jueves, 28 de abril de 2016

SINDROME PREFRONTAL Y PERSONALIDAD SADICA

Este artículo es una respuesta al interés de un  lector  que se origino por la lectura de un artículo anterior  publicado en el año 2012 sobre “personalidad sádica” el lector me pide lo siguiente: “Me gustaría, si puedes, pedir un paralelo en las formas en que una lesión (operación, caídas) que afecten la zona pre frontal pudiera influir en la inclusión de este patrón de personalidad

Toda conducta tiene una base genética en la cual se apoya, la que ayuda a “enganchar” con el reforzamiento, en este sentido Theodore Millon  al tratar sobre la personalidad sádica nos dice: “Con bastante probabilidad, una tendencias del comportamiento sádico puede basarse en parte en umbrales bajos para la activación, las vías reticulares  responsables de la activación pueden ser densas  y provocar retrasos de la actividad inhibidora de la corteza. Esto explicaría unos comportamientos  intensos e impulsivos que conducen al aprendizaje de hábitos sádicos” hasta aquí Millon.  El Dr. Néstor Pérez Lache al tratar sobre las tres unidades funcionales básicas en la determinación de la conciencia que estudio Luria en la década de los 50 del siglo pasado nos dice que el sistema reticular activador ascendente (SRRA), tiene como función producir, mantener y regular el tono de activación cortical cerebral necesario para el normal funcionamiento de esta estructura y cuyas fuentes de energía, tienen su origen en los estímulos procedentes, del medio ambiente externo y del interior del sujeto a partir de las aferencias viscerales de los diferentes sistemas y aparatos del organismo. Por intermedio de estas conexiones descendentes se condicionaban respuestas motoras; y yo añado que estas respuestas motoras pueden ser, entre otras, las violentas e impulsivas.

Por otra parte el lóbulo frontal mantiene y controla el tono general del córtex, formula intención y tarea motora, planifica, organiza la acción, y nos ayuda a darnos cuenta del error y lo corrige y mantiene al control del movimiento planeado. Una lesión en esta zona perturba la actividad programada y orientada a un fin, intencional y voluntario.


Ahora bien, una persona con una lesión en el lóbulo frontal podría tener conductas sorpresivas, violentas,  explosivas e irritantes con otras personas, en esto podrá parecerse a ciertas conducta sádicas, sin embargo  el comportamiento sádico es intencional y siempre tiene la opción y posibilidad de control según el contexto,  en oposición a los pacientes frontales que carecerían de autorregulación,  control e intención de hacerlo.

domingo, 17 de abril de 2016

Caso 1 Hiperactividad y Déficit de atención

Voy a empezar una serie de artículos en donde escribiré los casos atendidos en los diferentes centros psicopedagógico en donde me toco laborar, por obvias razones cambiare el nombre de las niños atendidas y de sus padres, estos artículos los alternare con otros de diferentes temas, pero seguiré los casos que podrán ser identificados con los números arábigos. Indicare aspectos generales y el tratamiento aplicado, tanto de los casos que llamare exitosos, y también, cómo no, los no muy exitosos.

Johnny  era un pre púber de 12 años tiene hiperactividad y déficit de atención, de padre peruano y madre  francesa.  Cuando llego a consulta estaba terminando el tratamiento neurológico, sus padres habían consultado a la neuróloga el tiempo de medicación, debido a que Johnny de haber pasado de ser el primero de su clase en primaria, a estar entre los últimos de su clase actual. La medicación neurológica controlaba su hiperactividad pero le afectaba su rendimiento escolar.

Johnny era un chico muy despierto e inteligente, conversaba y razonaba aceptablemente,  y estaba muy dispuesto a seguir el tratamiento ya que quería retomar nuevamente los primeros puestos de su clase, era muy querido por sus padres, profesores y compañeros de clase que sabían de su conducta  y estaban dispuestos a ayudarlo ya que no eran el típico chico hiperactivo peleador o conflictivo, la neuróloga decidió terminar la medicación para que siga el tratamiento psicológico.

Las conductas a mejorar eran: estar sentado en clase atendiendo y haciendo tareas,   y aumentar su autocontrol en el aula, ya que no era un problema sus relaciones interpersonales, era respetuoso con sus profesoras y sus compañeros, no se intervino en ellas.

Para el salón de clase se coordino con sus profesoras una cita para indicarles algunas recomendaciones, para reforzar continuamente a Johnny, en la primera semana cada cinco minutos su permanencia sentado en la carpeta atendiendo o escribiendo, hasta llegar al tiempo límite de cada clase, permitiéndole cada 15 minutos levantarse a borrar la pizarra o  caminar cinco minutos como forma de actividad relajante, ante lo cual Johnny respondía con entusiasmo.  Se estableció un sistema de recompensa en casa por cada  día en que se escribía en la agenda  su atención y cumplimiento de tarea en clase.

En el consultorio trabajamos autoinstrucciones y ejercicios de inhibición muscular para el control de la conducta y sesiones de relajación  con música que debía realizar también en casa, en esto tengo que recalcar que con la ayuda primordial de la madre que era la que siempre estaba en  casa se pudo establecer una rutina de relajación musical antes de dormir que no existía antes, y con mucho éxito, tanto que Johnny pedía su tiempo previo al sueño y amanecía más descansado. La intervención se dio iniciando Julio, Johnny termino el segundo de secundaria en el tercer puesto en el promedio de su clase, no necesito medicación, se controlaba mucho mejor y permanecía sentado en clase con las break de quince minutos.


sábado, 16 de abril de 2016

QUE NO HACER EN CASO DE QUE SU HIJO PRESENTE UNA FOBIA

La fobia es un miedo intenso hacia objetos o animales que incapacita la realización de ciertas conductas, resta posibilidades de desarrollo y aprendizaje, y en ciertos casos puede ocasionar molestias y cambios de planes en el ámbito familiar. Las fobias tienen una carga emocional mucho mayor al que provoca el miedo normal justificado; lo que me lleva a decir que las fobias son irracionales e injustificadas. Las manifestaciones en el niño y en el adulto no varía en lo esencial: en la ansiedad que genera y en el alejamiento del estimulo temido. Se establece por condicionamiento clásico y se mantiene por condicionamiento operante.

El principio del análisis funcional de la conducta es de aplicar principios conductuales que ayuden al niño a superar su fobia sin malos tratos, ocasionándole otros miedos o perjudicándole en su desarrollo psicológico. Por eso mismo entre los especialistas se considera que la mejor intervención en estos casos es la aplicación de una técnica llamada aproximaciones sucesivas, esta debe ser graduada, planificada y controlada. Otras formas de solucionar el problema no tienen éxito, por eso aconsejo que:

-No obligue al niño a la fuerza a acercarse al estimulo fóbico: Dado que la fobia de por si genera cierta ansiedad ante la cosa fóbica, y el niño tratara de no acercarse, obligarlo a hacerlo generara mucho mas ansiedad perturbando al niño y generando más miedo,  es más probable que la fobia de vuelva más “fuerte” y no solucionara el problema.

- No trate de razonar con el niño: Como dijimos líneas arriba, siendo la fobia irracional, esa es una de sus características para definirla, en vano serán las explicaciones racionales que harán los padres a los niños, por ejemplo que el animal es pequeño, que no muerde, mira que indo es etc. Es más probable que no se tenga los resultados deseados. Además dependiendo de la edad el niño no le entenderá sus explicaciones y comprensiones racionales de adulto.

- No se enoje, no lo amenace: Que los padres pierdan la paciencia ante la conducta de su niño es una consecuencia del hecho que la fobia cambia rutinas y alteran las relaciones familiares, perder la tranquilidad no es una opción, no lo amenace ni lo castigue por no acercarse al objeto temido, generara mas ansiedad y resentimiento en el niño.

-  No permita que su niño gane algo con su fobia: Si bien indiqué que no se le debe obligar al niño acercarse al estimulo fóbico, tampoco se le debe permitir que salga ganando algo con su conducta de evitarlos,  por ejemplo, si el niño le teme a los mascaras, sacarlo de una fiesta a la que no quería ir cuando los enmascarados entren  y llevarlo a otro lugar para que juegue o coma algo sabroso, si en el taller de la clase de arte hay mascaras y se le saca a otro taller en donde juegue a gusto; todas estas soluciones le enseñara al niño que su conducta no solo evitara a las mascara si no que ganara algo agradable, esto le reforzara a un mas la fobia. Lo recomendable es sacarlo de esa situación pero cuide mucho que no obtenga algo placentero que pueda asociarlo con premio por su evitación al estimulo fóbico.

En el tratamiento de este problema se necesita tiempo y paciencia., el tiempo dependerá de la capacidad de aprendizaje del niño y de la correcta aplicación de la técnica, y la paciencia del profesional y de los padres será fundamental para ir poco a poco en las aproximaciones sucesivas, sin apurar etapas que puedan echar a perder el tratamiento.



FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...