domingo, 17 de abril de 2016

Caso 1 Hiperactividad y Déficit de atención

Voy a empezar una serie de artículos en donde escribiré los casos atendidos en los diferentes centros psicopedagógico en donde me toco laborar, por obvias razones cambiare el nombre de las niños atendidas y de sus padres, estos artículos los alternare con otros de diferentes temas, pero seguiré los casos que podrán ser identificados con los números arábigos. Indicare aspectos generales y el tratamiento aplicado, tanto de los casos que llamare exitosos, y también, cómo no, los no muy exitosos.

Johnny  era un pre púber de 12 años tiene hiperactividad y déficit de atención, de padre peruano y madre  francesa.  Cuando llego a consulta estaba terminando el tratamiento neurológico, sus padres habían consultado a la neuróloga el tiempo de medicación, debido a que Johnny de haber pasado de ser el primero de su clase en primaria, a estar entre los últimos de su clase actual. La medicación neurológica controlaba su hiperactividad pero le afectaba su rendimiento escolar.

Johnny era un chico muy despierto e inteligente, conversaba y razonaba aceptablemente,  y estaba muy dispuesto a seguir el tratamiento ya que quería retomar nuevamente los primeros puestos de su clase, era muy querido por sus padres, profesores y compañeros de clase que sabían de su conducta  y estaban dispuestos a ayudarlo ya que no eran el típico chico hiperactivo peleador o conflictivo, la neuróloga decidió terminar la medicación para que siga el tratamiento psicológico.

Las conductas a mejorar eran: estar sentado en clase atendiendo y haciendo tareas,   y aumentar su autocontrol en el aula, ya que no era un problema sus relaciones interpersonales, era respetuoso con sus profesoras y sus compañeros, no se intervino en ellas.

Para el salón de clase se coordino con sus profesoras una cita para indicarles algunas recomendaciones, para reforzar continuamente a Johnny, en la primera semana cada cinco minutos su permanencia sentado en la carpeta atendiendo o escribiendo, hasta llegar al tiempo límite de cada clase, permitiéndole cada 15 minutos levantarse a borrar la pizarra o  caminar cinco minutos como forma de actividad relajante, ante lo cual Johnny respondía con entusiasmo.  Se estableció un sistema de recompensa en casa por cada  día en que se escribía en la agenda  su atención y cumplimiento de tarea en clase.

En el consultorio trabajamos autoinstrucciones y ejercicios de inhibición muscular para el control de la conducta y sesiones de relajación  con música que debía realizar también en casa, en esto tengo que recalcar que con la ayuda primordial de la madre que era la que siempre estaba en  casa se pudo establecer una rutina de relajación musical antes de dormir que no existía antes, y con mucho éxito, tanto que Johnny pedía su tiempo previo al sueño y amanecía más descansado. La intervención se dio iniciando Julio, Johnny termino el segundo de secundaria en el tercer puesto en el promedio de su clase, no necesito medicación, se controlaba mucho mejor y permanecía sentado en clase con las break de quince minutos.


FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...