martes, 22 de febrero de 2011

¿Como empieza la violencia familiar?

Empecemos con una pregunta ¿Como comienza la violencia domestica cotidiana? sabemos que las parejas no se atraen en un primer momento con los golpes, es decir, el hombre no enamora a la mujer que recién conoce, prometiéndole un golpe el día de mañana, siempre se muestra más cordial de lo que realmente es, claro, es así, debido a que también creció con los esquemas cognitivos de mentira y de una apariencia social que aprendió de sus padres, en la mujer se da un fenómeno igual, que se nota cuando reacciona de manera pasiva ante los arrebatos de malhumor del novio, disculpándolo muchas veces. En las terapias es muy común escuchar  a las mujeres decir  “pensé que cambiaria con el matrimonio”.  A decir verdad nunca les creo, eso de que “cambiara cuando nos casemos” es una forma disimulada de disculpa propia ante su inacción, Sartre le llamaba a eso “mala fe”. Enmascarar una verdad desagradable y  engañarse ellas mismas sabiendo que existe la posibilidad – y lo saben por experiencia apriori –de que eso no  ocurrirá, es muy común en la mujer enamorada que ha presenciado violencia desde edades tempranas. Después de que esta disculpa se mantiene en la relación de pareja, la aparición de la violencia es cosa de tiempo, mayormente se presenta de forma insidiosa y solapada “como quien no quiere la cosa “comienza con malos humores que van de menos a más, como expresión de exigencias, el esposo le dice a la esposa: ¿Por qué llegas tarde? ¿Dónde has estado?, el asunto aquí es que esto no aparece como expresión de celos - que por lo demás ya sería un problema grave de coacción de libertad, de confianza y de seguridad -  sino como imposición de una masculinidad que tiene miedo de perder. También hay formas que implican lo sexual o en referencia al aspecto físico “Estas gorda” “comes mucho” “pareces una bruja”, esto en lo que respecta al marido. Las mujeres tienen una clase de insulto ofensivo de tipo sexual como “ya no funcionas” o el dicho popular “el hombre hasta que puede, la mujer hasta que quiere” pero las dos  clases de insultos abren el camino para que ambos conyugues midan el nivel de reacción de la pareja. De esta forma se reconoce el terreno hasta dónde se puede dar.  Luego cuando los insultos ya allanaron el camino difícil, y demostraron que el otro no responde como debería,  vienen los tocamientos violentos como empujones y cachetadas. Este es un nivel a donde la mujer no debe llegar, pero que si llega, ahí debe quedar. Después de esto es muy difícil que el maltratador de marcha atrás, y también es muy difícil para el agresor volver a comunicarse de manera adecuada. La mujer que acepta una cachetada y disculpa el hecho, con excusas clásicas como: “estaba borracho, pero sano no es así” es una firme candidata a convertirse en una estadística más de la violencia domestica. Para el maltratador promedio llegar a este segundo nivel es un tren de donde no se va querer bajar, o no se va poder bajar sin ayuda. La violencia familiar tiene causas que van más allá del estado de embriagues, del nivel educativo,  incluso del nivel económico.

No existe una causa única y directa que origine la existencia de la violencia familiar,  Corsi (1992) citado por Gonzales  (1998)  hace un estudio de las causas de la violencia  y propone un sistema integrativo con determinación reciproca entre los factores del macrosistema referente a los conceptos de violencia que se maneja en una cultura, el exosistema referido al rol de las  instituciones culturales como escuela  e institutos públicos, así como la situación económica de la sociedad, el empleo y desempleo y los conceptos de permisibilidad de la violencia, el microsistema referidos a la relación dinámica de la familia como núcleo básico de la sociedad, y por último el nivel individual en donde propone cuatro áreas personales, como el cognitivo, el conductual, el psicodinamico y el interaccional, concluyendo que estos últimos interactúan de forma reciproca con los anteriores niveles, y su relaciòn es causal ni directa, sino reciproca. 

Es aceptada la idea de que la violencia domestica existe mayormente en las familias pobres y de escasos recursos. El factor económico puede ser una de las causas y podría ubicarse entre el  exosistema  y el individual del enfoque de Corsi, es de nuestra opinión que se ubicaría en el área cognitiva, recibiendo frecuentemente influencias negativas de los demás sistemas como el macro y microsistema, referido a una especie de “dejar pasar, dejar hacer” analicemos esto con más calma. En  sociedades mayoritariamente machistas como la peruana, el rol de dador de bienes ha sido otorgado al varón, y el rol de la mujer se ha circunscrito al de ama de casa, de administradora de los ingresos y bienes que le provee el varón. Así la pobreza continuada  podría desencadenar distorsiones cognitivas en el varón con respecto a la capacidad de proveer el alimento y las comodidades domesticas, esto dará  inicio a pensamientos negativos de frustración y fracaso  “No podre conseguir el dinero”  “no consigo el estatus social que mi familia merece”  esta clase de pensamiento continuo hace efecto negativo sobre los miembros de la familia y mas sobre el tradicional proveedor de bienes familiares, el padre. Aparecerán autoincriminaciones de incapacidad y culpa por la situación económica precaria, alimentando una violencia intraindividual, que no soportara mucho tiempo y saldrá hacia los miembros más débiles de la familia. El macro y exosistema ayudara en la formación negativa de estos pensamientos, debido al consumismo, al estatus social, al reconocimiento  social y económico, además con aceptación y permisibilidad en que los problemas se solucionan mejor y más rápido con la violencia que con otros medios, agravando más el problema de la familia pobre. En este sentido la pobreza el desempleo y la escases  es un predictor de la violencia pero no el único. Este hecho no demuestra que solo en los pobres existe la violencia familiar, solo explica una parte de ello, debido a que las clases más pudientes tienen mecanismos de privacidad que impiden un reconocimiento mas real de la existencia de la violencia en sus familiar, como la vergüenza en el estatus social en que se mueven, y las apariencias que hay que guardar.

La violencia como expresión humana ha sido estudiada desde varios enfoques, desde la evolución y  la sobrevivencia, hasta las de aprendizaje, en este  contexto y dentro de lo sistémico, podríamos enmarcar la violencia como un aprendizaje que se da en los sistemas macro y microsistemicos, orientados a permitir la idea de que las soluciones pasan por el empleo de la violencia, esta al no ser reprendida, sino que hasta es admirada y  celebrada como actitud del más fuerte será la imitación de modelos social que  Bandura (1986)  enfatiza como aprendizaje por observación e imitación de modelos y permite entender la agresión. Siendo Bandura (1977) un psicólogo conocido por que su teoría tiene mucho de cognitivo nos da un explicación por medio de pasos que seguiría este modelo social del aprendizaje, el primero es que seguimos una conducta por que nos llama la atención y aquí el proceso de atención y concentración juega un papel importante, luego le sigue el almacenamiento de esta acción en nuestra memoria, lo que la psicología cognitiva llamaría memoria operativa, esa que guarda diariamente los recuerdos y los saca luego para que nos sirva en el quehacer diario, luego que recuperamos esta imagen de violencia en cualquier situación y la convertimos en conducta, que vendría a ser el tercer paso, llega el reforzamiento o la permisibilidad, requisitos imprescindibles para que el circulo de aprendizaje este cerrado. Si a esto le sumamos el sentimiento de  frustración, la combinación se hace explosiva. Así,  los modelos pueden variar, pero las experiencias tempranas en relación con los padres siguen siendo los más poderosos, esto nos lleva a la conclusión de que el problema de la violencia familiar tiene causas múltiples que se influyen de forma reciproca, teniendo en el componente individual cognitivo, conductual y afectivo, factores importantes para su estudio y posible solución.

jueves, 17 de febrero de 2011

Despues de Hora

Quiero ahora comentar una película ya antigua del  director de cine Martín Scorsese, titulada “Hours After” algo así como después de hora. Comento esta película por que la puesta en escena es impresionante para mi. Paul el personaje  principal como el Ulises de Joice , debe pasar una serie de circunstancias peligrosas, cuando no misteriosas, en su afan de volver a casa después de visitar a una chica, y todo en una sola noche.

Al comienzo de la  película Paúl se ve cuestionando con la mirada y  sin decirlo, su labor de oficinista cuando un compañero suyo le dice “Yo no voy a durar mucho tiempo aquí” Como para “sacudirse” del aburrimiento sale a tomar una café , donde conoce a Marcy una mujer misteriosa y que después veremos trastornada  y victima de quemaduras  en su piel que no conocemos la causa.

Scorsese fiel a su estilo parece haber  escogido bien los personajes de su película, seres góticos, angustiados y misteriosos, la misma Marcy, el taxista apurado, la escultora  desentendida y la  empleada trastornada, papeles cortos pero  expresivos de las emociones mas depresiva de la naturaleza humana, todos ellos coincidirán con Paúl aunque sin quererlo él, en un sino como el que nos hablaba Spencer, personaje que en otras circunstancia hubieran sido evadidos por él. El mismo Paúl al momento de su huida demuestra la verdadera naturaleza del personaje, uno débil,  confundido y angustiado por el caos en que se ve envuelto y definido por ella.

Después de todo, son las vicisitudes de un oficinista después de hora, fantasías delirantes que serán revueltas en un Thriller que se empeña en mostrar las cosas sin sentido, en donde todo puede pasar y donde no existe respuesta, por que el entendimiento humano es limitado por la razón, y  muy a menudo esta no se encuentra en la vida de la calle nocturna, así Paúl, busca explicación de la situación en una pregunta abierta al cielo “Pero ¿Que quieren de mí? solo soy un oficinista” nadie contesta…es que nadie sabe.

Esta película es una esbozo de la lucha solipsista del hombre común y el  destino, por que entre estos personajes trillados Paúl parece ser el único coherente y como muchas veces pasa en la realidad las cosas se muestran al revés, al final gana el caos y el destino, que le recuerda poniéndolo nuevamente  en su trabajo, que ahí pertenece y que ahí esta seguro.

Pero ante estas circunstancia inesperadas cabe preguntarnos, ¿Que hace Paúl a las 02.30 de la madrugada en casa de una chica que recién conoce? . Si nos fijamos bien las circunstancias que se presentan coinciden con el perfil psicológico de los personajes, todos ellos comparten la soledad de su existencia, ese vacío existencial de la emoción caótica sin  objetivo, y todos se encuentran en una noche, Paúl si no hubiera salido de su departamento no estaría huyendo de la confusión, creo que una lectura de la película puede ser, ¿Si el hombre puede manejar sus circunstancias,  o a la manera de Ortega y Gasset, estas lo definen a él?

lunes, 7 de febrero de 2011

SOBRE LA DISCRIMINACION

Los seres humanos percibimos los estímulos exteriores por medio de la percepción, que es el sistema primario y básico que nos conecta con la realidad, la función principal de la percepción es seleccionar y organizar los estímulos que nos llegan de forma desordenada del ambiente. Siendo una coraza  seleccionadora por naturaleza, su función operativa puede ser sin embargo, aprendida, en este sentido puede ser subjetiva y nos puede engañar. Permanentemente la persona vive discriminando estímulos, cuando salimos  a la calle, nos topamos con un sinfín de variables que nos llegan y no podríamos aunque quisiéramos, tomar en cuenta a todos, es necesario entonces tener filtros que nos hagan escoger aquellos que nos agraden, o sean de nuestro interés,  para eso la percepción se vale de la atención,  proceso organizado que ayuda a seleccionar lo que se percibe.

Ahora bien, desde el punto de vista social y psicológico en la acción perceptiva entra necesariamente el Otro, en la atención seleccionadora también. Técnicamente la discriminación es una clasificación que se hace para separar persona u objetos en grupos. Esto es normal y hasta conveniente en la acción de la búsqueda y rechazo de estímulos, el problema para nuestra convivencia es que en esta clasificación social de las personas,  participa ideas y creencias que son erróneas y que se dan por ciertas en la mayoría de los casos, sin una verificación previa.

El Otro, como entidad clasificada fuera de nosotros
ha sido ya objeto de análisis, tanto por el psicoanálisis, como por el existencialismo, Sartre decía al respecto “Ese prójimo cuya relación conmigo no podemos captar y que jamás es dado, nosotros lo constituimos poco a poco como objeto concreto, no sirve para formar mi experiencia, sino mi experiencia lo forma como prójimo, es decir como sistema de representaciones fuera del alcance, como un objeto concreto y cognoscible. Pues en efecto, el prójimo no es solamente aquel que veo, sino aquel que me ve”. Así de esta forma nuestras experiencias nos ayudan a formar la imagen del Otro. Podríamos  pensar que Sartre está equivocado, si el hombre es un ser social, esas experiencias que ayudan a formar al prójimo, necesariamente tiene que estar constituido por el mismo prójimo, ergo, podría ser captado en su exacta existencia. Desde nuestro punto de vista el pensamiento sartreriano está impregnado de un solipsismo existencial primario y básico, formado por una creencia irracional de pesimismo en cuanto relación conflictiva con el prójimo, y en esta medida, si las relaciones son problemáticas, y lo son para él, mis conceptos del prójimo serán parte de esa relación, sería  como lo que  Kant llamó, experiencia Apriori en la formación de mi idea del otro.

Y la práctica de la discriminación en todas sus formas  en muchos casos parte de estas experiencias apriori . El termino apriori quiere decir antes de, ¿Antes de que? De lo que sería el  segundo proceso de conocimiento, que es la verificación del hecho, aunque en muchos casos no se necesita esta verificación, más precisamente cuando se trata de axiomas, es necesario hacerlo cuando en nuestro proceso de selección de estímulos interviene el factor humano, ya sea en forma individual o en grupos sociales, si no hacemos esto,  quedaría perfecto el terreno para que se desarrolle una discriminación sin base racional, o en su defecto,lo que yo llamo sin base necesaria.

La práctica discriminatoria se puede realizar de varias formas. Lo hacemos  por estatus social, capacidad económica, el aspecto intelectual, preferencias sexuales,  por ideas religiosas etc., pero lo que resulta la peor discriminación que existe, si se me permite el término, es por la raza. Las personas pueden superar vayas sociales y económicas, a diario vemos que miembros de las clases sociales llamadas “emergentes” logran escalar posiciones sociales y económicas, y esto ocurre porque conceptualmente, el aspecto económico y el estatus social van de la mano, uno mejora el otro, generalmente lo económico jala al estatus social- aunque no se perciba un avance intelectual-, ¿ Pero qué ocurre con el llamado “cholo”? por más que una persona avance en otros aspectos, como el económico, lo social, incluso el intelectual, el aspecto de la apariencia física y el color de piel no se puede cambiar, es como una marca de fábrica, que da la apariencia ante el Otro, que  encasilla en una clasificación que de forma costumbrista se hace del prójimo, y ante el cual, biológicamente no hay nada que hacer.  Esta “choledad” encierra en la representación mental del Otro, una experiencia básicamente emocional - apriori-, donde existe sobre generalización de pensamiento, que basa su génesis en algo emocional, una especie de conclusión inductiva, sin base científica, como una conclusión tipo “todos los cholos son iguales”.

La psicología ve en el racismo una actitud aprendida que sienta sus bases en lo emocional sin base racional. Veamos que nos dice otros enfoques sobre el tema.  El psicoanalista Jorge Bruce (2007) observa que la práctica psicoanalista ha dejado de lado el análisis del racismo por mucho tiempo, pero cita a  Castoriadis (2003)  y concuerda con una de las cuatro variantes que el psicoanálisis tiene para explicar su relación con el Otro según este
autor: “La cuarta explicación –de lejos la más común-   se refiere a los mecanismos de escisión, represión y proyección. Esta última es la que nos concierne en relación de la teoría de Castoriadis sobre el racismo. Consiste en recurrir a los mecanismos de proyección e introyección como operadores esenciales en el mundo interno. Se introyecta lo positivo y se proyecta lo negativo, para lo cual se buscan depositarios adecuados en el entorno, los que facilitan el proceso de expulsión de todo aquello que es internamente clasificado como inadmisible”.

En nuestra opinión desde el enfoque cognitivo, las personas racistas han desarrollado esquemas de  pensamientos de tipo  polarizado y  dicotómico, la realidad es una especie de película en blanco y negro, no hay grises, en esta actitud aprendida clasificamos y discriminamos sin tomar en cuenta el aspecto racional. Siendo la discriminación una elección de estímulos, repito, es natural que esto ocurra, entonces metemos en un mismo saco a los que tengan ciertas características sociales, económicas y raciales y nos movemos socialmente en esta clasificación. El problema del racismo viene cuando hemos aprendido a tratar mal a los de la otra clasificación, he ahí el problema. El asunto no es que yo sea diferente o clasifique, el asunto ocurre porque desde esa diferencia, “yo soy mejor y tu eres peor”. Y eso no pasa por el asunto del proceso técnico de la  discriminación, pasa por un asunto emocional, - me explico- la discriminación cognitiva y el racismo tiene una denotación diferente que no hay que confundir, y hasta diríamos que son conceptos contrapuestos, mientras que en la discriminación existe una clasificación separadora de los estímulos que me interesan y que no, sean estos aprendidos o modificados -para el tema no interesan- la idea no es descalificadoramente aberrante. En el racismo se da una generalización de las cualidades personales de
toda una población, a una sola persona  e implica una actitud de desprecio, de inferioridad, incluso puede pasar que sea negadora de derechos básicos, si buscamos la base de esta actitud descalificadora la encontraremos sin lugar a dudas en aspectos emocionales.


















FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...