Como sabe el lector de este
humilde blog, en ocasiones hacemos un alto a los temas de la psicología y
tratamos diversos temas ya sean académicos o no, en este artículo, si bien es
cierto que trataremos igual de la psicología, la veremos esta vez en lo que alguna vez
Petrarca llamo “la edad de la obscuridad”, llamada también Edad Media,
expresión académica que invento el historiador Guizot allá por el siglo XIX. Casi
todos los historiadores modernos ya dejaron de considerarla obscura y sombría,
y aunque el término medieval suene aun peyorativo para algunos, en este
artículo dejaremos de lado ese sentido y la llamaremos época medieval o
simplemente medieval. Y como tampoco existía la psicología como tal, nos
referiremos a ella como procesos psicológicos.
He recopilado información de
historiadores modernos como Fosster, Verdón y Heidegger y Foucault así como filósofos de la época como
san Agustín, Scoto, santo Tomas y Guillermo de Ockham que describen los
procesos psicológicos en su dimensión cognitiva, emocional y conductual que se
manifestaban en el común del hombre medieval,
en su mayoría, la documentación del tema no existe en términos de
tratado, la información en gran parte es volátil y hasta especulativa como el
conocido “derecho de pernada” que según algunos historiadores es falsa, sin
embargo este escrito puede enmarcarse dentro de lo histórico-psicológico-descriptivo.
Para ubicarnos como Perú en la época en que escribimos, diremos que
mientras los turcos invadían Constantinopla (1453) en nuestras tierras Túpac Yupanqui fundaba el
Imperio de los Incas, Durante los mil años que duro la Edad Media, por el Perú
paso la cultura Chimú, Mochica Nazca, el Imperio Huari y Tiahuanaco.
La percepción
Este sistema fisio-neuro-psicologico
es el que nos pone en contacto con el mundo que nos rodea, en esa tiempo la
relación y contacto con el conocimiento era
factico, es decir práctico y material, pocas personas –generalmente los
clérigos hacían uso de los simbolismos y abstracción del conocimiento y las
cosas, pero el conocimiento inmediato se hacía en la mayoría de las personas
por medio de los sentidos, ahora bien, como los sentidos también perciben
placer, debieron de tener mucho cuidado de no caen en lo que san Agustín
llamaba concupiscencia es decir la tentación del placer, como la vista “voluptas oculorum” , la primera impresión con
las cosas se hacía por medio de los ojos de ahí por ejemplo, partían los aromas
olfato “Illecebra odorum”, el oído “voluptas aurium” . Toda este sistema
percepctivo contactaba con el conocimiento tanto natural como sobrenatural, sin
embargo si este contacto con el mundo el ver, oír, gustar era para el deleite
persona no habría problema ni condena divina, pero si este contacto se hacía
para un conocimiento que te lleva a descubrir cosas divinas, hacer preguntas
sobre la existencia de Dios, dudar de la fe o con el afán de saber más de lo
que se debía en esa época estaba condenado por la iglesia.
La Memoria:
Se consideraba como un gran almacén
san Agustín decía en las Confesiones, memoria penetrale, amplum et infinitium
”deposito oculto inmenso e infinito” en
donde se guardaba las vivencias diarias y el conocimiento desde los números
aprendidos, leyes de relaciones espaciales, letras e idiomas, sonidos etc. hasta como cocinar, se le consideraba
importante para que el hombre común realice su vida diaria de forma efectiva.
Todo se hacía con la memoria, el aprendizaje, el pensamiento la conciencia y
hasta los afectos estaban relacionados con la memoria en la que debías de
organizar las vivencias y los datos que en ella había para formar pensamientos
y actividades, amor y odios. Para fines prácticos la memoria era el alma misma.
Una dimensión interesante era el Oblivio
– el olvido- pues san Agustín decía que había una memoria del olvido que estaba
presente cuando no se acordaba del concepto pero si de la palabra que
pronunciaba, de ahí la antinomia: Si la memoria está aquí y me acuerdo de algo,
el olvido no puede darse, pero si el olvido esta no me acuerdo de nada,
entonces ella misma –el olvido- no está
aquí. Más que un juego de palabra es el concepto que en la conciencia es decir
la memoria, la representación y la ejecución de algo no está dividida. Esto
hace a la memoria un fenómeno psicológico de primer orden en la época medieval
que contenía a su vez otros procesos como pensar, sentir, hacer, percibir, y la
esencia misma del alma..
El afecto
El afecto es la expresión
objetiva y vista de la emoción, el hombre medieval era poco afectuoso, de hecho
las muestras de cariño, emociones y sentimientos de bondad se veía como signos
de debilidad, no podría ser de otra manera, guerras entre países, reinos y
principados feudales, caseríos y entre los mismos vecinos, eran cosa de todos
los días, el afecto era permitido en círculos íntimos como la familia, pero
pocas veces en público, si acaso se daba la ocasión de ser solidario o
bondadoso con los enfermos, leprosos, personas con alguna deformación, era
considerada como expresión de lastima o
una gracia de Dios, pero demostrar afecto por sí mismo en público que no tenga
como escusa la ayuda humanitaria era considerada una debilidad.
Las artes de la guerra y de la
pelea eran parte de la instrucción desde edades propicias para la lucha, las
labores de trabajo y el arte de la guerra eran bien diferenciadas del oficio de
filosofar, actividad reservada solo a
miembros de la iglesia y uno que otro mortal con el dinero suficiente como para
dedicarse a eso, y esas artes se le enseñaba a los niños, aparte de eso, se les
instruía para ser productores más que consumidores. El afecto en la familia se
manifestaba con el mayor machismo que pueda existir, el hombre dueño absoluto
del conocimiento y de las artes de la política y la vida social, dirigía todo
lo relacionado a las relaciones de pareja y familiares, incluso el maltrato
físico y verbal era la manera habitual en que se desarrollaba la relación de
pareja., ¿qué afecto podría provocar la mujer? considerada por Aristóteles como
un ser sin alma y sin comprensión, era considerada lo que Fossier escribía “la
puerta del diablo” la tentación irrefrenable que no se podía controlar más que
con el encierro. Como no se preocuparon, interesaron o importaron en conocer a la mujer, le
temían, pero el temor no era demostrado así si no como desprecio y odio en fin,
nada extraño tomando en cuenta que los pensadores de la época eran clericós que
nada le importaban enterarse del asunto y hacían su filosofía basada
fundamentalmente con la biblia. La envidia, el temor, el deseo la venganza,
sentimientos que se daban también entre miembros de la familia amigos y vecinos
eran sentimientos y expresados en emociones violentas, los robo, asesinatos, homicidios por herencia o
propiedades eran muy común entre familia.
El hombre medieval era muy
temeroso, miedo y terror marcaban la relación con la mayoría de los animales
temor heredado como no, del hombre antiguo preocupado por su supervivencia no
le quedaba otra que marcar distancia con los animales que no podía controlar.
Sin embargo el afecto hacia los caballos y los perros se fortaleció, eran con
estos animales los únicos con los que el hombre medieval desarrollo afecto, el
mismo que se mantiene hasta nuestros días.
La caída del imperio carolingio
dio lugar a una anarquía en los inicios medievales, en las anarquías siempre está
presente la violencia, la guerra entre Estados, caseríos o grupos de gente
traían como consecuencia invasiones, saqueos, violaciones y asesinatos incluso
a los rendidos, la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra es una
prueba de ello, en sus desplazamientos los soldados arrasaban con caseríos y
pueblos, violaban mujeres y se
apoderaban de los bienes encontrados. En fin en cuanto a los afectos y
emociones el hombre medieval era más reactivo, agresivo violento que
contemplativo y sensible.
Nivel intelectual
Si bien es cierto que en esta
época se abrió los colegios y la primera
universidad, la realidad es que el hombre promedio no sabía leer ni escribir al
menos antes de 1,250, después de ese año algunos comerciantes aprendieron a
escribir y leer, algunos sabían leer pero no escribir. El cronista Villano
decía que en la Florencia del año 1350 el 70% de las personas sabían leer y
escribir, para Fossier (2008) esto no es
más que una pretensión de un italiano
arrogante; por consiguiente el
pensamiento era en su mayoría concreto y funcional, sabían de las cosas por
contacto físico por manipulación, ensayo y error, desde labores diarias y simples
hasta algún oficio manual y poco intelectual, por lo general como ya se dijo
los clérigos o las clases altas eran más instruidas en la lengua griega,
después el latín la desplazo como lengua en el que estaba escrito casi todos
los libros. Los curas y la iglesia poseían biblioteca que les facilitaban el
conocimiento de las cosas. Dicen que Carlomagno nunca escribía ni firmaba nada
porque no sabía, hasta que se inventó los sellos en los que los reyes y
príncipes incultos- que los había- ponían su sello real como muestra de
conformidad. El pensamiento abstracto era muy escaso, solo los filósofos,
clérigos y alguna que otra clase social alta usaban este nivel de pensamiento
para sus escritos y dirigido a ciertos grupos de personas que leían y sabían
latín, que al final de cuentas quedo como idioma de los doctos.,
Sueños
Los sueños del hombre medieval
eran de naturaleza igual al del hombre de hoy, ¿Qué soñaban? Pues deseos, las
vivencias del día, las vivencias pasadas, ¡¡¡ en fin ¡¡ lo que en el imaginario popular existía, si eran una
sociedad ruda y violenta no es de extrañar que se soñara con guerras y
violencia onírica. En los inicios de la
Edad Media aún se consideraba a los sueños como en la Edad Antigua como una gracia o don divino de premonición adivinación
y predicción, los reyes y los pajes soñaban, e igualmente como se piensa hoy,
se creía que si soñaban alguna desgracia algo malo estaba por venir así que se
resguardaban, incluso los sueños fueron utilizados por la Santa Inquisición en
su lucha contra los herejes, incluso si un rey soñaba que entraba en guerra con
otra nación y ganaba, era un incentivo para declarar la guerra a esa nación.
Tanta importancia le daban a los sueño que en el concilio de Letrán en el siglo XII los clérigos prohíben la
interpretación de los sueños, en verdad solo el psicoanálisis a principios del
siglo XX con los estudios de Freud dieron una interpretación seria a los sueños
a la par con el tratamiento psicoanalítico de la persona, pero la
interpretación freudiana no tiene el
halo divino medieval, sino un intento de explicar los deseos, frustraciones,
vivencias e imaginario del paciente, pero aun así y aunque mal le pese a los
psicoanalistas queda en eso, en una interpretación que ayuda en algunos casos a
responder las preguntas del paciente, pero interpretación al fin.
Sexo
Aristóteles decía “La mujer no
tiene espíritu, no comprende lo que hace, por eso es necesario castigarla, san
Jerónimo aconsejaba pegarle – razonablemente corregía Beaumanoir” (Fossier
2008). Como la escolástica medieval era
en parte aristotélica era obvio que el filósofo griego tenía mucho de
influencia con el machismo de la época. Se practicaba el sexo solo para la reproducción
y dentro del matrimonio por lo general, el erotismo era escaso y el romanticismo
entre pareja solo lo practicaba los caballeros. Como fue común en esa época- y
hasta hoy diría yo- la mujer era una incomprendida en cuanto al sexo, se le
veía como una persona endemoniada si demostraba deseos irrefrenables o
insatisfacción, tenía que usar el cabello recogido, nunca suelto que solo era
reservado a su casa o a su marido porque era síntoma de seducción y provocación
hacia los demás hombres.
El alma
La dimensión existencial del
hombre medieval era dualista esto es cuerpo y alma, no existía la dimensión
psico-bio-social, ni el psicoanálisis ni la psicología del comportamiento, para el común de los hombres el alma era la
que mandaba sobre el cuerpo que a su vez se sometía a la voluntad divina. La filosofía de la época era la escolástica
que racionalizaba la existencia de Dios bajo influencia del gran pensador de la
época san Agustín y en parte de santo Tomas que tomaron filosofía platónica y aristotélica
racionalizando y justificando las pruebas de la existencia de Dios. El alma del
hombre medieval era un alma débil sometida a cientos de tentaciones, deseos
divinos y su purificación, salvación o perdición era voluntad divina, la
existencia del bien y el mal solo era una opción para el paso al más allá. Si
eras un hombre feo y deforme, era castigo divino, si era infeliz y con muchas
desgracias era porque te habías portado mal y Dios te mandaba esos castigos.
Tomas de Aquino en 1250 escribió sobre
los pecados capitales como pulsión del espíritu. Se creía como hoy, que el alma
le sobrevive al cuerpo, y que el paso por esta tierra solo era una prueba si n
muchas cosas que obtener porque el mas allá era lo mas importante.