Como saben los habituales
lectores de este humilde blog, a veces, cuando el tiempo tirano de la vida
cotidiana nos permite, dejamos el análisis de la conducta y nos damos otros
gustos igualmente placenteros, como por ejemplo escribir el presente artículo dedicado a ciertos pasajes
de la cultura mesoamericana y andina, en particular, a Curinaya o Curiraya,
también conocido como Viracocha, dios mayor de la cultura andina.
Una de las características de los
mitos y dioses quechuas e incas tiene
que ver con el sincretismo religioso, sus narraciones comparten pasajes y
personajes que se pueden notar en las narraciones de otras culturas, y no solo
mesoamericanas como los mayas y aztecas, que vendrían a ser nuestras primas
hermanas continentales, sino inclusive con algunos mitos foráneos como el
griego, aunque esto último haya sido en la mayoría de los casos, comparaciones de los conquistadores cristianos y católicos ,
aun así, no deja de ser interesante las coincidencias de contenido entre muchos
mitos propios de estas tierras y mitos foráneos.
Por ejemplo Luis Millones en su libro “Dioses del Norte, Dioses del Sur” nos
cuenta que en Nueva España como se le conocía al México conquistado en el
siglo XVI Bernardino de Sahagún al describir a la deidad mexicana
Huitzilopochtli decía “Fue otro Hércules, robustísimo de grandes fuerzas y muy
belicoso, gran destruidor de pueblos y matador de gentes. En las guerras era como
el fuego vivo, muy temeroso a sus contrarios……”. Ronal Wright
en su libro “Continentes Robados” anota también esta observación hecha
por Sahagún, añadiendo que la estructura de la religión azteca era más parecida
a la hinduista porque sus dioses no eran tan individualista como los dioses griegos,
y tenían características de complementariedad interpolares como el día y la
noche, fuego y agua, vida y muerte.
Los dioses andinos también
comparten con los dioses griegos las particularidades y debilidades humanas
como la furia - esto se puede observar en la creencia de los pobladores de las zonas
bajas del antiguo imperio incaico que adoraban a Pachacamac dios de la tierra,
por que el Inca lo ordenaba, que enviaba
terremotos como castigo o cambios en el ciclo vital - la venganza y el
hedonismo del placer carnal son otras particularidades humanas compartida con
los dioses, que rompen a menudo el marco temporal y de las dimensiones y
conviven también con los simples seres humanos interaccionando en las
manifestaciones sociales, vestidos o disfrazado de mendigos confundiéndose con
los pobladores de los pueblos y probando su fidelidad y reaccionando con enojo
al presenciar injusticias y desobediencia. Esto me hace recordar la narración homérica
de la Odisea en donde Ulises una vez llegado a su tierra Ítaca se disfraza de
mendigo para no ser reconocido por los pretendientes de Penélope, o de las infidelidades
de Zeus bajando a la tierra con la apariencia
de algún animal y embarazando a cuanta mortal caía en sus brazos.
Algo de esto hay en la leyenda de
Curinaya -este dios vagaba por el mundo vestido de andrajos pareciendo un
mendigo para observar a los pobladores andinos si eran justos y cumplían sus
ordenes - en este relato, siempre citando a Millones (2008) el dios andino
decide “preñar” (sic) a la diosa Cavillaca, deseada por todo el panteón andino convertido
en pájaro, subido a un árbol de lúcumo, lleno con su semen uno de los frutos y lo dejo caer delante de ella, comerlo quedo
embarazada, sin saber quién sería el padre de la futura hija, después del parto convoca a los dioses para
que la hija reconociera entre ellos a su padre, la niña fue donde Curinaya que
aun vestia como mendigo y se había colado a la reunión, a lo que Cavillaca no
pudo soportar jaber quedado embarazada de un mendigo se mete al mar para
ahogarse, en ese momento Curinaya se despoja de sus andrajos y deja ver que es
un dios, pero ya muy tarde por que la diosa había muerto. Luego en otra
peripecia, el mujeriego dios viola a una de las hijas de otra deidad Pachacamac
para luego seguir su peregrinaje por el mundo como si nada. Hay un sincretismo
de estas creencias como cuando los Mixes, comunidad indígena mexicana ya
convertida al cristianismo, nombra a una joven como Maria, que tejiendo se
encuentra con un pajarito que se posa en su lana, defeca en el, espantada Maria
lo mata con un golpe en la cabeza, arrepentida lo recoge y lo mete dentro de su
blusa entre sus pechos, revivida la ave, sale volando dejándola embarazada, de
ese embarazo salen dos mellizos que después se convierten en el So, y la Luna.
He llegado a notar algunas características
similares entre nuestra cultura Inca y la cultura egipcia, el culto a los
muertos, el hecho de enterrarlos momificados y con todos su utensilios que
usaban en vida con la creencias de que en el mas alla también lo necesitaran,
la creencia de la vuelta del Inca después de muerto, la adoración al sol, etc.
La grandeza del Imperio Incaica comparte además con la egipcia, majestuosidad, narración
y belleza, adelanto tecnológico y cultural. En fin, nuestra cultura Inca esta
aun siendo estudiada, tal vez nunca sepamos la verdad sobre ello, su misterio
es parte de su grandeza.
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