martes, 8 de septiembre de 2020

La influencia de la personalidad materna sobre el estilo conductual infantil.


Las relaciones sociales del ser humano desde que nace son muy diversas tanto en duración y contexto, algunas de esas relaciones pueden dejar huellas o no, pero ninguna secuela se compara con la interacción familia y específicamente con los padres. Además de esto el estilo conductual del niño tiene mucho que ver en la forma en que reacciona a la interacción social con personas y objetos. ¿Qué se quiere decir con estilo conductual? muchos investigadores la han definido como diferencias individuales en las tendencias de conducta con base biológica de aparición tempranas y estables a lo largo de la vida. (Bates 1984).
Estas interacciones entre el estilo conductual del niño y las influencias sociales están determinadas por las etapas del crecimiento del niño, por ejemplo, a los 6 o 9 meses los niños tienen ciertas preferencias por personas o cosas, cierta forma de relacionarse con sus iguales o por el contrario pueden evitar relaciones, rechazar cosas y presentar conductas de precaución, miedo etc. que con el paso del tiempo pueden quedarse y configurar conductas consideradas de “temperamentos difíciles” estas conductas pueden ser predictores de otras posteriores ya en el aula con otros niños con conductas como retraimiento, reservados, temerosos y poco activos en oportunidades y evitativos de conductas novedosas. Estas conductas infantiles parecen que están influidas por los rasgos de personalidad de la madre, así, se han encontrado que de madres depresivas sus niños tienen dificultad en integrarse a actividades diarias de cuidado reaccionando inadecuadamente ante cosas, juguetes y personas extrañas, ya que sirve como modelo para que el bebe tenga conducta pasiva, temerosa o de rechazo hacia interacciones sociales nuevas, (Kochanska 1991) incluso investigadores  indican que el estilo conductual del bebe en su primer año. puede predecirse acertadamente solo con conocer los rasgos de personalidad de la madre.
Algunos hallazgos: Campbell (1979) madres de niños con temperamentos difíciles se auto valoraban como madres menos sensibles hacia la crianza de sus hijos. Elias (1982) Vaughn (1987) indicaron todavía que se puede predecir el temperamento fácil o difícil del niño incluso, evaluando el temperamento de la madre prenatalmente, siendo la ansiedad materna el rasgo principal relacionado con bebes temperamentales. Ángela Díaz y Julio Pèrez-Lòpez (2000) investigaron la relación entre la personalidad de la madre y las reacciones temperamentales de sus hijos, en ella encontraron que las madres con mayor disposición a las relaciones sociales y nuevas situaciones tienen bebes que muestran mayor nivel de actividad en presencia de estímulos físicos y sociales, como personas cosas juguetes y ruido, con mejor tono emocional menos irritables y de mejor humor. La extraversión de la madre como rasgo de personalidad- estudiada en la investigación – fue un buen predictor del estilo conductual del niño ante objetos, juguetes, personas y ruido a los nueve meses de edad.
Así un bebe con una predisposición biológica a la extroversión y reaccionar de manera positiva a la estimulación ambiental, si tiene una madre extrovertida e involucrada con su crianza, potenciará sus probabilidades de tener una emociona positiva y mantenga ese estilo conductual y reducirá las posibilidades de alteraciones en el desarrollo social, cognitivo motor y hasta lingüístico de aprendizaje.
Estos hallazgos plantean diseñar programas de intervención para padres tanto en la escuela como en el consultorio para orientarlos que sus rasgos de personalidad pueden influir de manera positiva o negativa en el temperamento y emocionalidad de sus hijos.

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