Las autoinstrucciones es una técnica
cognitiva conductual que más allá del título que tiene este articulo, pueden
ser usadas por todos y en una serie muy amplia de conductas o actividades de la
vida diaria, sirve como autoguía para
realizar una conducta nueva. Son instrucciones que se da la misma
persona primero en voz alta en una primera fase, describiendo, guiando y
terminando una conducta objetivo, que a su vez está dividida en pasos, cada
paso está acompañado con la autoinstruccion.
Se usa con mucha efectividad en
niños con TDAH para una serie de conductas como impulsividad, perdidas de cosas, autocontrol,
conversaciones, peticiones de ayuda, conversaciones, solución de problemas, en
fin, es amplia la gama en que se puede realizar las autoinstrucciones con éxito.
La conducta que se quiere realizar o enseñar al niño debe estar dividida dependiendo
de la edad del niño de cuatro a seis o siete pasos. En los niños más pequeños,
digamos de 4 años funciona mejor
conductas de 3 a 4 pasos, estas sub
conductas deben ser dichas en términos claros, precisos, sin mucha
explicaciones que puedan confundir al niño. Pongamos como ejemplo: Control de
la impulsividad para un niño de seis años
Paso 1.- Me estoy enojando.
Paso 2.- respiro profundamente
muchas veces.
Paso 3.- me alejo del lugar
Paso 4.- me calmo.
Paso 5.- regreso a ver si puedo
solucionar el problema.
Otro ejemplo: Hacer tareas con
mama.
Paso 1.- suena el timbre
Paso 2.- busco mi maleta
Paso 3.- digo a mi mama “es hora
de tareas”
Paso 4.- me siento a esperar a
mamá.
Como pueden ver, la instrucción que
se da el mismo niño debe ser corta y fácil de recordar y deben ser
anteriormente entrenadas con el terapeuta. Puede utilizarse también con ayuda
de la tecnología, como teléfonos, grabaciones, fotos, sticker u otra forma de
hacer recordar las autoinstrucciones en el momento oportuno. Debe de ser dichas
primero en voz alta, luego en otra fase modular en voz baja los pasos, en otra
fase bajar más la voz como un murmullo que solo el niño escuche, y finalmente los pasos deben hacerse
guiados solo por la voz “dentro del pensamiento”
En lo personal me ha sido de
mucha ayuda en mis sesiones con niños y adolescentes con problemas de atención
e impulsividad, en ocasiones la he utilizado con ayuda de sticker que han sido
pegados en los cuadernos de los escolares que le recuerden hacer las autoinstrucciones. Aun más, he utilizado
recordatorios de tipo personal como un prendedor en la ropa o una liga en la
muñeca del niño que le hacía recordar y repetir en voz alta las
autoinstrucciones previamente entrenadas en las sesiones.
Dependiendo de los autores que
han desarrollado programas de autoinstrucciones, las más efectivas deben tener
parte de este procedimiento:
- El
terapeuta modela la conducta diciendo en voz baja los pasos que está haciendo.
- Luego el
terapeuta pide al niño hacer los pasos y lo guía con la voz alta.
- Luego
pide al niño que diga los pasos en voz alta y los realice.
- El terapeuta
modela nuevamente la conducta pero con una voz baja y repite los pasos
anteriores.
- Así hasta
llegar a realizar los pasos solo guiados por “la voz en el pensamiento”
Parece fácil, pero como siempre, se gana experiencia con la práctica.
No olvidar que el modelamiento de las conductas hechas por el terapeuta debe
ser motivantes para que el niño lo haga.
Y como siempre, no olvidar reforzar positivamente. Esa es la
cereza de la torta
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