Uno
de los síntomas más comunes en los trastornos de ansiedad generalizada aparte
de los síntomas físicos como sudoraciones, taquicardias y falta de aire son la
recurrencia de pensamientos de preocupación que llegan a ser muy frecuentes e intensos
que se vuelven ya patológicos, el contenido de estos pensamientos pueden ser
variados desde preocupaciones por amenazas, daños, dramatizaciones,
maximizaciones de consecuencias o minimizaciones de capacidades de la persona
para hacerle frente a la crisis de ansiedad.
Estas
preocupaciones se inician por que la persona percibe y procesa una información como
amenazante Borkovec (1983) dice que es una reacción por defecto que se tiene para
evitar la ansiedad ante una amenaza.
Aquí algunas
consideraciones desde el enfoque contextual de la función que cumple la preocupación
como evitación:
- La
persona que se preocupa tiene la percepción que empieza el afrontamiento de su
problema y aumenta la probabilidad de librarnos del peligro o amenaza.
-
Preocuparse antes de encarar el problema puede disminuir la ansiedad, sin embargo,
paradójicamente preocuparse interfiere con la habituación de la exposición,
cosa que puede perpetuar el pensamiento patológico.
- Preocuparse
relaja la activación interna asociada a un problema, por eso se vuelve conducta
de evitación.
- Preocuparse
por cosas nimias o sin importancia como ocurre en la ansiedad generalizada se
explica por qué la persona prefiere preocuparse de cosas que si pueden tener solución
y evita los problemas mayores en donde la sensación es no poder resolverlos.
- Las preocupaciones mayores en la crisis de
ansiedad son la sensaciones internas que le son desagradables a la persona,
ante esto puede suprimir la preocupación o huir.