En tiempos de pandemia los índices de trastornos emocionales han aumentado en comparación con las cifras antes de pandemia, ya sea en niños, adolescentes y adultos, la aparición de la depresión siempre es un problema que hay que saber detectar y tratar a tiempo.
Los
criterios para diagnosticar depresión en la infancia y adolescencia básicamente
son los mismos que en los adultos, sin embargo, la sintomatología de los niños
y adolescentes varían según su crecimiento, y puede ser variadas y hay que
estar atento para identificarlas a cualquier edad, por ejemplo la depresión de
un pre-escolar no es igual a la de un adolescente, las etapas del desarrollo
impregnaran su cualidad evolutiva al síntoma.
Luis
Iruela Cuadrado (2009) jefe del servicio de Psiquiatría del hospital de Madrid refiere
que en el lactante los problemas emocionales pueden ser a través del cuerpo
como regurgitación, rumiación, vómitos y cólicos, llanto frecuente, alejamiento
corporal a la figura materna, ausencia de sonrisa y letargia.
Los síntomas
en el pre escolar puede ser rabietas, retos, oposición, enuresis, encopresis,
rotura de cosas.
En el
escolar se parecen más al adulto, sentimiento de tristeza, disminución del
rendimiento académico, aislamiento, aburrimiento, desinterés por juegos y auto
depreciación. Pueden también en esta etapa aparecer síntomas psicosomáticos
como en los más pequeños cefaleas, dolor de estómagos nauseas, etc. Así mismo
hay que estar atentos a la posible aparición de las ideas de suicidio.
En la
adolescencia los síntomas pueden ser las conductas oposicionistas, negativistas
y disociables, consumo de drogas, alcohol, impulsividad, hipersensibilidad en
el trato con los adultos.
Signos de alarmas:
Los
padres deben estar atento a sus hijos y a la aparición de los síntomas de alarmas
como:
Ideas
de suicido.
Conducta
autodestructiva como consumo de alcohol, drogas y autolesiones (cortes)
Ansiedad
Inquietud,
euforia, verborrea.
Tratamiento e intervención:
El tratamiento
se orienta principalmente a la disminución de la intensidad de los síntomas hasta
su desaparición. Dependiendo de la gravedad de los mismos será necesario la intervención
del psiquiatra para la medicación, al respeto es necesario decir que la intervención
recomendada es el tratamiento cognitivo conductual que combinado con la medicación
si es necesaria, da mejores resultados.
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