Se dice que el ser humano es el
único animal que ríe. Cuando nos comparamos con las otras especies que existen
sobre la tierra siempre vamos a ser únicos, así que esa frase no me convence, es tautológica, tampoco podemos tomar una
características de nuestra especie para diferenciarnos del resto, eso no nos
dice nada, los demás animales no ríen, ¿cuál es el objetivo en compararnos?. Es
tan inútil esta comparación como el hecho de analizar introspectivamente la
risa. La risa es una conducta, puede definirse como un movimiento retroactivo
de las comisuras de los labios de forma horizontal que emite cierto sonido
característica que sale por esa abertura, es en cierta manera una descarga de energía,
por lo tanto es causada mediante las mismas formas de relación con otras
variables que pueden estar en el ambiente o no, en esto me refiero a, que puede
ser causada y reforzada desde la imaginación o el pensamiento, pero las
relaciones entre estos estados internos y la expresión de sonido que
caracteriza la risa, está sujeta a las relaciones funcionales, como cualquier
otra conducta y bajo los mismos principios. Aquí podemos insistir en el hecho
que los adultos con cierto grado de humor, cuando eran niños pertenecían a familias que utilizaban el humor en la resolución
de problemas y en las relaciones asertivas, entonces no podemos deshacernos de
la historia de condicionamiento que conlleva el humor o la forma hilarante de
ver la vida y sus problemas.
Los
griegos utilizaban la risa en la comedia o la sátira, ya sea para ridiculizar
errores humanos o exagerarlas, En la retorica de El Gorgias, Platón nos indica que
este opinaba que las bromas deben matar la seriedad del oponente. En todo caso
parece que los griegos no filosofaron mucho sobre la risa, incluso sin llegar a
combatirla, Aristóteles daba cuenta del cuidado que se debe tener para no exagerar
sobre las bromas. En la dura Edad Media la risa no era un campo de interés,
siendo una época en que la compasión era mal vista, la risa era, sí no estaba
dentro de una obra literaria, indicador de debilidad y bufonería. La relación entre
la eclesiástica y la solemnidad regia la norma, cosa que cambio durante el
renacimiento, que aristotélicamente, la estética se convirtió como vehículo de
humor para las cualidades física humanas, aquí lo feo era motivo de burla y
risa
En
la modernidad, la cuestiones de la risa y el buen humor tomaron caminos
variados conforme la ciencia y el conocimiento avanzaban, investigaciones
reafirmaban el carácter terapéutico de la risa, hasta la neurociencias que nos
lleva a identificar neurotransmisores que nos provoca condiciones provistas
para risa y la relajación.
La
explicación evolucionista nos dice que la risa pasó desde el naturalismo a relaciones
de juego social, aprobación y desaprobación social. Así mismo desde la biología,
como ya dijimos al comenzar este articulo, la risa esta en nuestra especie y
hace su aparición desde edades muy
tempranas. Pertenecería a una de las inteligencias múltiples, de Gardne, más
precisamente a la inteligencia intra personal en donde servirá como autoconocimiento.
La risa
sirve también como relajante, como terapia (risoterapia) la neurociencias nos
dice que cuando reímos activamos endorfinas, neurotransmisor que alivia el dolor y reduce el estrés, cuando reímos vivimos
más, el organismo descarga energía. La
risa se puede usar también como aprobación social, una mirada cómplice y cierta
sonrisa puede ser el preámbulo de una risa o carcajada. También sirve como cierta cortesía que abre las
puertas para las relaciones sociales. La risa burlona se usa también en
ocasionas como desaprobación social, etc. todo
eso está bien., la pregunta es ¿Por qué reímos? ¿Y en qué circunstancias lo
hacemos?. Todas los enfoques relacionado a la risa pueden coincidir en un punto
importante, en que se necesita un estimulo, y la risa misma constituye un reforzador
positivo natural, ya que las sensaciones agradables que la risa trae, propicia
que se repita la conducta de reír bajo las mismas condiciones relacionadas en
que fue provocada anteriormente. Según la
Teoría de los Marco Relacionales la imaginación y el recuerdo son sensaciones evocadas mediante descripciones verbales, estas
evocaciones servirán tanto como estimulo antecedente o discriminativo para la
conducta de reír, es más, una situación que de por si no es hilarante puede llegar a
serlo si se le relaciona con esta otra que si lo es.
Las circunstancias en que nos
reimos pueden ser tan variada como el uso que podemos hacer de la risa dentro
del consultorio. El por qué nos reimos implica mucho mas problema, las razones
no son heterogéneas, el nivel
intelectual propicia tener mejor humor, pero no todo buen humor es de cierto
nivel intelectual. Veamos primero lo dificultoso del porque reimos, los
filosofos como Schopenhauer trataron de encontrar razones intelectualistas de la risa, por ejemplo, la incongruencia de los
conceptos en relación con los objetos reales que fueron pensados por ellos
mismo. Spencer parece estar de acuerdo con lo dicho por Schopenauer. Sin
embargo la visión de lo incongruente no necesariamente lleva a risa, es más,
puede llevarnos al llanto.
En cuanto a los niños, las
investigaciones nos dicen que las situaciones estimulantes que provoca la risa está
relacionada con:
- Estado confortado después de cada comida.
- Ver colores
- Sonidos musicales
- Cosquilla, ver rostro paterno.
- Caricias.
- Ser balanceados por adultos-los padres.
- Situaciones de juego, pero no de
miedo.
Después de ubicar las diversas situaciones
sociales en que aparece la risa, podemos explicar brevemente como la risa puede
ser utilizada en la terapia de conducta, como por ejemplo, en entrenamiento asertivo,
una forma de expresar sentimientos de manera correcta y con humor. La risa
puede ser aprendida mediante el modelado, aquí la observación directa es
poderosa, si las condiciones son propicias para que el niño o el adulto imite
la conducta en convenciones sociales, se modela transmitiendo
el mensaje de que un problema puede simultáneamente ser tomado seriamente y
describirlo humorísticamente”. Y obviamente
mediante el reforzamiento: “cuando un cliente es capaz de hacer bromas y
reírse acerca de asuntos personales que antes habían sido dolorosos o
avergonzantes, dicha reacción humorística por lo general representa un cambio
significativo en la visión de sí mismo, del mundo y de sus circunstancias”
(Ventis, 1987; Navas, 1989). “El terapeuta tiene la oportunidad de reforzar el
uso del humor por parte del cliente; bien sea elogiando directamente el sentido
humorístico, o más típicamente riéndose ante una buena expresión de humor”. También
puede ser usada como interruptor del pensamiento que sustituye a los
pensamientos obsesivos,
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