jueves, 2 de abril de 2015

Las Leyes y normas sociales en el mantenimiento de la conducta

Por principio una persona evita el castigo acatando la Ley,  lo que varía de persona en persona es el aprendizaje previo de lo que es castigo para él. Esto es un tema que ya lo he tratado anteriormente en este blog y no pienso ahondar en el. Lo que quiero analizar es el efecto que puede tener una Ley penal y una norma social, entendiendo como norma social, todas las conductas adecuadas o inadecuadas y sus consecuencias aplicadas dentro de un grupo humano, comunal, familiar etc., incluyendo los valores, la moral, la ética o  la religión y que no estén en el Código Penal,

¿Cuál de las dos es más efectiva? La respuesta es: Las dos, sin embargo hay que remarcar que las leyes penales o del Estado salen por lo general de las normas sociales de un grupo o nación las cuales, por su frecuencia o gravedad en perjuicio de los miembros del grupo, hace la necesidad que el  Estado las codifica y ordena, y muestran sus consecuencias rígidas que son aplicadas de forma organizadas por jueces o tribunales de justicia. Pero las normas sociales sin llegar a ser leyes pueden tener el mismo efecto por las consecuencias aplicadas por el grupo al que pertenece la persona.  Por ejemplo no robar puede ser reforzante al evitar la sanción social de la familia o del grupo social en que se viva.

Dependerá también del momento de su aplicación, las jóvenes pandilleros reciben reforzamientos social de su grupo, más eficaz y más rápido que las sanciones penales a su infracción impuesta por la policía o el juez, sanción que por lo general no llega con la suficiente fuerza como para sustituir el reforzamiento social de su grupo. Así vemos que las conductas inadecuadas o delincuenciales puede ser también reforzantes, ahí reside del porque de su repetición y su alta frecuencia.

Las consecuencias que se derivan de respetar la ley o las normas sociales entendidas estas como código penal o moral, aunque sean reforzantes, no serán sentidas por la persona igual que como si se  hiciera por consecuencias naturales derivadas de un aprendizaje. Por ejemplo: No robar será reforzante en cierta medida por que se evitaría el encierro de la cárcel, pero si una persona aprendió por medio de modelos, reforzamientos, consejos, etc., que hacer lo opuesto de robar le da más satisfacción, las consecuencias reforzantes (la satisfacción) será “mejor sentidas” y mantendrá la conducta llamada decente por mucho más tiempo, esto  sería lo ideal, pero coincido con F. B Skinner que dado el sistema social educativo actual, a la mayoría de las personas la forman no para sentir satisfacción al hacer alguna conducta adecuada, sino la educan para evitar el castigo, que, aunque es una técnica efectiva no es la ideal. Por lo pronto, y hasta el cambio del sistema educativo, debemos conformarnos con esto.  
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