jueves, 23 de enero de 2014

La leyenda de Cuniraya


 
Como saben los habituales lectores de este humilde blog, a veces, cuando el tiempo tirano de la vida cotidiana nos permite, dejamos el análisis de la conducta y nos damos otros gustos igualmente placenteros, como por ejemplo escribir el  presente artículo dedicado a ciertos pasajes de la cultura mesoamericana y andina, en particular, a Curinaya o Curiraya, también conocido como Viracocha, dios mayor de la cultura andina.

Una de las características de los mitos y dioses  quechuas e incas tiene que ver con el sincretismo religioso, sus narraciones comparten pasajes y personajes que se pueden notar en las narraciones de otras culturas, y no solo mesoamericanas como los mayas y aztecas, que vendrían a ser nuestras primas hermanas continentales, sino inclusive con algunos mitos foráneos como el griego, aunque esto último haya sido en la mayoría de los casos, comparaciones  de los conquistadores cristianos y católicos , aun así, no deja de ser interesante las coincidencias de contenido entre muchos mitos propios de estas tierras y mitos  foráneos. Por ejemplo Luis Millones en su libro “Dioses del Norte, Dioses del Sur” nos cuenta que en Nueva España como se le conocía al México conquistado en el siglo  XVI Bernardino de Sahagún  al describir a la deidad mexicana Huitzilopochtli decía “Fue otro Hércules, robustísimo de grandes fuerzas y muy belicoso, gran destruidor de pueblos y matador de gentes. En las guerras era como el fuego vivo, muy temeroso a sus contrarios……”.  Ronal Wright  en su libro “Continentes Robados” anota también esta observación hecha por Sahagún, añadiendo que la estructura de la religión azteca era más parecida a la hinduista porque sus dioses no eran tan individualista como los dioses griegos, y tenían características de complementariedad interpolares como el día y la noche, fuego y agua, vida y muerte.

Los dioses andinos también comparten con los dioses griegos las particularidades y debilidades humanas como la furia - esto se puede observar en la creencia de los pobladores de las zonas bajas del antiguo imperio incaico que adoraban a Pachacamac dios de la tierra, por que el Inca lo ordenaba,  que enviaba terremotos como castigo o cambios en el ciclo vital - la venganza y el hedonismo del placer carnal son otras particularidades humanas compartida con los dioses, que rompen a menudo el marco temporal y de las dimensiones y conviven también con los simples seres humanos interaccionando en las manifestaciones sociales, vestidos o disfrazado de mendigos confundiéndose con los pobladores de los pueblos y probando su fidelidad y reaccionando con enojo al presenciar injusticias y desobediencia. Esto me hace recordar la narración homérica de la Odisea en donde Ulises una vez llegado a su tierra Ítaca se disfraza de mendigo para no ser reconocido por los pretendientes de Penélope, o de las infidelidades de  Zeus bajando a la tierra con la apariencia de algún animal y embarazando a cuanta mortal caía en sus brazos.

Algo de esto hay en la leyenda de Curinaya -este dios vagaba por el mundo vestido de andrajos pareciendo un mendigo para observar a los pobladores andinos si eran justos y cumplían sus ordenes - en este relato, siempre citando a Millones (2008) el dios andino decide “preñar” (sic) a la diosa Cavillaca, deseada por todo el panteón andino convertido en pájaro, subido a un árbol de lúcumo, lleno con su semen uno de los frutos  y lo dejo caer delante de ella, comerlo quedo embarazada, sin saber quién sería el padre de la futura  hija, después del parto convoca a los dioses para que la hija reconociera entre ellos a su padre, la niña fue donde Curinaya que aun vestia como mendigo y se había colado a la reunión, a lo que Cavillaca no pudo soportar jaber quedado embarazada de un mendigo se mete al mar para ahogarse, en ese momento Curinaya se despoja de sus andrajos y deja ver que es un dios, pero ya muy tarde por que la diosa había muerto. Luego en otra peripecia, el mujeriego dios viola a una de las hijas de otra deidad Pachacamac para luego seguir su peregrinaje por el mundo como si nada. Hay un sincretismo de estas creencias como cuando los Mixes, comunidad indígena mexicana ya convertida al cristianismo, nombra a una joven como Maria, que tejiendo se encuentra con un pajarito que se posa en su lana, defeca en el, espantada Maria lo mata con un golpe en la cabeza, arrepentida lo recoge y lo mete dentro de su blusa entre sus pechos, revivida la ave, sale volando dejándola embarazada, de ese embarazo salen dos mellizos que después se convierten en el So, y la Luna.

He llegado a notar algunas características similares entre nuestra cultura Inca y la cultura egipcia, el culto a los muertos, el hecho de enterrarlos momificados y con todos su utensilios que usaban en vida con la creencias de que en el mas alla también lo necesitaran, la creencia de la vuelta del Inca después de muerto, la adoración al sol, etc. La grandeza del Imperio Incaica comparte además con la egipcia, majestuosidad, narración y belleza, adelanto tecnológico y cultural. En fin, nuestra cultura Inca esta aun siendo estudiada, tal vez nunca sepamos la verdad sobre ello, su misterio es parte de su grandeza.

 

 

 

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