Primero
amate tú, después ama a los demás
tir que somos iAceptemos por un momento en que el ser humano
es capaz de amar, una vez salvada esta duda casi casi existencial, debemos de
preguntarnos, ¿debemos amar incondicionalmente mas allá aun de nosotros mismos?
como en las canciones románticas ¿Debemos de entregar el alma por ese amor de
turno? Mas allá de que el amor es un sentimiento que nos hace feliz, debemos de
hacer uso de la poca fuerza racional que tenemos cuando estamos enamorados, y
tratar de detenernos en ese camino que muy a menudo nos lleva a la perdición.
El amor siendo un sentimiento es
subjetivo, es decir, como carece de una objetividad yo diría desde su etiológica,
es necesario hacerlo pisar tierra y volver su esencia lo más materialista y
terrenal posible para ponernos de
acuerdo en una definición que al menos nos diga cómo tratarla, creo yo que debemos
de hablar de una conducta amorosa, conducta y amor, dos nociones epistemológicamente
contrarias pero que se complementan cuando de hacerse entender se trata.
Pongamos un ejemplo, Juan ama a Rosa, típica pareja común y corriente. Si Juan
ama a Rosa, pero si Juan hace violencia domestica es obvio que Juan no la
quiere, y no solo no la quiere, si no que pretende por medio de esa violencia si
pudiera, desaparecer a Rosa. La conducta agresiva y violenta de Juan, seria en
muchas sociedades incompatible con el amar, desde este punto de vista y del
otro que tampoco permite la infidelidad o las múltiples parejas, la conducta amorosa
vendría hacer un conjunto de característica que describe y clasifica la cuestión
amorosa. Así, amar seria no agredir ni ejercer violencia contra su pareja, no serle infiel. Pero como la definición
de una cosa o fenómeno no puede describirse por lo que no es, si no, por lo que
es, la conducta amorosa tendrá muchas más descripciones objetivas y materialista
posible mientras se es.
Según se es, así se ama decía Ortega
y Gasset por eso el amante cuando se enamora demuestra la elección de objeto
amoroso y se muestra él también tal como es. Según se es…….amaras a tu prójimo,
según eres, te enamoraras así. Las parejas cuando se entregan y se pelean, así
son, Pero para ellas no va este artículo, si no para aquellas parejas que dan la
vida por la otra persona. Descuidan su individualidad y su propio cuerpo, sus
intereses, su futuro, se acoplan en cuerpo y alma a la otra persona, no puede
decidir por ellas mismas, sin que antes opine el amante. Esta dependencia a la
voluntad de la otra persona, demuestra su sujeción a esa persona, si se pasa a
esta etapa habrá dado un paso a su propio aniquilación como ser humano. Porque
la dependencia amorosa te anula, te subyace, te vuelve un efímero muñeco de esa
ilusión que es la pareja del momento. Te quita libertad. Sartre decía: ¿Quien aceptaría
oír que le dicen: ”Te amo porque me he comprometido libremente a amarte, y no
quiero desdecirme, te amo por fidelidad a mí mismo”? creo que pocas personas,
de ahí sentencio “que nadie te quiere libre” porque el amante quiere que
elimines esa libertad y lo vuelvas cautiva, el amante quiere una libertad
sujeta a él” Ahora bien, muy a menudo pasa esto, que la pareja se entrega al
amante sin libertad y lo que es peor, se subyace a voluntad creyendo que así
ama más y mejor.
Para Bryce Echenique la esencia
del amor es borrar las diferencias hasta que los amantes olvidan su realidad.
Desde la psicología, si no existe
eso que llamamos auto discriminación de nuestras conductas amorosas ¿Cómo vamos
a saber discriminar si la conducta de nuestra pareja es amor o no? Podría parecernos
amor precisamente lo que es lo
contrario, y esto únicamente porque nosotros hacemos lo mismo.
Por eso es necesario hacernos un auto
discriminación en comparación con los otros, y sobre parámetros sociales que
nos guían nuestro comportamiento, incluso el amoroso. ¿Cómo se puede hacer
esto? Dígase:
¿“Como amo yo?
¿Mi conducta es de respeto a mi familia
y a mí?
¿Soy fiel?, ¿hago lo mío, con el
mismo afán de ser recompensado con amor?
El justo medio aristotélico es difícil
mantenerlo cuando de amor se trata, a ver si hacemos un ejercicio de los
opuestos aristotélicos, este nos diría, no te enamores mucho porque serás distraído
a tal punto que perderías todo si te descuidas, tampoco te muestres poco
enamorado porque parecerás parco y muy frio, es menester ser ni tan enamorado
ni poco enamorado, buscar un justo medio.
Por último, una persona que ha
dejado de amar a su pareja, puede volverse a enamorar tan pronto como está
dispuesta, y no debe sentirse culpable, esto demostraría una madurez y una aceptación
de su derecho a elegir ser feliz sin tener el sentimiento de la culpa. El
quererse más uno mismo que a los otros, nos abre camino hacia formas más
positiva de comportamiento, aumentar la
autoestima y hacernos sentir importantes.
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