El historiador griego Polibio al referirse a los
romanos dijo: “Ellos, más que cualquier otro pueblo, cambian fácilmente sus
costumbres e imitan lo que es mejor que lo suyo”. Y es que historiadores como
Pociña (1974) manifiestan que la épica romana es una continuación de la épica
griega, y que este hecho se repetirá en la literatura latina frecuentemente
como con la comedia y la tragedia que la
veremos en otro artículo.
Y es que llegan a esta conclusión por lo que Aulo
Gelio explicó al encontrar en la biblioteca de Patras –ubicada entre Atenas y
Olimpia – un ejemplar de la obra de Livio Andrónico quien fue el primer literato
romano, titulada Odysseia, que contenía el primer verso del primer poema épico
en latín, casi igual al inicio de la Odisea homérica.
Los romanos tuvieron contacto con la Magna Grecia por intermedio
de los etruscos en los siglos IV y posteriormente por la guerra contra Pirro 281-272
A.C. y las guerras púnicas 264-241 A.C. de ahi viene el modelo griego en la
literatura romana. Pero copiar un modelo
ya sea este material o simbólico se necesita estructuras anteriores de donde
construir cimientos para las nuevas adquisiciones, para ser más honestos con la
historia y los romanos, no es que estos hayan hecho “copia y pega” de los textos
griegos, que por lo demás, estaban en una lengua extraña y redactados de una
forma métrica nueva para ellos, los mismos romanos tenían bases culturales previas
y preliterarias también como los “Carmina conuiualia” que
según Cicerón eran poemas cantados en los banquetes a ritmo de flauta exaltando
a varones ilustres de la sociedad. Varrón nos invita a pensar que tal vez estas
“exaltaciones” de ilustres romanos ayudaron a que el épos griegos no cayeran en
saco roto y puedan haber sido asimilados más fácilmente por los romanos. Otra expresión cultural como la “Meniae” también pudiera haber ayudado en ese intento,
ya que eran -según la poca información que hay - como las “lloronas”, grupos de
mujeres pagadas que con un lamento cadencioso se lamentaban en los funerales
exaltando las virtudes del difunto.
Pociña (1974) añade la figura literaria del “elogio”
que juntamente con la “Carmina conuiualia” y la “Meniae” ayudo a la asimilación
de la épica en Roma.
Algunas obras romanas nos podrán ampliar más la visión
el tema, como la “Odusia” de Livia Andrónico del que no hay mucho dato, solo se
conoce que fue griego, probablemente fue un esclavo de una familia Livia, preceptor
de uno de sus hijos que alcanzó la libertad y también el nombre. Suetonio decía
de él que junto con Enio eran de los poetas antiguos y semigriegos que escribían
en las dos lengua, griega y latina. Centrándonos en su obra “Odusia” llega más información
a los historiadores por sus críticos que por su contenido, ya que siendo una
obra muy antigua sobreviven cuarenta y cinco versos. La controversia gira sobre
que, si la obra es una copia de la Odisea homérica o es un resumen de ella.
Para algunos historiadores es una “actualización” de su época de la Odisea
griega, o una interpretación de Livio Andrónico, pero flaco favor se le hace si
se persiste en que es una simple copia o resumen.
Otra obra épica romana es “Bellum Poenicum” de Gneo
Nevio, contemporáneo de Livia Andrónico, la obra podría enmarcarse como una
epopeya histórica subgénero de la épica y trata sobre algo que sucedió, la
primera guerra púnica, que narra la historia de la guerra entre Roma y Cartago
264-241 A.C al que le da un plus extenso sobre el origen troyano del pueblo
romano utilizando la leyenda de que Eneas funda Roma después de escapar de Troya
incendiada.
Quinto Enio fue un antiquísimo poeta romano y es el más
conocido de ellos por los historiadores actuales. Nace en el año 239 A.C en
Rudias ubicada en la bota peninsular, hablaba en latín, osco y griego. Su gran
cultura le abrió la puerta de Roma de la mano de Catón de él sobrevive su “Annales”
poema épico en dieciocho libros en donde narra la Historia de Roma hasta el año
171 A.C. remontándose inclusive a sus orígenes troyanos. Los Annales empiezan
con una invocación a las musas que le enseñan a Enio la transmutación de su
alma – algo parecido a las musas homéricas – la caída de Troya, la huida de Eneas,
su muerte y la leyenda de Rómulo y Remo la fundación de Roma y termina los libros
II Y III tratan sobre la monarquía romana. Luego los demás libros tratan sobre
la República, la guerra contra Pirro, las campañas de Catón, la guerra contra
Siria de los que se tiene en la actualidad muy pocos fragmentos.
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