Las relaciones
sociales del ser humano desde que nace son muy diversas tanto en duración y
contexto, algunas de esas relaciones pueden dejar huellas o no, pero ninguna
secuela se compara con la interacción familia y específicamente con los padres.
Además de esto el estilo conductual del niño tiene mucho que ver en la forma en
que reacciona a la interacción social con personas y objetos. ¿Qué se quiere
decir con estilo conductual? muchos investigadores la han definido como
diferencias individuales en las tendencias de conducta con base biológica de
aparición tempranas y estables a lo largo de la vida. (Bates 1984).
Estas interacciones
entre el estilo conductual del niño y las influencias sociales están
determinadas por las etapas del crecimiento del niño, por ejemplo, a los 6 o 9
meses los niños tienen ciertas preferencias por personas o cosas, cierta forma
de relacionarse con sus iguales o por el contrario pueden evitar relaciones,
rechazar cosas y presentar conductas de precaución, miedo etc. que con el paso
del tiempo pueden quedarse y configurar conductas consideradas de
“temperamentos difíciles” estas conductas pueden ser predictores de otras
posteriores ya en el aula con otros niños con conductas como retraimiento,
reservados, temerosos y poco activos en oportunidades y evitativos de conductas
novedosas. Estas conductas infantiles parecen que están influidas por los
rasgos de personalidad de la madre, así, se han encontrado que de madres
depresivas sus niños tienen dificultad en integrarse a actividades diarias de
cuidado reaccionando inadecuadamente ante cosas, juguetes y personas extrañas,
ya que sirve como modelo para que el bebe tenga conducta pasiva, temerosa o de
rechazo hacia interacciones sociales nuevas, (Kochanska 1991) incluso
investigadores indican que el estilo
conductual del bebe en su primer año. puede predecirse acertadamente solo con
conocer los rasgos de personalidad de la madre.
Algunos hallazgos:
Campbell (1979) madres de niños con temperamentos difíciles se auto valoraban
como madres menos sensibles hacia la crianza de sus hijos. Elias (1982) Vaughn
(1987) indicaron todavía que se puede predecir el temperamento fácil o difícil
del niño incluso, evaluando el temperamento de la madre prenatalmente, siendo
la ansiedad materna el rasgo principal relacionado con bebes temperamentales.
Ángela Díaz y Julio Pèrez-Lòpez (2000) investigaron la relación entre la
personalidad de la madre y las reacciones temperamentales de sus hijos, en ella
encontraron que las madres con mayor disposición a las relaciones sociales y
nuevas situaciones tienen bebes que muestran mayor nivel de actividad en
presencia de estímulos físicos y sociales, como personas cosas juguetes y
ruido, con mejor tono emocional menos irritables y de mejor humor. La
extraversión de la madre como rasgo de personalidad- estudiada en la
investigación – fue un buen predictor del estilo conductual del niño ante
objetos, juguetes, personas y ruido a los nueve meses de edad.
Así un bebe con una
predisposición biológica a la extroversión y reaccionar de manera positiva a la
estimulación ambiental, si tiene una madre extrovertida e involucrada con su
crianza, potenciará sus probabilidades de tener una emociona positiva y
mantenga ese estilo conductual y reducirá las posibilidades de alteraciones en
el desarrollo social, cognitivo motor y hasta lingüístico de aprendizaje.
Estos hallazgos
plantean diseñar programas de intervención para padres tanto en la escuela como
en el consultorio para orientarlos que sus rasgos de personalidad pueden
influir de manera positiva o negativa en el temperamento y emocionalidad de sus
hijos.
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