Por principio una persona evita
el castigo acatando la Ley, lo que varía
de persona en persona es el aprendizaje previo de lo que es castigo para él.
Esto es un tema que ya lo he tratado anteriormente en este blog y no pienso
ahondar en el. Lo que quiero analizar es el efecto que puede tener una Ley
penal y una norma social, entendiendo como norma social, todas las conductas adecuadas
o inadecuadas y sus consecuencias aplicadas dentro de un grupo humano, comunal,
familiar etc., incluyendo los valores, la moral, la ética o la religión y que no estén en el Código
Penal,
¿Cuál de las dos es más efectiva?
La respuesta es: Las dos, sin embargo hay que remarcar que las leyes penales o
del Estado salen por lo general de las normas sociales de un grupo o nación las
cuales, por su frecuencia o gravedad en perjuicio de los miembros del grupo,
hace la necesidad que el Estado las
codifica y ordena, y muestran sus consecuencias rígidas que son aplicadas de
forma organizadas por jueces o tribunales de justicia. Pero las normas sociales
sin llegar a ser leyes pueden tener el mismo efecto por las consecuencias
aplicadas por el grupo al que pertenece la persona. Por ejemplo no robar puede ser reforzante al
evitar la sanción social de la familia o del grupo social en que se viva.
Dependerá también del momento de
su aplicación, las jóvenes pandilleros reciben reforzamientos social de su
grupo, más eficaz y más rápido que las sanciones penales a su infracción
impuesta por la policía o el juez, sanción que por lo general no llega con la
suficiente fuerza como para sustituir el reforzamiento social de su grupo. Así
vemos que las conductas inadecuadas o delincuenciales puede ser también
reforzantes, ahí reside del porque de su repetición y su alta frecuencia.
Las consecuencias que se derivan
de respetar la ley o las normas sociales entendidas estas como código penal o
moral, aunque sean reforzantes, no serán sentidas por la persona igual que como
si se hiciera por consecuencias
naturales derivadas de un aprendizaje. Por ejemplo: No robar será reforzante en
cierta medida por que se evitaría el encierro de la cárcel, pero si una persona
aprendió por medio de modelos, reforzamientos, consejos, etc., que hacer lo
opuesto de robar le da más satisfacción, las consecuencias reforzantes (la satisfacción)
será “mejor sentidas” y mantendrá la conducta llamada decente por mucho más
tiempo, esto sería lo ideal, pero coincido
con F. B Skinner que dado el sistema social educativo actual, a la mayoría de
las personas la forman no para sentir satisfacción al hacer alguna conducta adecuada,
sino la educan para evitar el castigo, que, aunque es una técnica efectiva no
es la ideal. Por lo pronto, y hasta el cambio del sistema educativo, debemos
conformarnos con esto.
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