Cuando converso con los padres de
familia, de la conducta de sus hijos, y ante mi explicación de que los estímulos
reforzadores son importantes para hacer aparecer conductas, me dicen que ellos
si refuerzan a sus hijos, que los sacan a pasear los sábados y domingos al
cine, a los juegos, al parque etc., o lo gratifican comprándoles algo para
demostrarle que tienen su atención y cariño a pesar de que presentan tal o cual
conducta inadecuada. Yo les explico que lo que están haciendo es presentarles
un reforzador no contingente. Por tanto para dar significado al título del
presente artículo diré que un refuerzo no contingente, es cuando un estimulo
reforzador se presenta al niño sin tener en cuenta la aparición de la conducta,
o lo que es lo mismo, a pesar de la conducta, de la que debe ser su función. Los
reforzadores no contingentes pierden su poder de reforzamiento efectivo, por lo
tanto, si ante la conducta de un niño, no relacionamos reforzador con conducta
de manera rápida y efectiva, la conducta
disminuirá, y el reforzador perderá su poder ante la conducta. Un reforzador es
contingente si es requisito inmediato para que la conducta aparezca.
En otras palabras, un reforzador
no contingente es un reforzador presentado fuera de tiempo a la aparición de la
conducta.
Para que un reforzador sea efectivo
debe ser:
- Inmediatamente
presentado a la emisión de la conducta.
- Ante la
imposibilidad de la presentación del estimulo reforzador, deberá existir una
señal de que indique al niño que el
reforzador vendrá mas tarde.
- Si la
conducta es nueva o recién aprendida, se recomienda que se presente el reforzador
muchas veces, tantas, como la conducta deseada se emita.
Como siempre hago notar, estas recomendaciones deben aplicarse
dentro de un programa conductual que señale todas las especificaciones al
respecto.
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