sábado, 22 de junio de 2013

Nihilismo, de Nietzsche a Sartre


El nihilismo es un enfoque filosófico que describe la ausencia de motivo, la ausencia contraria a un hecho o la ausencia de la consecuencia derivada de un hecho, puede también derivar de una ausencia apriori a un hecho, lo que sería el nihilismo puro, o mejor dicho el nihilismo absoluto. Puede ser también la negación del hecho, la negación de motivos y objetivos, es la soledad en relación con el mundo, correspondería a la antítesis limitada y cerrada anti dialéctica de la tesis hegeliana. Al nihilismo se llega por: a. Perdida del encanto del entendimiento o del asombro, o cuando este encanto perdido encuentra a la nada. y b. cuando se acaba las explicaciones o el sustento teórico de un valor cualquiera.  El nihilismo entra entonces en una relación circunstancial y existencial con el hecho, lo copa y lo anula, lo traspasa, lo colma y nace la nada.
Nietzsche decía que el nihilismo es la consecuencia lógica de nuestros valores e ideales. Y es que esta frustración se funda en la imposibilidad pragmática de aplicar los valores a una realidad. En sus relaciones dialécticas, el pragmatismo compara la idea y su aplicación a una realidad, que te descubre esa nada que te llena de angustia. La hipocresía, la perdida de la cualidad de la verdad en los valores, te enfrenta a una soledad existencial en donde el hueco es muy hondo, sin posibilidad de salida, el nihilismo de Nietzsche es ese pozo oscuro y hondo a que nos ha llevado el descubrimiento que no queremos aceptar, de que los valores son relativos, y por lo tanto no importan nada, o importan poco, los valores impuesto por una historia social, como lo entendía Nietzsche, no tendrían razón de ser a menos que, sirva para fundar otra especie humana superior a la actual y superar precisamente ese nihilismo de que es origen, que lo compense, que siente cuando ve, que las aplicaciones morales no se han cumplido nunca en ese historicismo complaciente y cómplice en subyugar lo mejor del ser humano, hasta volverlo añicos.  

Al nihilismo se llega  procurando el ejercicio accidentado de nuestros valores. ¿Cualidad de valor o de la razón? cualidad pragmática diría yo, porque hay quienes no tienen concepto de valor, al no tenerlo, se libran de la asombrosa percepción de un nihilismo que todo lo absorbe. Por eso, nihilismo no es perdida solamente, es lo contrario de lo ya existente: los valores.
Nietzsche descubre el nihilismo cuando descubre la mentira de los valores cristianos y en general, la subjetividad de la importancia de los valores. El pesimismo de Nietzsche al sistema de su época le hace ver que no hay remedio, que se ha perdido esa originalidad presocrática  basada en la verdad determinista y trágica de la existencia, pero verdad al fin, la aparición de la revolución industrial, la perdida de la esencia en el arte, la influencia de la sociedad consumista de la época y el cristianismo tal como se ejerció  para él, no es más que una serie de mentiras con un resultado; el vacio total o lo que es uno de sus conceptos básicos “la muerte de Dios”. Esa mentira descubierta por el ser lo abre en dirección al nihilismo, visión catastrófica que sin embargo, para Nietzsche, sirve de punto de partida para construir lo que él llama: formas más altruistas y humanas de construir una escala de valores que entrañen verdad, una verdad extraña a la moral cristiana hipócrita y conflictiva,  Como el hombre es terrenal la solución para Nietzsche debe ser terrenal, por ejemplo la compasión cristiana para él es dañina a los intereses de la especie, porque corta la superación que el hombre debe tener, y en vez de lamentarse y victimizar constamente a la víctima, se debería de resaltarla hacia una especie de Superhombre que supere las condiciones morales paupérrimas que rigió a la especie humana sujeta al cristianismo por siglos.

La concepción de Nietzsche esta mas allá del bien y del mal, rescata la valorización del placer y lo mundano de la Grecia presocrática, que el cristianismo se encargo de destruir, me parece que el renacimiento no llego a complacer a Nietzsche, no le basto para combatir los valores cristianos. Hay que aclarar que para el pensador alemán, el cristianismo es muy diferente a la figura de Cristo, Nietzsche apunta sus baterías hacia el cristianismo, no hacia Jesús a quien admira y dice que fue el único cristiano en el mundo. Los demás cristianos desdibujaron su dogma con conductas prohibidas. La esencia de esta contradicción está en la comparación entre el ideal de Jesús y la aplicación directa del cristianismo en la realidad, esa en la que los dogmas de Cristo, no se pueden aplicar, llegando hacer en realidad anti valores que reprimen y desangran la libertad de los hombres, porque para Nietzsche el cristianismo no reivindica al hombre, por el contrario, lo aplasta, limita y lo frustra en su desarrollo moral y ético hacia una especie superior.
Ahora bien, si para Nietzsche la angustia del nihilismo le sirve al hombre  para superar sus taras, y hacer otra taxonomía de valores, para Sartre, esa angustia es resultado de la comprensión que tiene este hombre cuando se ve solo ante sus posibilidades, esa nada existencial, ese nihilismo existencial reconoce al hombre solo ante el mundo, bajo su propia responsabilidad y ante la libertad y su responsabilidad en las relaciones con los hechos y sus semejantes. Sin Dios como protector, el enfoque existencial agustiniano se vuelve existencialismo sartreriano ya que el hombre debe asumir sus propias responsabilidades y que se descubre insuficiente y poco capaz de ejercer una libertad que ante todo, debe tener como requisito la afrontacion a las consecuencias. La relación hombre-cielo de San Agustín se vuelve hombre –mundo en Sartre.
Para complicar más el asunto Sartre le da carácter dialectico y fenomenológico al nihilismo, basado en el análisis de la Nada de Hegel que en su obra  Fenomenología del Espíritu le da carácter dialectico como forma contraria y a la vez complementaria del ser. Esa fenomenología se da justamente  cuando el hombre siente angustia hacia su posibilidad en el futuro y su posibilidad también de su no realización. Ante esto Sartre recurre a la asunción de la responsabilidad del hombre, cuando este afronta la muerte, las relaciones con el prójimo, la mirada, la posesión del otro, todo esto son variables que reestructuran lo que Sartre llama el Yo existencial.
Ante la nada, Nietzsche y Sartre coinciden en reestructurar al hombre, el primero con su concepto de Superhombre y sus códigos morales más allá del bien y del mal, que retome valores ya perdidos como la esencia de la época helenista, y el segundo, con la aceptación de esa angustia ante la nada que es origen de su enfrentamiento en solitario con las cosas del mundo. Los dos enfoques le dan el carácter angustioso a ese encargo que al hombre le pesa, el sentimiento de libertad. Pero mientras Nietzsche llega a esa conclusión ante la pérdida de valores, Sartre le da un carácter ontológico a la nada dentro del ser, que lo funda de forma inseparable pero que a la vez lo niega y le da sentido de libertad. Acabando el miedo sartreriano a las cosas que lo rodea, la angustia disminuirá y podrá ser libre.
Hay que aclarar que el concepto del nihilismo es un concepto filosófico, nada tenemos en psicología que se asemeje al nihilismo, salvo que se quiera ver, en la sintomatología depresiva, el síntoma cognitivo de la desesperanza, como una forma de nihilismo de la posibilidad frustrada, de la voluntad paralizada y extraña a un mundo que  no se compromete a una forma humana mas socializante. Desde el ángulo que se le quiera dar, la posibilidad de la aparición positiva es contraria al negativismo ontológico del nihilismo, por ejemplo desde el punto de vista objetivo la conducta es siempre positiva por que aparece, se emite, irrumpe en la escena circunstancial del fenómeno, la opera, trata de modificarla, de influirla. Desde este sentido al nihilismo no tiene ontología dentro de la terapia psicológica, pudiendo tomar un sentido de Nada, netamente funcional y no filosófico.

 

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