miércoles, 26 de septiembre de 2012

El juego es cosa seria


 
La frase de Henri Wallon, psicólogo francés, es una frase riquísimamente dialéctica, por que relaciona dos términos contradictorio que nos dirige a un nuevo concepto que tendría este postulado: “No por ser un juego, la actividad lúdica deja de tener enorme importancia para la psicología del niño”.
Como parte de su visión materialista de la psicología y desarrollo del lenguaje y pensamiento, rompe fuegos con el círculo de Viena y el positivismo,  así como el pragmatismo al que no le perdona su banal futilidad sin tener en cuenta el espíritu del investigador y la entrega a lo que hace. La utilidad decía, “atropella la investigación desinteresada”.
Las influencias sociales para Wallon es el formador de actitudes y caminos, y le da horizontes a los motivos humanos.
Wallon partió a estudiar la psicología del niño, observando los atrasos del desarrollo cognitivo, sus patologías  y comparándolo con el desarrollo que tiene un niño normal.
En el juego el niño desarrolla los cuatro factores del desarrollo que para Wallon, constituyen a manera de Piaget, estadios del desarrollo. Estos estadios del desarrollo son:
Las emociones.-
El otro.-
El ambiente físico y social.-
La actividad, movimiento,
En efecto cuando el niño juega desarrolla estos estadios que a diferencia de los estadios de Piaget, se superponen y se relacionan afianzando el resultado dialectico.
Con el juego participativo con el (los) otro (s), dentro del ambiente social que lo representa, el niño mueve emociones que lo sujetaran a su individualidad dentro de los social, en el juego el niño desarrolla, debido que existe una interacción con el ambiente y su par.
En la clínica sabemos que el juego desestresa y no solo  en el niño, también en el adulto, sabemos por resultados empíricos que los juegos participativos en la escuela, ayuda a formar empatía y compañerismo. El juego por otra parte consume energía y relaja, lo cual es excelente para los niños  hiperactivos y con trastornos de comportamiento. Los padres deberían de jugar más con sus hijos, juegos de salón, de adivinanzas, la hora del juego en casa debe ser un momento sin críticas,  reforzando cada conducta que genere nuevas acciones más adaptativas de esa sociedad que sirve como marco del juego.
Los padres también necesitan juego, por eso sáquese la careta de ejecutivo rudo y sin sentimiento, vuélvase un niño y juegue con el suyo, ríanse y practiquen actividad lúdica este domingo, verán como el estrés sede en el niño hacia metas más positivas y de resolución de problemas.

La sensibilidad al estrés en los niños con Trastorno Negativista Desafiante.

  La etiología del trastorno negativista desafiante, en adelante TND, son múltiples, por un lado, la herencia que según algunos estudios pod...