Debido a que actualmente, en las
noticias salen ciertas personas que están siendo juzgadas
por haber asesinado a su madre, y aparecen comentarios y especulaciones en
torno a su salud mental, voy a tomar este tema, para ayudar un poco a aclarar tanta confusión, de que si son “capaces de
mentir” y si tienen o no responsabilidad
penal. A ver si lo logro.
En este trastorno lo que está
afectado es el humor, conocido también por trastorno del humor y de la
afectividad. Cuando se dice que el trastorno es el humor, no se refiere al buen
humor desgraciadamente, sino a las manifestaciones de la emoción y la
afectividad. Caracterizándose en episodios que van desde la depresión a la manía.
El episodio depresivo se manifiesta en
una baja energía y la actividad, para después irse al otro extremo, la persona
con este trastorno cuando está en su fase maniaca, se comporta con bastante
familiaridad con los extraños, grandilocuencia, pedantería y megalomanía, sensación
de bienestar general y capacidad para realizar cualquier cosa que a la persona
se le ocurra, poco control de los impulsos, son eufóricos y se sienten eficaces
mental y físicamente. Pueden llegar a ser violentos y agresivos verbal y físicamente
con las personas que se interponen en su camino y en la realización de sus
objetivos que normalmente no acaban, estos comportamientos hacen a la persona
en fase maniaca, desagradables y repelentes. En la fase depresiva esta energía baja
a extremos, en donde la persona manifiesta una pérdida de intereses en la realización
de actividades, falta se sueños, poco apetito, irritabilidad, y varias características
más del síndrome depresivo.
Los comportamientos, tanto en la
fase depresiva o maniaca llegan a perturbar a grados extremos la actividad
laboral, familiar y social de la persona.
Las discusiones en torno a que si
son capaces de mentir, son en mi opinión vanas y sin ningún sentido para el
estudio del caso, la mentira, como concepto utilitario no se encuadra dentro de
lo subjetivo, una mentira es o no es en relación con el hecho. Sin este requisito
material y de realidad fundamental, las discusiones sobre que es mentira y que
es verdad caen en una subjetividad que no hace sino confundir a las personas
encargadas de su juzgamiento. Y para esto la psiquiatría y algunas escuelas psicológicas
son muy buenas para confundir e interpretar conceptos que cuando lo someten a comprobación
se miran las caras y empieza la lucha de interpretaciones en las cuales cada
una quiere salir airosa.
Ante la pregunta de que si son
capaces de mentir, la respuesta es que sí - cuando no están en crisis - con tanta frecuencia
como lo puede hacer una persona “normal”.
La mentira del bipolar cuando está en crisis no es una mentira buscada, ni lo
hace con la intención explícita de mentir, sino que está inmersa dentro de las
posibilidades de realización de un hecho, en otras palabras, la persona bipolar
puede decir que va a jugarse todo su dinero en la bolsa de valores y está
seguro que va ganar, entonces, su interlocutor dirá “este me está engañando” pero
en realidad no está “engañando” sino que la persona bipolar si “cree y siente”
que ganara, otro ejemplo seria aquel bipolar que nos manifiesta ser superior a
nosotros y tener mucha capacidad para hacer tal o cual tarea, lo que le lleva a
ser visto como un patán o mentiroso.
Las cosas cambian cuando de
asesinar se trata, mas cuando en el asesinato hay más de una persona
involucrada ¿Puede los bipolares asesinar a alguien con la intención de sacar alguna
ganancia? La respuesta es sí, más cuando hay indicios de que el asesinato haya
sido planeado. La respuesta seria no, si es producto de un arrebato emocional,
impulsivo y destructor. Pero en ambos casos, la persona bipolar no pierde
contacto con la realidad, estas personas siempre saben la diferencia entre lo
bueno y lo malo, saben que está trasgrediendo las normas o las leyes y
diferencian la moral de lo que no es, aunque aun así la trasgredan con una
total indiferencia que a veces le puede dar envidia al especialista joven. En
todo caso, los asesinatos cometidos por los bipolares no son mayores que los
cometidos por las personas “normales”.
La impulsividad, la agresividad y
las tendencias violentas del bipolar y de otros trastornos que existen- como
los psicópatas por ejemplo - no es motivo de inimputabilidad penal o de irresponsabilidad,
ya que la sociedad - ni la víctima - son culpables de que estas personas no
hayan desarrollado mecanismos de control o tratamiento para un aprendizaje, además
como queda comprobado por su historia personal, llegan a tener estudios
superiores o realizaciones importantes en su vida, manifiestan un contacto real
con el mundo.