lunes, 19 de diciembre de 2011

CLIENTES QUE DEJAN LA TERAPIA

Dentro de las muchas cartas que se intercambiaron el padre del psicoanálisis Sigmund Freud y el último sabio del siglo XX Albert Einstein, el autor de la  Teoría de la Relatividad le confirmo a Freud que es más fácil desintegrar un átomo que resolver  un complejo.

Muchas veces vemos que los clientes ya no van a las sesiones dentro de una intervención psicológica, las abandonan y no vuelven asistir a las sesiones. Aparte de las variables que se manejan en todo tratamiento ya sea esta psicoanalista, humanista o cognitivo conductual, como la simpatía y la empatía que debe existir entre el terapeuta y los clientes, el clima favorable del consultorio y la gravedad del trastorno, existe lo que se llama la resistencia al cambio. Esta resistencia podría interpretarse como un riesgo que siente el cliente a “dejarse convencer”  por el terapeuta que su creencia y conducta lo están llevando a situaciones problemáticas, a aceptar algunas de las actividades o intercambio de ideas orientadas al cambio de sus creencias o pensamientos Una percepción de riesgo de su individualidad a sentirse debilitado ante la necesidad del cambio, sin contar aquellos que van a la terapia obligados por factores laborales o sociales.
Que un cliente deje la terapia no quiere decir que el terapeuta sea mal profesional necesariamente, por ejemplo si un médico le indica a un paciente diabético que debe controlar el consumo de alimentos con azúcar, y este paciente no hace caso a esa indicación, ¿acaso quiere decir que el médico es mal profesional?. Las personas por lo común le cuesta mucha aceptar que están equivocadas y que tienen algún problema, tendiendo a echarle la culpa de los problemas a los demás, diferenciándose del mismo.  Cuando comienzo  las series de sesiones dentro de un tratamiento siempre les hago notar que no es un juego y que los debates, intercambio de ideas, y labor terapéutica denota una seriedad y  un cumplimiento de las indicaciones que se acuerden, porque la identificación de los problemas del cliente en psicología debe contar con la aprobación del cliente y desde ahí programar la intervención que él se compromete a cumplir. Pero aun así son muchas las veces que el cliente deja las sesiones y no va más, perdiéndose  la ocasión para que mejore su conducta.

Los que nos queda a los psicólogos es hacerles saber por cualquier medio que siempre pueden reiniciar las sesiones y que no todo está acabado. Muchos reinician las sesiones cuando pasan algunas semanas o meses, lamentablemente otros no.  




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