A Ud. le gustaría que su hijo se
comporte educadamente en toda situación, que salude “buenos días” siempre a
cualquier persona, o que mire de frente a los ojos siempre independientemente
de con quién esté hablando, que responda o pronuncie la “rr” ante la consonante
R, r,
pero
también ante las diversas formas de esa consonante, como R, r. Que
juegue igual de divertido con un grupo de niños que con otra clase de grupo de
niños. Que pare lo que está haciendo, cuando alguien le diga ¡¡¡No¡¡¡¡. También le gustaría a Ud. mismo hacer un buen análisis en diversas situaciones
ya sea en su trabajo o en su vida familiar, o al menos, un análisis que se
acerque a lo correcto, por ejemplo: Un medico querrá hacer un buen diagnostico basado en el análisis correcto de síntomas
que veces puede ser únicos y otras veces diferentes pero con ciertas características
de otros síntomas, de hecho su equivocación podría traerle problemas a su
paciente.
Pues esta es la definición
conductual de la generalización (Becker 1975) “Cuando una persona responde ante
un estimulo nuevo, de la misma forma que ante un estimulo previamente enseñado
que tenga alguna de las mismas características se llama generalización”
Así ocurre en los ejemplos antes
mencionados. Un niño saluda siempre cuando entra en cualquier ambiente, mira de
frente cuando habla a su profesor y a sus compañeros de aula, pronuncia la
consonante “rr” ante la palabra “rata” o “perro”. Cuando un medico aprendió en
su internado viendo a otro médico que ciertos síntomas orientan hacia un
diagnostico y acertó, y él hace lo mismo cuando se encuentra con otro paciente
con los mismos síntomas acertando también. Todos ellos han tenido respuestas
generalizadas o conducta generalizada. Como un plus les diré que si el mismo
medico se encuentra con otro paciente que tiene los síntomas parecidos pero no idénticos
que el paciente anterior y acierta nuevamente con el diagnostico, estaría haciendo
una conducta discriminativa, lo que tratamos en el artículo anterior.
Es positivo que se le enseñe a
los niños a responder con conductas generalizadas, ya sea en la enseñanza
aprendizaje y “formación de valores” y en algunos aspectos de su educación,
aparte obviamente de las conductas discriminativas que también son importantes.
Esperar que los niños y las
personas generalicen sus conductas naturalmente es una espera que no tiene éxito
porque no se da comúnmente, así que no lo dejemos a la suerte o a la voluntad
de la persona. Saber generalizar naturalmente es la excepción, no la regla, así
que hay que enseñarle, tanto en el caso de niños como en adultos. Pero la
enseñanza no se da solo en el consultorio, hay que también ampliarla a la
escuela y en el hogar, para eso, lo que hago en el consultorio es enseñarle
hacerlo a los profesores y a los padres o cuidadores de los niños, para que el
cambio se dé en la escuela y en la casa.
Para que el cliente – adulto o
niño – responda igual a dos situaciones diferentes, lo que hago es recalcar las
situaciones comunes que existen en esas dos situaciones, por ejemplo podemos
empezar a enseñarle a Juancito a mirar a los ojos a niños de su misma edad, como
Juancito es varoncito, se le enseña a mirar a los ojos a todos los varoncitos,
empezando con sus amigos Pedrito y Matias, ampliando la enseñanza a varios
amiguitos del salón –todos varoncitos- para después, luego del reforzamiento
adecuado, ampliar a las mujercitas y así después pueda mirarle a los ojos
cuando habla con adultos. Para esto se le hace saber al niño que Pedrito y
Matias tienen ambos su misma edad, comparten los mismos juegos, van en la misma
movilidad a sus respectivas casas etc., el entrenamiento al profesor va por ese
camino, para que haga saber a Juancito las similitudes entre Pedrito y Matias,
incluyendo el color de cabello, ojos y estatura. Hay varias técnicas para
enseñar generalización a los niños ya adultos. Lo importante es recalcar que
cuando se enseña una conducta debe haber control de estímulos, control que debe
perderse paulatinamente cuando existe ya la generalización, ya que el niño o
adulto debe aprender a comparar situaciones por si misma ya sin control de ningún
orden.
Como siempre le digo a los padres
y clientes que vienen a consulta, la paciencia y la constancia es clave en el
aprendizaje, dependiendo del sujeto y su historia de aprendizaje, las
condiciones ambientales que este se ha dado y su adaptabilidad al
reforzamiento, el tiempo variara, unos aprenderán
más rápido que otros, pero al final todos aprenden.
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