Somniloquias es el término técnico
para esta conducta verbal de hablar dormido. A veces se lee que es una “conducta
anormal” pero no refieren porque es considerada anormal, si lo vemos desde el
punto de vista de que el cerebro es un órgano que siempre está en actividad,
incluso cuando dormimos, este habla dormido no puede considerarse anormal, es más,
si nuestro cerebro q ue es el centro
en donde se produce el pensamiento, y esta central nunca descansa, es
perfectamente normal que se manifieste este pensamiento mediante el habla.
Creemos erradamente que cuando dormimos, nos desconectamos completamente de la
realidad, pero estudios neurocientificos nos confirman que el cerebro aun
trabaja mientras descansamos.
Esta conducta verbal mientras se
duerme, es una manifestación que puede iniciarse en el transcurso de la
infancia y la adolescencia y puede mantenerse incluso cuando se es adulto. Me
apego mas a creer que es efecto de alguna causa que pueda enmarcarse en
ansiedad o estrés en la persona que la “padece”.
Algunos estudios de la
neurociencia nos confirman que la memoria recuerda algunos aspectos de la
vivencia diaria mientras se duerme, según el nivel de estrés, violencia, o suceso fuertemente emocional,
esta será manifestada verbalmente mientras se duerme.
Cualquier manifestación de algún evento
mental debe ser especificado conductualmente, entonces si vemos a alguien hablar mientras duerme y decimos que “está soñando” no hay otra
manera de medir este problema más que definirlo de forma conductual, es decir, “habla”
porque está moviendo la boca y emitiendo palabras o frase, tal vez sin sentidos
no importa, porque no tenemos otra forma en la casa, de saber que está soñando
salvo que este emitiendo sonidos. Este hablar tendrá un contenido, entonces,
debemos de fijarnos más en el contenido de lo que habla el dormido, que en el
hecho de que hable dormido.
Pudiendo ser considerada una
conducta, debemos de fijarnos con que intensidad y frecuencia la persona que
duerme emite esta conducta, es diferente que una persona “hable” una vez a la
semana o raramente, a otra que hable dormido todas las noches. Además de la
intensidad y la frecuencia, debemos de analizar el contenido de lo que habla el
dormido.
El hablar dormido es diferente al
que tiene pesadilla, que en tal caso se acompaña de sudoración, movimientos físicos
y gran intensidad emocional de miedo o terror, el que habla dormido
generalmente no se acuerda de lo que hablo cuando se despierta y su manifestación
puede ser en voz alta o susurro y muy poco tiempo de duración.
¿Qué hacer?
Trate de escuchar el contenido
del habla, puede deberse a excesiva presión de los padres, en la escuela o algún
suceso agradable o no que la haya ocurrido durante el día. Si la frecuencia
aumenta puede deberse a stress infantil, ante lo que debería de llevarlo a un
especialista.
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