A
veces el profesor se encuentra con niños que se ponen desafiantes, se resisten
a cumplir las disposiciones del salón y retan al profesor a obligarles hacer
tareas o actividades en clase. En este caso no es efectivo ni adecuado enfrentarlos
ni caer en su provocación.
Lo
que el profesor debe hacer es darle alternativas de solución al estudiante
rebelde. Cuando se va a realizar la actividad en clase y el estudiante se
resiste, decirle en forma clara lo que sucederá si se hace la actividad y que sucederá
si no se realiza la actividad.
Hay
que decirles de forma clara las consecuencias de la conducta de no hacer la
actividad en clase.
Cuando
hable de las consecuencias no hable de “castigo” haga referencia e indique que
no se obtendrá recompensa o se cortara el acceso a ella o habrá ausencia de
recompensa.
Si el
estudiante hace la actividad en clase refuerce según sea el caso o deje seguir,
si no lo hace no pelee con él, simplemente controle corte o anule el acceso a
alguna recompensa.
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