jueves, 19 de septiembre de 2013

¿La repercusión del daño psíquico en menores de edad es igual que en los adultos?


Esta pregunta me la hizo una amiga mía, que trabaja en el tema de los niños, interesada en los efectos que pueden tener en su desarrollo psíquico los eventos que pueden dañarlo psicológicamente. Lo que me dio pie a explicar mi punto de vista sobre el tema. El problema de la estructura psicológica y como esta recibe los eventos, experiencias, sucesos y se conecta con la realidad, ha sido, y creo que aun lo es, un capítulo importante en la psicología moderna. ¿Cómo el hombre percibe el mundo? ¿Cómo se relaciona con él? ¿Cómo se enfrenta a los problemas? ¿Cómo asimila las buenas y malas experiencias? ¿Cómo le afecta estas o no? es el contenido de toda teoría psicológica que existe en la actualidad. Claro, las buenas y no muy buenas teorías que existen, porque hay de todo y muchas, que no logran explicar los eventos y solo se quedan en descripciones fenomenológicas, características que mas pertenecen a la filosofía y no a una ciencia natural.

La pregunta puede verse desde dos perspectivas, la primera   - que es creo yo desde donde se enmarca y se origina la pregunta -    desde la psicología de la mente o idealista, que manejan conceptos tales como consciencia o sistema mental que procesa los acontecimientos, las vivencias, las experiencias y toda relación que el sujeto ha tenido desde su niñez hasta la actualidad, y como esta mente o sistema psíquico lo ha procesado, esta psicología idealista viendo al niño como sujeto de desarrollo y dependencia,  no tiene las estrategias necesarias para poder procesar cualquier acontecimiento desagradable como si se supone    –erróneamente-    que el adulto tiene. El niño tendrá dos formas de hacer frente a estos problemas, por una parte encerrarse en su propio mundo y someterse, lo que le ocasionara perder su iniciativa, su franco desarrollo hacia la creatividad e individualidad y curiosidad normal en todo niño, baja autoestima y frustración, por otra parte el niño podrá rebelarse y tener un comportamiento que puede derivarse a lo antisocial, como forma de evadirse de los problemas los cuales no pueda manejar. En el caso de los adultos, si poseen las estrategias y técnicas necesarias, podrán hacer uso de muchas formas de procesar acontecimientos desagradables, tantos, como su desarrollo cognitivo le permita. Este enfoque le da a las experiencias y acontecimientos, hechos o sucesos una entidad propia con poder determinista por sí sola, es decir, los acontecimientos       –para usar una palabra de la psicología común y derivada de la medicina que personalmente no uso -        “traumáticos” aparecen en la vida psíquica de la persona y se repiten de forma determinista, es claro que ver así el problema,  le da a las experiencias un carácter de poder que no tienen por sí mismas. Bajo este enfoque se da  por descontado la pregunta ¿afectara este o aquel problema? Porque de hecho parte de la creencia que si le afectara de todas maneras, y el componente genotípico o fenotipico aportaran muy poco a la génesis de los problemas psicológicos o para usar la frase del encabezado al”daño psíquico”.

La segunda forma de responder a la pregunta del título, me trae a la memoria la frase de I.V Lenin. “La ciencia no se ocupa de las cosas por sí misma tanto como de sus relaciones con otra cosas”. En efecto, desde el análisis conductual un acontecimiento psicológico no aparece para ser determinista por sí solo, sino que, aparece y es reforzado volviéndose recién determinista. El determinismo funciona en este caso como predicción de la conducta, cuando se repiten las mismas condiciones, ambiente o variable que tuvieron lugar cuando se origino la respuesta primigenia y hace que se repita, entonces puede llegar a predecirse la misma respuesta. Desde el conductismo, al igual que en la frase de Lenin, no se observa solamente los acontecimientos que le ocurren a la persona –por si solas esas situaciones no tienen poder de “daño psíquico” sino a las relaciones que tiene ese acontecimiento con otras situaciones que le reforzaran, dando origen a su repetición –ya sea esta conducta emocional, abierta o encubierta (pensamiento), o sus relaciones con los castigos que harán que se extinga la conducta. Es importante aclarar que desde este enfoque, no solo se describe el acontecimiento y su efecto en la persona, ya sea este niño y adulto, sino también que explica  la relación que existe entre la situación estresante y el “daño psíquico” traducido en conducta problemática para la misma persona o para sus relaciones sociales, comprendido como una forma de aprendizaje, trata de explicar esas relaciones bajo los principios de las leyes naturales, como el asociacionismo, causa y efecto, condicionamiento  etc. Bajo esta segunda forma de tratar los problemas psicológicos “el daño psíquico” será establecido de la misma manera en el niño y en el adulto, y su repercusión en el niño será visto como una historia de aprendizaje en el adulto. Para concluir, si ese evento psicológico en el niño o adulto, no es reforzado positiva o negativamente, no causara ningún daño psíquico posterior.

 

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