jueves, 18 de junio de 2015

Los niños hospitalizados

La experiencia de  una hospitalización en los niños puede ocasionarle algunos problemas emocionales y de conducta debido a muchos factores, no exclusivamente a la enfermedad que padecen., esto factores pueden ser: las condiciones físicas del ambiente en el que están internado,  los procedimientos médicos del tratamiento,  los efectos directos del tratamiento, el alejamiento de sus padres, entre otros.

Las emociones como ansiedad, miedo y tristeza se manifiestan muy a menudo  en condiciones clínicas. La  oposición, reclamos, pataletas, gritos y lloriqueos pueden contarse entre las manifestaciones conductuales que se ven en los hospitales pediátricos, dependiendo de la edad del niño y su historia de aprendizaje, existen diferencias en la reacciones a la condición de hospitalización.

Los niños más pequeños de entre dos o tres años aun no tienen  desarrollo cognitivo para entender la situación de su enfermedad, de cuatro a ocho años si pueden entenderlo pero suelen relacionarlo con algún castigo o culpabilidad por su comportamiento, los niños  a partir de los 8 años pueden manejar mejor la información. Para evitar la culpabilidad hay que responder de forma clara a sus preguntas sin ocultar detalles importantes que ayuden a la comprensión de lo que padecen, mediante la reestructuración cognitiva, cuestionarle suavemente el pensamiento culpable poniéndole ejemplos de antes y después de la hospitalización en relación con su comportamiento habitual, el símil con otros niños que no están hospitalizados será importante para que el niño discrimine las condiciones de su internamiento y su comportamiento habitual, dándose cuenta que no es culpable de lo que le pasa.

La familia también se enferma junto con el niño, al comienzo de la hospitalización, los padres sienten gran culpabilidad de ser los causantes de la enfermedad de su hijo o hija cuando no están  bien enterados y con la información adecuada proporcionada por el médico. La atención psicológica en estos casos en que los padres se enteran del diagnostico, es primordial para guiarlos en el camino de la aceptación de la situación, la expresión de sus sentimientos y el proceso de aceptación, que no se cumple en su totalidad, es importante para que los padres se habitúen al tratamiento y ayuden al niño – que es lo principal- en su rehabilitación.

El tratamiento psicológico en los niños hospitalizados le ayudaran a sobrellevar el tratamiento en el hospital, y en casa, cuando tengan que llevar una estricta medicación o rehabilitación, la  educación a  los padres ayudara mucho a que se cumpla los objetivos de la superación de su enfermedad.

Los principios de la terapia de comportamiento como la relajación muscular, la desensibilización sistemática y trabajar con la imaginacion del niño lo ayudara muchas veces a relajar la ansiedad y la tensión en situaciones en donde la aplicación del tratamiento sea algo dolorosa.

Las técnicas conductuales son efectivas en casos en que el niño muestre depresión o ansiedad, en estos casos el reforzamiento diferencial de otras conductas serán efectivas para el establecimientos de conductas adecuadas y que disminuyan las conductas inadecuadas como pataletas, lloriqueos y oposición a seguir las indicaciones de las enfermeras. La atención positiva, el buen trato, la amabilidad y el cariño con el que se le trate serán buenos reforzadores para evitar la culpa y elevar la autoestima de los niños. En los próximos artículos ampliare más las técnicas que se pueden aplicar a los niños y hacer más llevadera su hospitalización.



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