La experiencia de una hospitalización en los niños puede
ocasionarle algunos problemas emocionales y de conducta debido a muchos
factores, no exclusivamente a la enfermedad que padecen., esto factores pueden ser:
las condiciones físicas del ambiente en el que están internado, los procedimientos médicos del tratamiento, los efectos directos del tratamiento, el
alejamiento de sus padres, entre otros.
Las emociones como ansiedad,
miedo y tristeza se manifiestan muy a menudo en condiciones clínicas. La oposición, reclamos, pataletas, gritos y
lloriqueos pueden contarse entre las manifestaciones conductuales que se ven en
los hospitales pediátricos, dependiendo de la edad del niño y su historia de
aprendizaje, existen diferencias en la reacciones a la condición de hospitalización.
Los niños más pequeños de entre
dos o tres años aun no tienen desarrollo
cognitivo para entender la situación de su enfermedad, de cuatro a ocho años si
pueden entenderlo pero suelen relacionarlo con algún castigo o culpabilidad por
su comportamiento, los niños a partir de
los 8 años pueden manejar mejor la información. Para evitar la culpabilidad hay
que responder de forma clara a sus preguntas sin ocultar detalles importantes
que ayuden a la comprensión de lo que padecen, mediante la reestructuración cognitiva,
cuestionarle suavemente el pensamiento culpable poniéndole ejemplos de antes y después
de la hospitalización en relación con su comportamiento habitual, el símil con
otros niños que no están hospitalizados será importante para que el niño
discrimine las condiciones de su internamiento y su comportamiento habitual, dándose
cuenta que no es culpable de lo que le pasa.
La familia también se enferma
junto con el niño, al comienzo de la hospitalización, los padres sienten gran
culpabilidad de ser los causantes de la enfermedad de su hijo o hija cuando no están
bien enterados y con la información
adecuada proporcionada por el médico. La atención psicológica en estos casos en
que los padres se enteran del diagnostico, es primordial para guiarlos en el
camino de la aceptación de la situación, la expresión de sus sentimientos y el
proceso de aceptación, que no se cumple en su totalidad, es importante para que
los padres se habitúen al tratamiento y ayuden al niño – que es lo principal-
en su rehabilitación.
El tratamiento psicológico en los
niños hospitalizados le ayudaran a sobrellevar el tratamiento en el hospital, y
en casa, cuando tengan que llevar una estricta medicación o rehabilitación,
la educación a los padres ayudara mucho a que se cumpla los
objetivos de la superación de su enfermedad.
Los principios de la terapia de
comportamiento como la relajación muscular, la desensibilización sistemática y
trabajar con la imaginacion del niño lo ayudara muchas veces a relajar la
ansiedad y la tensión en situaciones en donde la aplicación del tratamiento sea
algo dolorosa.
Las técnicas conductuales son
efectivas en casos en que el niño muestre depresión o ansiedad, en estos casos
el reforzamiento diferencial de otras conductas serán efectivas para el
establecimientos de conductas adecuadas y que disminuyan las conductas
inadecuadas como pataletas, lloriqueos y oposición a seguir las indicaciones de
las enfermeras. La atención positiva, el buen trato, la amabilidad y el cariño
con el que se le trate serán buenos reforzadores para evitar la culpa y elevar
la autoestima de los niños. En los próximos artículos ampliare más las técnicas
que se pueden aplicar a los niños y hacer más llevadera su hospitalización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
haz tu comentario aqui