domingo, 8 de mayo de 2011

EL NIÑO HIPERACTIVO

En este trastorno se observa dos vertientes muy puntuales, la hiperactividad con déficit de atención, y la hiperactividad sin déficit de atención. Son niños que  dan muchos dolores de cabeza a los padres y a los maestros, su conducta impresiona como  desorganizada, su atención se difusa muy facilmente, y emocionalmente se muestran irritados e impulsivos expliquémonos mejor para una fácil comprensión del tema.
Este diagnóstico estaba en discusión hace varios años, debido a que el sistema  encasillaba al niño a un comportamiento social debido en el momento oportuno, muchos opinaban que debido a la etapa evolutiva del niño, cerca de los cuatro a siete años los niños eran naturalmente movidos y que no se podía pedir a algún niño a quedarse quieto, una de las explicaciones era que neurológicamente, la parte frontal del cerebro aun no estaba aun madura como para pedirle a un niño que planifique la acción, establezca metas y objetivos  y controle sus impulsos, además de guardar las formas sociales en alguna situación dada. No les faltaba razón. Ahora se espera que el niño tenga ocho años para diagnosticarlo y que haya presentado por lo menos  un año  el síndrome. El asunto es que en la práctica clínica, la diferencia entre un niño hiperactivo y un niño sin este síndrome, es muy claro., los niños sin este síndrome si bien son “movidos” o traviesos, no presentan los demás signos y síntomas de los hiperactivo  como son: impulsividad, conflictos con sus pares, accidentes frecuentes, movimientos de balanceo en sus asientos y atención difusa, además de problemas de aprendizaje, entre otros.
No se sabe aun cual es la causa de la hiperactividad,  del porqué el niño viene con este síndrome, no se sabe con exactitud si es genético o congénito, es decir  si lo hereda de sus padres o es producto de su formación embrionaria, aunque  la influencia biológica en la presentación del síndrome es clara, ese “motorcito” dentro del niño nos dice mucho de lo que está, pasando dentro del niño, sin embargo hay que tener en cuenta la forma operante de su conducta y algunos indicadores clínicos como el ambiente en que se esta criando, la clase de familia que pertenece, si es extensa o compuesta, si ha estado sujeto a normas de conducta adecuadas y si ha aprendido formas sociales  aceptables de comportamiento, además de indicadores pre parto o post parto, aun con todo,  el tratamiento debe ser multidisciplinario, interviene el neurólogo para detectar trastornos neurológicos, el médico para detectar enfermedades concomitantes o comorbidas, el psicólogo para el tratamiento conductual y cognitivo,  y el profesor para aplicar la enseñanza didáctica y dirigida  en el aula.
En mi experiencia puedo proponer un tratamiento que consta de tres grandes fases. La primera  es  la aplicación de las técnicas de modificación de conducta  para establecer en el niño la conducta de sentarse y no se mueva del lugar en donde debe estar, respetar las normas sociales e indicaciones que se le dé,  porque sin esto es imposible dirigirse al niño y menos  que aprenda, para esto es indicado el reforzamiento continuo de conductas adecuadas y hacerle saber lo que se espera de él en una situación dada.  La segunda fase incluye componentes cognitivos para que sea aplicado en el aula y este debe incluir enseñanza en el mantenimiento de la atención, el desarrollo de habilidades sociales, el autocontrol y las autoinstrucciones que le permitirán adecuarse a los problemas y situaciones que se le presente, incluso las tareas deben ser claras y didácticas en fases de dificultad de menos a más, bien establecidas, claras para que el niño sepa qué se espera de él. La  tercera fase debe incluir la generalización y mantenimiento de la conducta en el hogar, implica esto un entrenamiento a los padres y a los profesores debido a que son los operadores de la conducta del niño. Siendo constantes en la aplicación de reforzamientos conductuales, los niños hiperactivos pueden mejorar mucho su rendimiento académico y su conducta social, sin  tratamiento multidisciplinario es muy probable que el niño empeore  en estos dos tópicos.
Tuve un caso de un niño de seis años, que aplicando el tratamiento antes explicado, disminuyo cerca a cero su conducta de moverse, llegamos a obtener plenamente la conducta de sentarse y atender, ya en la aplicación de la segunda fase,  su profesora fue muy importante para alcanzar el éxito, adecuando sus tareas a sus necesidades, generalizando su conducta adecuada en la casa, su familia extensa no había establecido hasta el momento del tratamiento formas adecuadas de conducta, lo que le valió el aprendizaje en las técnicas de modificación de conducta, que logro que el niño realice sus tareas en el hogar, su rendimiento mejoro y se mantuvo por el resto del año.
En el tratamiento es importante la continuidad  y la firmeza de las indicaciones patra el éxito del mismo. Si se deja a su libre albedrio al niño con este síndrome, el pronóstico no es  muy halagador, ya que la mayoría de estos niños repiten algún año en primaria y secundaria, cosa por lo general que se puede evitar con la intervención temprana.  


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