Las
conductas problemáticas y las dificultades de aprendizaje por lo general van
juntos, es cíclico, muy a menudo es causa y efecto, muchos alumnos que
presentan problemas de conducta tienen a su vez malas notas dificultades al
aprender materias como matemáticas y lenguaje, Vidal Abarca, Dolz y Alcantud (1982)
muestran que hay una relación estrecha entre conducta problema y rendimiento
escolar, y las cosas no parecen haber cambiado mucho desde entonces.
El
alumno que presenta disrupción en el aula se levanta de la carpeta, habla,
grita y conversa en clase y no tiene las habilidades o no las pone en práctica
en las materias que las necesita como atención y concentración en las matemáticas,
seguir los procedimientos etc.
La socialización
escolar necesita que el alumno ponga en práctica las funciones cognitivas neurológicas
adecuadas, como habilidad motriz, perceptiva de lenguaje ya que la escases de
estas habilidades o su deficiencia dispone al alumno a alejarse dl grupo a
interrumpir la clase, el alumno hiperactivo poco reflexivo tiende a ser más impulsivo
y aparentar al grupo ser más agresivo.
Ahora
bien, la pregunta que se hacen algunos es ¿El alumno no aprende porque su
conducta problemática se lo impide, o se comporta mal porque no aprende? Es un
ciclo rotativo, no aprender genera conducta problema y esta a su vez genera no
aprender, en la mayoría de los casos para no ser absolutos, el problema se
genera no por deficiencia intelectuales del alumno, si no por su escasa
habilidad social con el grupo y el profesor.
La intervención
a la conducta problema debe mejorar el aprendizaje, y si el problema de
aprendizaje es especifico como dislexia esta debe ser tratado especialmente y
esta intervención debe mejorar la conducta del alumno.
El
mejor momento de la intervención es en edades tempranas, pre escolar, inicial,
primaria, si es posterior también debe dar resultados, aunque puede demorar más
los resultados.
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