Las técnicas de modificación de
conducta y las terapias de
comportamiento son aplicables a todas las personas, niños y adultos,
independientemente de los rasgos de personalidad
que muestran, aun así, algunas técnicas tienen mejor resultados que otras
dependiendo de los rasgos del niño o del adulto. Dentro de las consideraciones
éticas y del criterio para la aplicación de las técnicas de modificación de
conducta se requiere que el analista y los padres del niño o el paciente, acuerden que conducta se quiere incrementar o
evitar. Pero existe un criterio que solo le corresponde adoptar al analista de
la conducta basado en su experiencia, y es aplicar la técnica de acuerdo al rasgo de personalidad del niño o del paciente
esto con el conocimiento de que será efectiva mas pronto y no será intrusiva para
el cliente. Por ejemplo el reforzamiento positivo resulta mejor en personas o niños “baja autoestima”,
ya que reforzando la conducta mediante algún estimulo del cual sea causa, es
más probable que los logros le darán la satisfacción que requiere la persona,
ganando confianza elevando la autoestima..
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