jueves, 13 de octubre de 2016

Los padres como factor en la conducta desafiante de sus hijos.

Padres temperamentales,  descuidados,  impulsivos, desatentos y características similares   pueden servir como modelos a sus hijos para desarrollar conductas desafiantes y negativistas, y no solo como modelos si no, la misma forma inconsistente de los padres de establecer normas de conductas duraderas  evitan reforzar positivamente a los hijos en conductas adecuadas, esa inconsistencia hace que los padres cedan ante la presión y la demanda de sus hijos, estos aprenderán a que si insisten con sus demandas y desafíos, saldrán ganando y obtendrán lo que quieren.

Los padres  cuando son inconsistentes con sus normas de conductas, pretenden obtener en ciertas ocasiones que el adolescente o el niño haga lo que se le pide, y si pone algo de presión el resultado puede ser inmediato, se refuerzan negativamente de esa manera ya que si  gritan o se alteran obtendrán la conducta que quieren. El trato que tengan entre los padres es importante o de los padres a otros miembros de la familia otros, hijos, abuelos, tios etc, esto servirá como modelo de comportamiento para el hijo.

La depresión de uno de los padres, la conducta antisocial de uno de ellos, conductas antisociales y agresivas de los padres pueden disponer modelos a seguir en el niño para manifestar conductas  desafiantes a los profesores.

Por último la genética puede jugar un rol importante, los padres pueden tener cierta disposición genética para manifestar conductas negativistas y crear un ambiente conflictivo, los niños pueden heredar esa genética y realizar las mismas conductas, el conflicto en estos casos aparece por los parecidos genéticos más que por variables ambientales o conducta  directa de los padres. En estos casos una intervención a tiempo puede modificar en parte el comportamiento derivado de lo genético en medida tal que pueda proporcionarle al niño  una mejora en las relaciones sociales, control de impulsos y dominio de sí mismo.



miércoles, 12 de octubre de 2016

Temperamento del niño en la conducta negativista-desafiante

Empecemos a explicar el segundo factor que Berkley desarrolla como causa de la conducta desafiante, por si solo, el temperamento puede  influir en el desarrollo de la conducta problema, ahora, si a esto se añade formas de crianza inconsistente con reforzamientos intermitentes que mantienen conductas de evitación, el resultado puede ser grave y duradero. El niño aprenderá efectivamente a que su conducta desafiante lo salva de algunas situaciones aversivas y se aprovechara de esto para repetirla.

Los niños con Hiperactividad por ejemplo, desarrollan temperamentos difíciles de manejar, ellos por su propia forma de ser inician conductas y son muy difíciles de parar, cuando son reprendidos por sus padres, contradicen y desafían para realizar lo observado.

El temperamento en el niño,  puede observarse desde muy pequeños, y son predictores para conductas disruptivas, sin embargo dependiendo del sexo, el desarrollo tomara forma de conducta problema en los niños y en las niñas desde conductas disruptivas hasta trastorno internalizados como como ansiedad, depresión o baja autoestima.


El pobre control de impulsos, la falta de conducta asertivas, el temperamento fuerte y belicoso y el aprendizaje de evitación de conductas aversivas  por medio del desafío, enfrentamiento y la violencia, juntos,  son predictores de probable conducta antisocial en el futuro, más que si se presentaran estas conductas por si solas.

viernes, 7 de octubre de 2016

Practicas de crianza en la conducta negativita-desafiante en niños y adolescentes

Voy a describir los cuatro factores propuesto por el psicólogo norteamericano Barkley para explicar la conducta negativista-desafiante en niños y adolescente, ya en un excelente artículo de Portugal Fernández que puede ser encontrado en la web trata el tema, por mi parte, a  petición de algunos padres de familia que me han preguntado a que se debe el comportamiento de sus hijos, lo explicare de manera tal que pueda responder en parte a sus preguntas. Los factores que Barkley desarrolla son: practicas de crianza, característica del niño o del adolescente, característica de los padres, factores contextuales, cada tema lo explicare por separado en cuatro artículos.
Las relaciones entre padres e hijos pueden moverse en polos opuestos desde una relación intima, estable y que conlleve al desarrollo integral de los hijos, hasta relaciones complicadas, violentas, conflictivas.  Describir sentimientos  subjetivos en esas relaciones es complicado para el psicólogo, y entenderlas para la mayoría es aun más, sin embargo describiendo las conductas que se dan y que pueden ser fácilmente observables se va a una mejor comprensión de estas relaciones.
La forma que adopta las pautas de crianza, la persistencia y duración están relacionadas con la conducta rebelde y desafiante. Entre los padres y el niño existe una relación conflictiva que ha sido reforzada mutuamente, los padres refuerzan positivamente al niño  al darle lo que reclama con rabietas y este aprende que así conseguirá las cosas que desea; luego se da el reforzamiento negativo a los padres, ya que al darle al niño lo que quiere, este cesa de hacer las rabietas y con ellas, cesa la molestia de los padres quedando así reforzados, ya que para la próxima sabrán cómo hacer que el niño se calme.
Para muchos padres sus hijos son una molestia, evitan relacionarse con ellos, hay poco apego, siendo las cosas así, poco o nada sabrán ellos de las conductas adecuadas de sus hijos que necesitan reforzarse, no están al tanto de la conducta de sus hijos en la escuela, ni con sus amigos. Se sabe que los niños con conductas desafiantes en la escuela tienen padres poco preocupados e interesados en su rendimiento escolar. Los padres pueden pasar de la simple molestia a sentir verdadero “rencor” a sus hijos, esto le impide felicitar a sus hijos cuando estos tienen conductas adecuadas, relacionarse y disfrutar con ellos momentos que pueden servir para mejorar la relación. Para los padres es difícil relacionarse con el adolescente respondón, evitan hacerlo, desconociendo su conducta fuera de casa, poniendo en peligro al niño o adolescente en caer en la delincuencia, los padres parecen ignorar la conducta inadecuada de sus hijos y hasta se “acostumbran” de ello, por lo que a vista de otros padres pueden tener fama de “inconscientes”
Cuando los padres por fin quieren reforzar la conducta  adecuada de sus hijos, lo hacen con ironía, producto de la molestia de tiempo que sienten por ellos pueden decir algo como “que bien que hayas limpiado tu cuarto, estas dejando de ser el sucio de antes” que no refuerza adecuadamente y provoca que el adolescente vuelva a  realizar la conducta inadecuada. Las investigaciones dan cuenta del papel del reforzamiento negativo en las relaciones conflictivas padres e hijos vistas cuando uno u otro debe de alterarse o gritar más para poner fin a la comunicación, de esta manera se evita seguir la situación aversiva que sería la protesta del niño, o la orden, o critica de los padres. Entonces la conducta rebelde si bien es cierto puede aparecer reforzada  por llamar la atención, llega a un punto que se presenta solo para evitar la situación aversiva. Lo recomendable es cambiar estilos de crianza, una comunicación adecuada, menos situaciones aversivas y más reforzamiento a conducta adecuadas.


FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...