viernes, 27 de octubre de 2017

LA PRESION DEL GRUPO

Recientemente tuve una interesante entrevista con el Dr.  Benito Cervantes Quiroz, Abogado, maestro universitario y conductor del programa “Prevención Científico Social del Delito” que se emite los sábados por Onda Digital, además de ideólogo y promotor de la teoría que lleva el nombre de su programa, un ser humano con una gran sensibilidad social preocupado desde hace muchos años de la seguridad ciudadana que sufrimos día a día; en esa entrevista,  el Dr. Benito propuso que en el marco de la lucha contra la violencia familiar, contra la mujer y feminicidio, se formaran en los municipios, comunidades y barrios, es decir, en el corazón mismo de la sociedad, grupos de hombres que conversen sobre el tema, e inviten a sus coetáneos, vecinos y amigos que de una u otra forma hayan cometido o estén cometiendo violencia familiar para llamarlos a la reflexión y que el grupo ejerza cierta “presión” en el buen sentido del término hacia el maltratador para que deje de cometer la conducta violenta. Permítanme desarrollar desde la  psicología del análisis funcional de la conducta esta brillante idea del Dr. Benito.

 Decimos que el grupo ejerce presión sobre la persona individual ya sea esta niño, adolescente o adulto, porque a pesar que se habla más  que los adolescente  son los más propensos a dejarse presionar por el grupo, es un hecho que los adultos también sienten esa presión y muchas veces se dejan llevar por el grupo, es lo que llamamos “faltos de carácter” , “sin personalidad” y demás adjetivos que damos a esa clase de personas, sin embargo esos adjetivos poco importan en el análisis funcional de la conducta y nos centraremos en los principios que rige las relaciones entre grupos e individuos.

Cuando hablamos de conducta de grupo, debemos preguntarnos ¿Quién es el que se  comporta? Obviamente es la persona que está dentro del grupo, no es el grupo en sí mismo, si quieren, es el conjunto de las personas que integran el grupo, por ende los principios del comportamiento del grupo no existen, si en cambio, los principios del comportamiento de cada persona y en ella debemos centrarnos.

Ahora bien una sola persona también puede ejercer un control sobre el grupo o pretenderlo ejercer, en ese caso el grupo ejercerá el contra control y coaccionara a la persona a formar parte de la acción del grupo. La persona bajo la presión del grupo ante conductas “malas” “buenas” “correctas incorrectas” serán reforzadas si son buenas para el grupo y castigadas si son malas, claro que esta definición de bueno o malo es subjetivo y a  menudo no todos los miembros del grupo lo sientan así.

La presión del grupo puede hacer que la persona haga alguna conducta uniéndose a la del grupo  o evite que la persona  siga haciendo alguna conducta que perjudique al grupo, siempre la persona se comportara aun bajo la presión del grupo según su aprendizaje previo (cualquiera que este sea). Igualmente el grupo puede provocar en la persona presionada  la emoción llamada “vergüenza”  como consecuencia de la mala conducta, cuando una persona  dice que se  “siente avergonzada de sí mismo” es cuando esa persona responde ante sí misma, el grupo también puede evitar esa sensación a la persona fomentando la estimulación aversiva y propiciando el autocontrol de la persona como forma de huida a esa estimulación aversiva.

El castigo que el grupo de varones ejerza hacia su miembro maltratador puede no ser tan efectivo, ya sea en la aplicación del castigo en sí o en la aplicación del reforzamiento negativo –por ejemplo quitarle el habla o la estimulación social – para que el maltratador se comporte “ bien”,  en este caso, el miembro maltratador evitara al grupo y la conducta de violencia familiar no disminuirá, además el uso de castigo generara condiciones emotivas negativas que perjudicara el objetivo principal que es una relación de igualdad y respeto entre mujer y hombre.

Lo más recomendable y lo que se debe entender como “presión” es que el grupo social ejerza el reforzamiento positivo a las conductas de dialogo y respeto de los hombres hacia las mujeres, esto puede funcionar por ejemplo cuando el grupo de varones elogia, felicita o agradece mediante un reconocimiento público  a cada miembro del grupo por cada semana sin violencia familiar en casa.

       Lo importante es que el sistema del grupo no se deteriore y deje de reforzar la conducta adecuada del varón.
        




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