lunes, 27 de julio de 2015

El ser humano ¿Una excepción?

¿Qué lugar ocupa el ser humano dentro del sistema natural que rige al mundo?, ¿somos una excepción en ese sistema  animal, vegetal y mineral sometidos a leyes y principios naturales y universales? No somos vegetales, ni minerales, ¿seremos parte del sistema animal? Muchos enfoquen dicen que no, el humanismo, el cristianismo, el existencialismo son algunas de los enfoques que resaltan la excepción  del ser humano en esos sistemas, provistos como estamos de una mente y una racionalidad procuramos elevar nuestra estatus existencial por encima de las otras especies, utilizamos para ello los conceptos de alma o espíritu,  racionalidad, pensamiento etc., que nos sirven como razón y sustento para defender la tesis de creernos únicos y la única creación perfecta que existe.

La excepción del ser humano en estos sistemas procura explicar nuestro origen único y exclusivo, no producto de la evolución biológica natural, sino, por un lado, como creación divina y en conexión mística mágico-religiosa con un Dios origen de todo; por otro lado, producto de un rompimiento óntico que nos hace seres dualistas con cuerpo y alma,- o en su  defecto, como una evolución de una especie biológicamente superior a las otras que trasciende su naturaleza,

La biología en estos tres últimos casos, solo es la base, el sustrato en que se funda la dimensión que trasciende lo físico, la fenomenología por ejemplo nos dice que el hombre desarrolla y se funda en su propio yo que lo trasciende en lo físico y lo social. Lo social por otra parte, se separa de lo natural, pera a su vez es asumida por la cultura, ese conjunto de simbolismo que ayuda a este rompimiento óntico que separa al ser de la animalidad.

Gran parte de la filosofía moderna se basa en estos postulados, las ideas, como  inicio de la subjetividad y de la afirmación racional que funda la decisión de lo que es objetivo y que no, que es verdad y que no, que es un hecho y que no, que autoafirma la utopía a alcanzar, que da origen de la concepción del mundo y de las cosas, que se niega en parte a aceptar postulados biológicos y naturales para la explicación de la conducta humana  es lo que da sustento a esta idea de la exclusividad  del hombre como ser único que se trasciende así mismo.

La sociedad actual idealista y humanista – no a la manera de los griegos - se niega a ver al hombre desde la biología y la ciencia en su relación con lo social y cultural, cuando se trata de las dimensiones ontológicas que componen el ser, lo natural pasa a segundo plano. Todo lo que sea externo al hombre no tiene causalidad en las decisiones humanas, esta, según la fenomenología viene de dentro del individuo, del ser, ese es su característica principal diferenciadora con el resto de seres existentes. Parte de las razones para que esto sea aceptado por la sociedad es el carácter intrínseco de la causalidad, es en lo interno en donde el hombre desarrolla su “alma” “su yo”  “su conciencia” de lo cognitivo parte y finaliza el análisis de lo correcto, dirigiendo valores y poniendo limites al conocimiento, rige y dirige la forma y las cosas que se puede y se debe permitir  conocer al ser, es en lo cognitivo en donde se funda el sistema, el mundo, la vida, de ahí parte hacia fuera, trascendiéndolo. Hasta ahí una cara de la moneda.

En la otra cara de esa moneda esta lo biológico y lo natural, el ser humano es parte –no origen ni finalidad – junto con los demás seres vivientes, de una evolución no programada, comparte características con otras especies igual como ocurrió en el pasado, específicamente la especie animal, el animal humano es visto desde la fenomenología y el existencialismo como un reduccionismo nihilista. Para algunos compararse con los animales es ofensivo, esa es una de las razones por las que Darwin y su teoría de la evolución de las especies fue mal visto por la sociedad inglesa conservadora de su tiempo, más aun, y no pecar de criticismo histórico, hoy mismo, existe resistencia para aceptarla. Pero es un hecho, el hombre es un ser biológico y social, quien quiera negar eso estaría fuera de las investigaciones realizadas desde el ámbito de la biología, la neurología, las llamadas neurociencias y la psicología en su parte más científica.

Los que niegan estas características humanas compartidas  con seres animales, alegan y comparan las acciones brutales que realiza el hombre y que lo acerca a la condición de animal, esa que, precisamente debe superar. Sin embargo y lamentablemente para nosotros los seres humanos, estas acciones brutales y barbarás que realizamos, pertenecen solo a la especie humana y no a la animal. Las guerras, la contaminación ambiental, la transmisión involuntaria de gérmenes y enfermedades, además de crímenes, perversiones y maldades de todo tipo  solo son realizadas por nuestra condición humana.

Pertenecer a la especie animal no nos rebaja como seres humanos, lo que nos rebaja como tal son nuestras acciones, el sabernos parte del sistema animal, más que llevarnos a una depresión nihilista de la vida, nos llevara a comprender mejor nuestra naturaleza  o condición humana. ¿Cuáles son esas condiciones que compartimos con los animales?, la ciencia nos dice que la evolución en todas sus formas y variables es una característica compartidas ontológicamente con los demás seres, ¿cuáles son esas variables y condiciones de la evolución? La herencia, los genotipos los fenotipos, las mutaciones, la variabilidad y la combinación genética, el aumento y reducción  poblacional, la selección sexual etc., estudios que están al alcance de todos quienes quieran leerlos, incluso en las redes sociales.

Debemos entender al hombre dentro de sus relaciones con las otras especies, no rompiendo la ontología que los une, el equilibro ambiental de supervivencia, la existencia misma de las bacterias, insectos y otras especies, guardan el equilibrio de vida que se necesita aun para persistir en la vida, el ser superior humano, se alcanzara como no, claro que si, desde las acciones y actividades culturales, pero se mantendrán con esas relaciones con las otras especies a las cuales estamos unidos.


Creo que la excepción del ser humano producto de este rompimiento ontico con las demás especies, es una forma, solo una, de ver al ser humano dentro del mundo, negarlo en su condición biológica y natural es reducirlo a solo una forma de estudio, minimizando su potencialidad y su supervivencia, su real aceptación y el desarrollo de formas técnicas o métodos para la real comprensión y corrección de su conducta.

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