Los incautos –tontos dirán algunos – preguntan ¿ Que haríamos sin
ella? como
si se pudiera imaginar la belleza de este mundo sin la presencia de
la mujer,
es más, como si pudiera imaginar un mundo sin mujeres, este mundo sería
– si existiera – un desierto en donde faltaría el oasis en donde el sediento de
afecto se sentaría a morir ante la escases de sus refrescantes besos.
a la mujer y ven a sus madres, hermanas o hijas, esas cosas psicoanalíticas
se lo dejamos a los expertos de la interpretación subjetiva freudiana, a la
mujer se le debe de ver como ese complemento real y objetivo sin el cual
el hombre no viviría para contarlo, tampoco diré ilusamente que todas son
buenas, como en el hombre, existen con errores y maldad que hay que evitarlas.
Publico de nuevo un artículo que puse hace tiempo ya de Ortega y Gasset en donde
el habla de su idea de lo que es una mujer, y que me parece genial, aunque debo
añadir al gran Ortega que la mujer es eso y mucho mas.
José Ortega y Gasset dicto en Buenos Aires de 1949 a 1950 pasaje
referida a la mujer: “La relativa hiperestesia de las sensaciones organicas
de la mujer trae consigo que su cuerpo exista para ella más que para el hombre
el suyo. Los varones normalmente olvidamos a nuestro hermano cuerpo, no
sentimos que lo tenemos si no es la hora frígida o tórrida del extremo dolor
o el extremo placer. Entre nuestro yo puramente psíquico y el mundo exterior
no parece interponerse nada. En la mujer por el contrario, es solicitada
constantemente la atención por la vivacidad de sus sensaciones intracorporales:
siente a todas horas su cuerpo como interpuesto entre el mundo y su yo ,
lo lleva siempre delante de si, a la vez como escudo que defiende y rehén
vulnerable . Las consecuencias son claras: toda la vida psíquica de la mujer esta
mas fundida con su cuerpo que en el hombre; es decir, su alma es mas corporal, pero,
viceversa, su cuerpo convive mas constantemente y estrechamente con su espíritu,
es decir su cuerpo está mas transido de alma. Ofrece, en efecto, la persona femenina
un grado de penetración entre el cuerpo y el espíritu mucho más elevado que la
varonil. En el hombre comparativamente suelen ir cada uno por su lado; cuerpo y
alma saben poco uno de otro y no son solidarios, más bien actúan como irreconciliables
enemigos. En esta observación creo que puede hallarse la causa de
ese hecho eterno y enigmático que cruza la historia humana de punta a punta y
de que no se ha dado más que explicaciones estúpidas o superficiales. Me refiero
a la inmortal propensión de la mujer al adorno y al ornato de su cuerpo. Vista a la
luz de la idea que expongo, nada más natural, y a la par, inevitable. Su nativa
contextura fisiológica impone a la mujer el hábito de fijarse, de atender a su cuerpo,
que vienen a ser el objeto más próximo en la perspectiva de su mundo. Y como la
cultura no es más sino la ocupación reflexiva sobre aquello a que nuestra
atención va con preferencia, la mujer ha creado la egregia cultura
del cuerpo, que históricamente empezó por el adorno, siguió por el aseo y
ha concluido con la cortesía, genial invento femenino que es, en resolución,
la fina cultura del gesto”.
El resultado de esta atención, constante que la mujer presta a
su cuerpo es que
este nos aparece desde luego como impregnada, como lleno todo él de alma.
En este caso se funda la impresión de debilidad que su presencia suscita en
nosotros. Porque en contraste con la solida y firme apariencia del cuerpo,
el alma es algo trémulo, el alma es algo débil. La atracción erótica que en el varón
produce no es, como siempre nos han dicho los ascetas ciegos para estos asuntos
, suscitadas por el cuerpo femenino en cuanto cuerpo, sino que deseamos a la mujer
por que el cuerpo de ella es un alma”
este nos aparece desde luego como impregnada, como lleno todo él de alma.
En este caso se funda la impresión de debilidad que su presencia suscita en
nosotros. Porque en contraste con la solida y firme apariencia del cuerpo,
el alma es algo trémulo, el alma es algo débil. La atracción erótica que en el varón
produce no es, como siempre nos han dicho los ascetas ciegos para estos asuntos
, suscitadas por el cuerpo femenino en cuanto cuerpo, sino que deseamos a la mujer
por que el cuerpo de ella es un alma”
Hola Martín ! No sé si estoy tan totalmente de acuerdo... pero sigue poniéndolo, porque cada vez que lo leo me hace sentido, me gusta, me dan ganas de decir cosas, de estar de acuerdo y de oponerme... Un saludo afectuoso,
ResponderEliminarHola Paula, esas dudas son las que amo en las mujeres, y una duda de una mujer exquisita y fina de alma como tu, me gusta mas. Un abrazo, escribeme
ResponderEliminarLa Mujer siendo espiritual es el elemento que se acopla perfecto al hombre.... pero tambien no se hace "paltas" en poder vivir sin el.
ResponderEliminarEs el Universo y es la belleza del desierto
Es la que absorbe la violencia, la agresion del hombre macho, pero a la vez esa carga negativa lo desaparece, como lo hace un agujero negro.
La mujer es mujer; con un hombre al lado; pero tambien sigue siendo mujer y MAS MUJER aun cuando esta sola.
La mujer de los próximos 10 años sera la mujer de la tecnología, de la información, de la perservación de la especie y de la naturaleza... y de la naturaleza por que? por que es la que mejor la entiende y visceversa....... sera por que la naturaleza y mujer son hermanas, no lo se....
Pero el hombre sin la mujer, no tendria sentido su existencia