miércoles, 29 de mayo de 2019

Desesperanza aprendida


Desesperanza aprendida o también llamada indefensión aprendida, se dice que es un sentimiento en el que la persona ha perdido por completo la motivación y la posibilidad de hacer afrontamiento ante las cosas o situaciones que le pasa, y piensa que no puede hacerle frente, que acabo toda su posibilidad de enfrentar la situación, en este caso la persona se resigna a su estado actual y está ligada a la depresión. Se le puede ver en los niños en las escuelas y frente a la violencia familiar, se le puede encontrar en la mujer resignada a la violencia de la pareja, y en las personas vulnerables.

¿Pero por qué ocurre esto? Muy bien, esto ocurre porque la persona no recibe reforzamiento ante la conducta o series de conductas que emitió para resolver el problema y encontrar la solución o para escapar de la conducta aversiva.  Por consiguiente, la indefensión aprendida es un estado en que la persona no emite ya ninguna conducta para evitar la conducta aversiva (situación), escapar de ella o encontrar la solución., debido a la falta de reforzamiento.

La excesiva estimulación aversiva (la situación que vive la persona) puede ser tan grave o permanecer un largo tiempo de manera tal que,  genere un déficit en la actividad motora (depresión) muy grave en la persona que la puede llevar a la muerte (suicidio)

viernes, 24 de mayo de 2019

Estrategias de afrontamiento adaptativas y desadaptativas en mujeres maltratadas (lo que piensan y hacen)


“Las estrategias de afrontamiento son los esfuerzos cognitivos y conductuales que son cambiantes, que se desarrollan para hacer frente a las demandas externas e internas que son evaluadas como desbordante de los recursos de un individuo” (Lazarus y Folkman 1986). Pueden enmarcarse en dos categorías las de aproximación y de evitación.


  Las mujeres maltratadas usan estrategias funcionales o adaptativas y estrategias disfuncionales o desadaptativas, las primeras llevan a enfrentar y buscar soluciones a su problema de violencia, las segundas llevan a evitar o escapar de la situación de violencia, aliviando las emociones negativas por un tiempo, pero el problema se mantiene y vuelve en un tiempo, además las estrategias disfuncionales están relacionadas con intentos de suicidio.

Algunas estrategias disfuncionales o desadaptativas:

-No aceptar que tiene un problema de violencia
-Beber alcohol o consumir drogas.
- Someterse al agresor: Basada en el mito de que la esposa debe aceptar designios del destino
- “Aguantar”  ….“me callaba para que los niños no se enteren.
- Justificar la conducta del agresor: Esta borracho, cuando no toma es buena persona.
- Sentir vergüenza: “Que dirán los demás, la censura exterior”
- Creer que el agresor cambiara por si solo.
- Aislamiento

Algunas estrategias funcionales o adaptativas:

-Buscar ayuda.
- Realizar la denuncia.
-Enfrentarse a los obstáculos en el acceso de la justicia. “lo denuncié varias veces y no obtuve resultados, pero seguiré los procedimientos para la denuncia”.
- Apoyarse en creencias religiosas: Dios me sostuvo, me mantuve con fe para mejorar mi situación.
-Autodeterminación y firmeza: “Me dije a mi misma nunca más aguantare un golpe”
-Apoyarse en vínculos interpersonales: “Mis primos me ayudaron sabía que podía contar con ellos”.
-Iniciar psicoterapia:
-Hacer comparaciones: “Me compare con otros hogares otras mujeres que viven bien, me compare con otras mujeres que también tenían un hijo discapacitado como yo, y me decía ¡Yo no tengo la culpa ¡¿Por qué me acusa a mí de esto? .
-Pedir al juzgado la exclusión del agresor del hogar.
- Extraer valores positivos de la experiencia negativa.

jueves, 16 de mayo de 2019

Perfil psicológico del agresor en violencia de pareja.



No hay un  perfil psicológico universal  del agresor en violencia de pareja, algunos  casos presenta trastorno mentales, como adicciones o psicosis, otros casos trastorno de personalidad como psicopatía,  y los más frecuentes déficit de control de la ira, distorsiones cognitivas, déficit en habilidades de comunicación y de solución de problemas,  baja autoestima y machismo acentuado, es decir, personas normales clínicamente hablando que son imputables y que no son “enfermos” sin embargo presenta déficit psicológicos que hay que tratar.

El estudio del perfil psicológico de estas personas ha aumentado mucho últimamente, estas características son importantes para comprender el porqué de sus acciones violentas contra las mujeres e implementar medidas de prevención psicológicas para eliminarlas o reducirlas.

La conducta del agresor tras un feminicidio es variable, el agresor no huye salvo que tenga antecedente penales, por lo tanto, o no huyen y se entregan o se suicidan o tienen intentos de hacerlo, los que se entregan justifican su acción como un acto de justicia.  Los maltratadores peligrosos son celosos, se sienten humillados por la ruptura de la relación por parte de la mujer ya que son posesivos, baja su autoestima, y si tiene esa conducta habitual consumen drogas y alcohol, si tienen tratamiento psiquiátrico no lo siguen, menos lo terminan, tienen historial de maltrato a parejas anteriores, se comportan como que si no tuvieran miedo a las consecuencias punitiva de su acción, y le echan la culpa a la víctima de sus males. (mi mujer es la culpable, no me deja hacer lo que quiero, se va con sus amigas, con su mama, abandona a mis hijos).

La ruptura de la pareja a menudo origina o provoca graves consecuencias  de  dolor y frustración, sienten que se desintegra su proyecto de vida, pierden a las personas queridas, alejamiento de los hijos, sienten que están perdiendo su hogar, y si hay pago de pensiones sienten  que es exagerada y una injusticia, esto se incrementa cuando las decisiones judiciales para proteger a las victimas  traen como consecuencia una ruptura de vida brusca del agresor, por ejemplo meterlo al calabozo, ordenar su salida del domicilio, perdida de contacto con los hijos, , problemas económicos y laborales  que lo llevan a experimentar falta de expectativas (no tener nada que perder) .
Sabiendo esto, las autoridades y la victima deben tomar las acciones preventivas inmediatas para el alejamiento del agresor de forma tal que no logre ubicar a la víctima y asesinarla., en este sentido el apoyo social, familiar, del Estado y de la propia víctima para que tenga el valor para alejarse de las condiciones que la presenten vulnerable al agresor.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Como detectar el riesgo de violencia en la pareja


En el problema de la violencia contra la mujer y los miembros del grupo familiar se ve una serie de formas de violencia que el maltratador ejerce sobre ellos, desde los tipos de violencia como son la sexual, psicológica, física y económica, hasta la modalidad que toma cada una de ellas, por ejemplo tenemos al maltratador psicológico el agresor físico que agrede a la mujer pero no la deja grave, está el potencial asesino, y aquel que no pasa la manutención económica, por supuesto que todas estas formas de violencia son tan grave, ni una es menos que la otra, pero entre estos tipos de maltratadores tendrán perfiles psicológicos distintos, la detección de la peligrosidad es una necesidad imperiosa para evitar feminicidios, pero vamos por parte: El riesgo es la contingencia o proximidad de un año, debemos entender esto dentro del marco de la violencia contra la mujer, como la posibilidad de ocurrencia de conductas que le hagan sufrimiento, daño o muerte a la mujer.

Se ha identificado que conductas de la pareja conllevan riesgos a causar feminicidios:
-          Violencia física y el aumento de la frecuencia de los incidentes violentos.
-          Aumento de la gravedad de las lesiones físicas.
-          Amenazas de muerte, amenaza o uso de armas u objetos.
-          Intentos fallidos de homicidios.
-          Intentos fallidos de separación por parte de la mujer
-          Acoso o entrada sin autorización en el domicilio de la mujer después de la separación.
-          Agresiones sexuales en el matrimonio.
-          Estar obsesionado con la pareja.
-          Consumo de alcohol y drogas.
-          Impulsividad, historia de depresión, intento de suicidios.
-          Quebranta las órdenes judiciales de alejamiento.
-          Si el agresor tiene problemas económicos o carece de red de apoyo.

Establecer un cálculo de riesgo, aunque esto conlleve cierta dificultad ayuda a tomar conciencia, soluciones a la víctima y decisiones a la autoridad (Maden 2007).

El perfil psicológico del agresor ha sido materia de estudios diversos, pero se han circunscrito a las características de estos perfiles, podemos saber gracias a esos estudios porqué de la conducta violenta y se puede implementar medidas contra eso. Sin embargo, en el ámbito de la predicción de la conducta violenta los métodos de evaluación psicológico no han satisfecho del todo a lo exigido en la problemática ya que se ha evaluado principalmente la peligrosidad del agresor tomando en cuenta la “intención” su historia criminal, enfermedad mental factores que no necesariamente están en los agresores de pareja.

El estudio de los tipos de peligrosidad se ha determinado por dos tipos de procedimiento: la clínica forense, o la tipología del agresor, la primera evalúa rasgos de personalidad, como agresividad, egocentrismo etc. mediante la entrevista y datos obtenidos de los procedimientos habituales. Por la tipología del agresor ve el perfil delictivo (agresor acosador terrorista) ambas son buenas, sin embargo, con poca precisión predictiva (Andrès-Pueyo.2009).

Esto podría darnos un falso negativo, es decir las personas pueden ser valorados como no peligrosos y sin embargo cometen violencia contra su pareja. O falso positivo se valora a la persona como peligroso, pero sin embargo no va a cometer conducta violenta, con las consecuencias negativas que en ambos casos conlleva.

¿Entonces como valoramos el riesgo? Se estima que para predecir la conducta violenta no se necesita saber las causas, si no, el contexto en que esta se desarrolla y los factores de riesgos asociada a ella, en este sentido existen  Escalas que valoran el riesgo de violencia grave contra la pareja o expareja y se aplica tanto en el juzgado, comisaria y el ámbito forense y tienen puntos de corte que permiten cuantificar el riesgo (bajo moderado y alto). La Escala más conocida es la de Echeburùa aplicada en España, cuyos ítems agrupan diversas categorías como datos personales, situación de pareja, tipo de violencia, perfil del agresor, y vulnerabilidad de la víctima.

En nuestro país en el marco de la Ley 30364 se aplica igualmente una “Escala de Valorización de Riesgo” en el ámbito policial, judicial y en el Centro de Emergencia Mujer, en donde se valora, cuantifica y analiza los riesgos y ayuda a gestionar la prevención del feminicidio, esta Escala se centra en los antecedentes de violencia en la pareja, la relación de pareja y la vulnerabilidad de la víctima, es de aplicación obligatoria para gestionar los planes de atención y cuidado de la víctima y evitar feminicidios.


FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...