡ tratando de minimizar el problema o compensarlo. Esto demuestra una negación implícita de la supuesta “culpa” que creen sentir, parecería que se autoafirman que no es tan malo o por lo menos no tanto.
Como dije no se trata de culpar a nadie, sino de analizar el nivel de preparación de los padres para aplicar el programa conductual, por ejemplo una madre ansiosa es más probable que falle en la aplicación de técnica de extinción de los estímulos ante una conducta de rabietas. En este caso hay que preparar a la madre en técnicas de relajación o de afrontamiento al estrés para que no ocurra la negación o el alejamiento del problema, sino que lo enfrente. En la clínica se conoce que muchas veces cuando existen padres esquizofrénicos, existen también niños que son reforzados dentro de una comunicación ambigua de doble lenguaje y significado que los puede llevar a personalidades depresivas. También se sabe que los niños de padres depresivos tienen mayor riesgo de presentar conductas depresivas y no tantas por la herencia genética, sino por el trato diario y el modelo de conducta que imitan, manifiestan haber recibido más afectos negativos y menos afectos positivos, conductualmente se puede traducir, mas castigo a sus conductas y menos reforzadores agradables a conductas positivas. Y eso debido al condicionamiento es más probable que siga en la aplicación de cualquier programa, si no son tratados primero los padres.
Una forma muy usada y eficaz después de desensibilizar a los padres, es enseñarle a estos, a modificar en sus hijos una conducta inadecuada relativamente sencilla, esto para darle seguridad educativa y hacerles ver que aun en ellos es posible el cambio.