La palabra creativo viene del latín
“Creare” y significaba producción, engendrar. Es considerado una actitud mental
y una técnica de pensamiento para Bono.
Para Dreudhal es la capacidad humana de producir resultados mentales de
cualquier clase, esencialmente nuevos y anteriormente desconocidos. Para Barrón
es la capacidad de producir alguna cosa nueva.
Como podemos definir conductualmente
la creatividad que pueda reunir todos estos conceptos mentales, porque si se
queda solo en lo mental, no tendríamos la forma de saber si existen o no, solo
mediante la acción o la verbalizaciones podemos saber las características del
pensamiento creativo.
Veamos, Para bono es una actitud,
es decir un acto, Para Dreudhal es una producción que también se refiere o debe
referirse a observancia medible y además de cualquier clase, esto es importante
como después me referiré. Barrón incluye una cosa nueva. Tenemos los elementos
para definir conductualmente al pensamiento creativo: actitud, producción y
nuevo, entonces el pensamiento creativo podemos definirlo como conducta no
habitual, ya que la conducta habitual conlleva una repetición, un habito que
siempre se hace, si es repetido ya no es creativo.
Podemos fomentar el pensamiento
creativo reforzando la conducta no habitual. Así querido lector cuando su hija
destroce su muñeca y la vuelva a armas y
ponga el brazo en el lugar de la cabeza, y ésta en el lugar del pie y se lo
enseñe pidiendo su aprobación no se preocupe, no piense que su hija es una
potencial psicópata descuartizadora, refuércela con la formas que le guste, porque
esa conducta implicaría un pensamiento creativo, diferente a la forma original.
Muchos niños pierden la capacidad de creación cuando son observados o
criticados de manera inadecuada por adultos. Se encierran en pensamientos
ortodoxos, más aun cuando están expuestas muchas horas a imágenes como la televisión
por ejemplo que no deja liberar la capacidad de producción intelectual, esta producción
intelectual debería de medirse mediante verbalizaciones e interpretaciones al
nivel de la edad del niño que deje entender un proceso de pensamiento, precario
aun pero significativo.
Así mismo, toda conducta que
conlleve por mínima que sea una acción nueva aunque sea disparatada debe ser
felicitada, claro está que esta debe enmarcarse dentro de lo que la sociedad
establece como moral y ética, ese es el trabajo paciente y orientador de los
padres y profesores.
Pensamos que el pensamiento es
una producción que se debe dar así no más de forma natural. Pero el pensamiento
abstracto de la vida adulta no se
enmarcar solamente en relacionar oraciones y describir situaciones, es
asombroso escuchar las dificultades que presentan muchos adultos cuando tiene
que definir conceptos abstractos como libertad, honor y justicia. El
castigo a la conducta impide el
desarrollo de la conducta. Es recomendable que en vez de castigar, salvo que la
conducta sea muy muy grave y se haya acabado las demás técnicas conductuales, se ignore la conducta inadecuada y se refurce
la conducta nueva y positiva. El castigo reprime es cierto, el reforzamiento
produce y aumenta.
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