viernes, 14 de febrero de 2014

Las técnicas invasivas o intrusivas


Las técnicas invasivas o intrusivas son aquellas que producen al cliente malestar extremo, en algunos casos vulnerando sus derechos civiles, estos serian los menos perjudiciales por decir lo menos, porque existen algunos que pueden atentar contra su seguridad física, en general, invaden disruptivamente en sus vidas limitándolas y produciendo animadversión hacia la terapia, situación que el analista de la conducta debe evitar. Algunas de estas técnicas como la psicocirugía, la neurofarmacologia, los tratamiento electro convulsivos (TEC), la instrumentalización conductual como los electrodos,  entre otras, han sido  considerados como “lavados de cerebros” que le han hecho mala fama al tratamiento conductual, felizmente la mayoría han sido ya superadas por nuevas técnicas, pero aun así, existen algunas que los padres, terapeutas, maestros o psiquiatras deben conocer y no aplicar.

Si bien algunas de estas técnicas intrusivas pueden compartir principios conductuales con las técnicas de modificación de conducta, los psicólogos o analistas conductuales,   se basan principalmente en “las leyes del aprendizaje” aplicados en técnicas éticamente seleccionadas, y no aplican técnicas físicas de extirpación de órganos o lóbulos cerebrales y nada parecido, inclusive,  si el significado del término “modificación de conducta” es tan vasto que puede incluir ciertas prácticas en la psicocirugía o electro convulsión,  los psicólogos no pensamos que sean parte de ellas, y sí que estas prácticas deben ser prohibidas y  penalizadas.

La autoridad, al dar las leyes que respeten los derechos de cualquier persona, no deben de delegar la decisión a ningún grupo de poder para tales prácticas, ya sean estas psicólogos, médicos, psiquiatras, neurólogos, directores de centro de reclusión, hospitales, escuelas, administradores etc., se deben respetar los derechos incluso de los “enfermos mentales” que están hospitalizados o en tratamiento ambulatorio. Esto ha dado lugar que el aspecto legal vaya al mismo ritmo que los tratamientos psicológicos o psiquiátricos. Y los analistas de la conducta, los padres de familia, y profesores deben saber que técnica deben aplicar y que técnica no.

Hay una película llamada “atrapado sin salida” de Milos Forman filmada en la década de los 70 protagonizada por Jack Nicholson, que deja ver que las practicas intrusivas y perjudiciales se aplicaban en hospitales y centros de reclusión de los EE.UU., en ella, el protagonista es un tipo considerado en su momento como un antisocial, que llega al hospital de la prisión del condado  para que le hagan una evaluación psiquiátrica, como era de esperarse, respeta poco las normas de disciplina, se queja a menudo y reclama derechos que el hospital conforme a las practicas medicas tradicionales,  no piensa en otorgarle a los pacientes internados, como por ejemplo: aumentar el horario para ver la televisión, dejar de tomar sus medicinas a la hora, ir a dormir más tarde etc. El protagonista ejecuta un contracontrol  al control del hospital. En una de las escenas en donde escapa con varios pacientes en un bus hacia un lugar de esparcimiento y diversión, y después de ser nuevamente atrapado por los enfermeros, uno de ellos le reclama “que porque hacia estas cosas” el protagonista le responde “que me pueden hacer” – creyéndose a salvo, ya que no estaba en prisión y si en un hospital – sin embargo uno de los enfermeros le responde “no sabes con quienes te estás metiendo”. Al final el protagonista después de muchas conductas “indisciplinadas” es sometido a una psicocirugía, lo convierten poco más que “un vegetal” obviamente le ha sido extirpado parte del lóbulo frontal para “modificar su conducta antisocial”.

En otra película, también de esa década titulada “La naranja mecánica” dirigida por  Stanley Kubrick  y protagonizada por Malcom McDowell,  el personaje es un pandillero violento y antisocial que ha cometido un asesinato, ya en prisión, se somete voluntariamente a que le modifican su conducta violenta  con el proyecto llamado en la película “El proyecto Ludovico”  que es básicamente la aplicación de un condicionamiento clásico. Se le aplica al protagonista una inyección (estímulo incondicionado) que da, como respuesta incondicionada unl malestar estomacal. Luego se presenta la música de Beethoven y escenas de violencia en donde el protagonista no siente dolor, se une entonces la inyección (estimulo incondicionado) con las escenas de violencia y la música de Beethoven que en un momento eran neutras –no ocasionaban dolor – produciéndose ahora si dolor estomacal. Se retira luego poco a poco la inyección, quedando solo la música y las escenas de violencia que produce –por la continua exposición – dolor, quedando este dolor como respuesta condicionada a las escenas de violencia.
La grafica sería algo así:

  Inyección                            dolor estomacal
Música de Beethoven - escenas de violencia                       sin dolor
Inyección + música Beethoven - escenas de violencia                  dolor estomacal
Música Beethoven - escenas de violencia                            dolor estomacal

 Sin embargo este tratamiento ocasiona en la película que el protagonista se vuelva un ser anulado de “voluntad” temeroso y cobarde, “condicionado” ¡en fin¡  una víctima del sistema y del gobierno que trata de tapar su “error” ofreciéndole trabajo por su silencio.
Estas películas cuestionaron los métodos invasivos, dieron pie a nuevas críticas hacia el conductismo y sus métodos. La sociedad se defendía de manera inadecuada y se arrepentía de ello, pero el sistema es débil desde su estructura y no puede mantener ciertas condiciones para que el cambio se prologue y sea duradero. Mas allá de la interpretación o enfoque que se base la crítica de estas películas hacia el conductismo, el condicionamiento aversivo que es aplicado en la segunda película es usado cuando la conducta es muy violenta e incapacita al cliente para la socialización, existen evidencia actuales - que no existían en esas décadas - que estos procedimientos pueden ser muy útiles en ciertos casos, algunos dirían hasta humanistas, aunque la disminución del dolor o nauseas debería de ser considerada si de humanismos hablamos. Aun así debemos diferenciar que  y cuáles son las técnicas éticamente consideradas de la modificación de conducta basadas en principios de aprendizaje y que técnicas son invasivas que no se pueden aplicar, a menos que quiera ser objeto de una acción legal en algunos países.

Por ejemplo una de las técnicas intrusivas claramente negativas es el castigo físico, la legislación en la mayor parte de los países del mundo sanciona estas prácticas eminentemente negativa, sin embargo se sigue aplicando en gran cantidad de hogares. Otra acción eminentemente negativa es el retener los alimentos como castigos a los niños que se portan mal, o usar los alimentos como premios a sus buenas acciones. Incluso el tiempo fuera o el aislamiento, deben hacerse bajo control del especialista y siempre por poco tiempo. El analista conductual experimentado sabe que si una práctica negativa no da resultado en cierto tiempo, se debe terminarla o cambiarla, sabe también que es preferible la implementación de las técnicas conductuales en lugares o ambientes abiertos antes que cerrados, y aplicarlo como parte de su rutina o vida diaria como una forma de aprendizaje, más que aplicarlo en aislamiento.

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