Pasa Ud. por una calle por donde
años antes paseo con un su primer amor y se acuerda de él o ella, escucha una
canción que le hace recordar épocas pasadas, ve una foto familiar e
inmediatamente la memoria los lleva a esa época pasada que la hace sentir bien o
mal dependiendo de la experiencia vivida. El estimulo provoco entonces que su memoria evoque el recuerdo, pero no se necesita un estimulo exterior para
provocar ese recuerdo, puede ser una palabra
o frases dichas por Ud., ya sea en tono bajo – cuando dice “estoy
hablando para mí mismo” o cuando dice
“estoy pensando en voz alta” cuando se refiere o le dicen que está hablando
solo, estos eventos internos también
pueden provocar que su memoria se ponga a trabajar y entonces decimos “el recuerdo
me vino por sí solo” pero no tanto es así, pasemos a explicar un poco sobre la
memoria y sus descubrimientos actuales por las neurociencias para poder
entender esta pequeña introducción.
La memoria es un proceso
cognitivo, y como tal no se le debe de ver como un almacenamiento de estímulos,
como un gran almacén de recuerdos que podamos ir cada vez que queramos recordar
algo, generalmente no funciona así. ¿Habrá experimentado Ud. que a veces a
querido recordar algún evento suceso, palabra, nombre, persona o cara y no ha
podido?
Tradicionalmente la memoria ha
sido considerada como un gran depósito de recuerdos de dónde, cuando lo
quisiéramos, podemos sacar los recuerdos que queramos, y cuando no logramos
nuestro objetivo decimos a menudo i La memoria está fallando ¡ pero, con los
descubrimientos actuales de las neurociencias, sabemos ahora mucho más de la
memoria de lo que sabíamos antes. Incluso se ha descrito tipos de memoria como
la memoria episódica, memoria semántica, memoria visual, memoria genética,
memoria a largo y corto plazo, memoria operativa o de trabajo, memoria
secuencial y de procedimientos, memoria práctica, memoria emocional y muchas
memorias más. ¡En fin ¡ cada investigación nos arroja nuevos resultados de cómo
funciona este proceso interesante, que, si no lo tuviéramos, estaríamos eternamente
condenados al ensayo y error de nuestras conductas, y nos equivocaríamos más a
menudo de lo que nos equivocamos actualmente en realizar una tarea.
Ubicada neurológicamente en el
lóbulo temporal la memoria está influenciada entre otros órganos por los
estímulos que vienen principalmente del hipocampo y de la amígdala, órganos
principales encargados de relacionar estímulos y emoción, y de “avisar” al
organismo si ese estimulo es peligroso o no. Por lo tanto, nuestros más
profundos recuerdos tienen una gran relación con lo que ocurre en el hipocampo,
es más, algunos investigadores confirman que es ahí precisamente, en donde se
procesas esos recuerdos y nos hacen “vivir” nuevamente nuestras emociones. Sin
embargo la memoria no solo se aloja en el lóbulo temporal, está conectada por
todo el sistema nervioso central y las áreas encargadas de la psicomotricidad,
esto se puede notar cuando en lesiones leves del lóbulo temporal, el
aprendizaje condicionado, las destrezas y habilidades practicas no se pierden.
Esto confirma lo que Fodor decía en cuanto a que los procesos cognitivos
trabajan de forma compartimentadas, como unos módulos que se relacionan entre
si y forman un sistema, aun cuando no pierden su función si uno de esos módulos
sufre alguna lesión.
Incluso cuando se trata de
recordar algún suceso, y la memoria no lo evoca, ella sigue trabajando de forma
tal que no nos damos cuenta, podemos pasar a otro tema, y recordar de improviso
tiempo después, esto puede demostrar que muchas personas pueden saber más de lo
que ellas creen y que el recuerdo depende de la forma y estimulo evocador.
La psicología cognitiva nos dice
que el recordar es comparar los datos actuales que vienen de entrada, ósea la
vivencia actual, con datos almacenados en la memoria, una suerte de comparar
copias o representaciones, actuales con los antiguos, los cuales son comparados y evocados por su
similitud.
¿De que nos sirven estos datos?
¿Cómo podemos manejar estos procesos de la memoria?. Por principio, todo
proceso, función o facultad cognitiva –
incluso la emoción – debe ser convertida y operacionalizada para volverla
objetiva y desde ahí trabajar en su desarrollo o rehabilitación. Volvamos
entonces a la introducción. Skinner
pensaba que todo proceso cognitivo podían ser explicados desde un punto de vista
más objetivos en términos conductuales y
físicos, más que procesos mentales o cognitivos.
Actualmente, desde este
enfoque conductual la memoria es un
proceso sensorial condicionado (Staats 1983) bajo las mismas leyes del
condicionamiento operante, recordamos un estimulo que no está presente, por que
alguna variable del contexto lo representa y nos hace reaccionar de tal forma
como lo hicimos en su momento frente a ese estimulo. Es condicionado en la
medida que siempre reaccionaremos de la misma forma ante ese estimulo. La percepción
y la imaginación caen bajo los mismos principios del recuerdo, es decir,
percibimos e imaginamos como consecuencia de un contacto con un estimulo que lo
evoca. Deberíamos entonces añadir un tipo de memoria más a las ya descubierta,
la memoria condicionada como proceso que engloba a las demás memorias.
Algunos consejos para ejercitar
la memoria en el ámbito educativo serian estos:
Actividades mnemotécnicas como “Mi
venado tiene miedo” para recordar los nombres de los planetas Mercurio, Venus,
Tierra, Marte. (Sacado de Jensen 2000).
Cambiar algunos estímulos del
ambiente, casa o aula, hacer repasos y exámenes simulados con preguntas que
evocan respuestas, esto debe hacerse tan similar a las condiciones real de un
examen.
Las oraciones con espacios en
blanco que se debe llenar, son evocadoras de recuerdos efectivos.
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