Un programa conductual funciona
mejor y más pronto cuando le profesor y los padres coordinan los informes o
reportes del niño tato en el colegio como en el hogar, de esta manera de cierra
el círculo en donde el niño debe emitir la conducta deseada o disminuir la
conducta problema.
A veces los reportes del aula no
coinciden con lo que se logra en el hogar y viceversa. Por ejemplo: Si en el
colegio se le refuerza la conducta de jugar sin violencia, en la casa, los
padres sin querer fomentar el juego violento, ya sea con armas de juguetes,
juegos de computadoras etc. Lo que ocasionara que el niño se confunda en lo que
se le pide y se deteriora en el peor de los casos el desarrollo de la conducta
meta, en el mejor de los casos demorara su aparición. En otras palabras colegio
y hogar deben trabajar juntos en el cumplimiento del programa conductual.
Por lo general los programas
conductuales trabajan en el objetivo de que la conducta del niño en el aula y
en el hogar sea coordinadas. Una puede complementar a la otra. Si Juan no
encuentra los reforzamientos en la escuela, el hogar puede suplir esta carencia
del colegio, decimos carencia solo por decir, debido a que muchos reforzadores
son casi imposibles que se den en el aula, ya sea por cuestiones de tiempo,
financias o espacios, como viajes, juegos en computadora, premios etc. Pero los
padres si pueden cumplirlo. Los informes mediante la agenda puede salvar este
inconveniente práctico que se ve a diario en la aplicación de los programas.
Esta agenda a parte de comunicar las tareas, o cualquier aviso a los padres de
familia, puede cumplir también la labor de informes de aula hacia el hogar,
comunicando mediante alguna esquela o escrito si el alumno ha cumplido con lo
requerido en clase. Si no es posible usar la agenda para estos fines, tarjetas
pequeñas es lo recomendable para que los profesores comuniquen a los padres la
labor del niño en el aula. Estas tarjetas deben contener el trabajo realizado,
la felicitación o la frecuencia de las llamadas de atención que el niño a
tenido por no hacer las labores den el aula. En cambio el niño recibe en casa algún
reforzador o se le resta reforzador en un programa de ganancia o pérdidas de
puntos. Los padres pueden premiar por la cantidad de tarjetas aceptables,”visto
bueno” o sticker que el profesor coloque
en esas tarjetas.
Para que funcione de manera
adecuada se debe ser constante y el niño debe saber la conducta que se espera
de él o que se espera que disminuya hasta su extinción.
En todos estos eventos lo que el hogar
hace es apoyar los avances en la conducta del niño fuera del hogar. Mientras más
minuciosa sea la coordinación entre profesores y padres en la confección
conjunta de la lista de conductas que se espera del niño, su emisión, donde y
cuando, más efectivo será la intervención.
En estas notas o esquelas el profesor
podría poner la cantidad de hojas leídas en clase, las horas que el alumno haya
puesto atención a las tareas, no interesa si efectivamente la atención mejoro o
no, lo que interesa es premiar al alumno siquiera por el intento que hace en
emitir la conducta que se quiere ver, las mejoras vendrán por su propio peso. También
pueden detallar los juegos cooperativos que el niño realiza o las conductas
violentas que presento con algún compañero. La gama de conductas que el maestro
debe anotar son enormes, dependerá de las coordinaciones con los padres.
Estas esquelas debe ser
regresadas a los profesores con las firmas y anotaciones de los padres con los
reforzadores, ganancias o perdidas que tuvo el niño.
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