El diagnóstico diferencial es utilizado
para diferenciar un trastorno de otro, los mismos que comparten signos y síntomas
y puede llevar a confusión al profesional que hace la evaluación y el análisis
de los resultados. Es muy utilizado en clínica por personal de la salud, ya sea
estos médicos o psiquiatras que piden al
psicólogo en interconsulta, descartar si se trata de un trastorno psicológico o
psiquiátrico, o si los síntomas pertenecen a un trastorno de personalidad o a una
crisis, para poder tomar una decisión sobre la entidad psicológica que se
presenta y si es necesario el internamiento o recomendar tal o cual tratamiento
o intervención, también puede ser usado por peritos en cuestiones judiciales
para aclarar al juez sobre el trastorno y la inimputabilidad del acusado.
Para hacer un diagnostico
diferencial se necesita que el profesional tenga experiencia y mucho
conocimiento sobre las entidades psicológicas, sus síntomas y signos, la forma
de aparición, frecuencia, intensidad y duración, así como la edad y
circunstancia de su aparición, también como esos síntomas y signos se expresan en
conducta, emoción o procesos cognitivos.
Muchos síntomas en psicología clínica
no son patognomónicos; es decir, no pertenecen a un solo trastorno, por el
contrario, hay muchos trastornos que comparten la forma de aparición,
frecuencia e intensidad de los síntomas, que hace necesario que se haga uso de
este instrumento para poder tomar la decisión correcta. Por ejemplo las
personalidad Obsesiva Compulsiva comparte con la personalidad Dependiente en que
ambas tienen mucha preocupación por cumplir las expectativas de otros, la
diferencia radica en que mientras la inseguridad y la falta de habilidades sociales
caracterizan al dependiente, estos síntomas no los tienen los obsesivos
compulsivos.
Una de las personalidades más
complicadas y que muy seguido es necesario hacer un diagnostico diferencial es
el Limite o Bordelinde, ya que algunos síntomas, como los psicóticos, también
pueden presentarse en las personas con trastornos del estado de ánimo, pero,
mientras que en los segundos la aparición del síntoma psicótico es rápido, en
el límite es insidioso, para esto hay
que conocer la historia del desarrollo del trastorno. Las emociones por
ejemplo, algo muy intenso en los bordelines, son sentidas como egosintonicos,
muy propias y parte de su personalidad, en otros trastornos los problemas emocionales
son sentidas como egodistonicas, que quiere decir que se sienten como extrañas
y sin sentido. La labilidad emocional, los cambios de humor también son
compartidos entre la personalidad limite y el histriónico, pero mientras el
primero puede tener demostrar mucha cólera o ira en sus relaciones interpersonales,
los histriónicos no lo presentan en plena crisis. Para concluir con la vasta
gama de síntomas parecidos entre el límite y otro trastorno diré que, la manipulación
de personas se presenta tanto en el antisocial y el límite, pero mientras que
el antisocial hace uso y provecho de esas manipulaciones, el limite lo hace
para llamar la atención y expresar –descargar estaría mejor escrito – las emociones.
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