Tanto el lenguaje común como el
pensamiento y sentido común nos acostumbra a
clasificar bajo una palabra: sentimientos, creencias, y actos, por
ejemplo “es un aburrido” “Es amargado”, “es
débil” “Esta enfermo” “es caprichoso” “es claustrofóbico, agorafobico” etc.
Este tipo de lenguaje se hace común y en cierta charla coloquial se hace
entender para seguir la conversación, por otra parte en el sector de la salud,
se clasifican los problemas de los pacientes bajo rótulos y etiquetas que a
menudo se queda como un tatuaje en la historia del paciente, un tatuaje que es difícil
borrar que lleva a prejuicio y hasta discriminación.
Como dije, mientras se manejen en
el sentido común todo está bien, el problema llega cuando se quiere tratar estos problemas, es ahí en donde
el lenguaje común no ayuda mucho a la descripción del problema y al
tratamiento. Lo que sugiero a las personas es que cuando se enfrenten a algún problema
psicológico o tengan un familiar con quien tratar, piensen en términos de
conducta, ¿qué quiere decir esto? Es ver el problema en actos, “desmenuzarlos”
en unidades que se puedan ver y medir. Decir que Luisito de cinco años “hace pataletas”
puede hacer pensar que el niño es tremendo y caprichoso, terco y voluntarioso,
pero decir que “grita y llora hasta el suspiro cuando su madre no le compra lo
que pide, que además se quiere quitar la camisa cuando su madre le niega algo
en la calle y golpea con el taco del zapato para hacer bulla” me dirá en qué
momento hace su “pataleta” y con quien. Una “pataleta” no puede ser observada
ni medida, pero sí el lloriqueo y el grito y todo lo demás, que no me va dejar
hacer suposiciones ni inferencias sobre los procesos interno de la “pataleta” de Luisito.
Si decimos que “el señor Juan
tiene pensamientos pesimistas que reflejan su triste historia amorosa, donde
termino solo sufriendo” estaremos especulando y suponiendo que el pensamiento
pesimista del señor Juan se debe a eso. Estos inventos y suposiciones como
sabemos se debe a un aprendizaje de parte de la comunidad social que por medio
del lenguaje aprendemos a suponer y
clasificar de cierta manera todos los casos, sin tener la veracidad de que su
rompimiento amoroso- uno de ellos, digamos el cuarto- este haciendo su parte en
el problema, la relación directa entre su cuarto amor frustrado y su pesimismo
actual es por decir lo menos dudosa.
Pero si decimos que “el señor
Juan tiene pensamientos pesimistas solo por las noches y cuando está acompañado
de otras personas tomando café que refuerzan su conversación de desastres y mala
suerte” estaríamos dando datos importantes y describiendo donde, cuando y con
quien demuestra su pesimismo el señor Juan.
Para terminar, la conducta es
todo lo que puede ser observado y medido en la persona, incluyendo la emoción, el
pensamiento –esto ya ha sido zanjado y aceptado en psicología hace años-y el
lenguaje o conducta verbal. Piense en conducta y no suponga.