La terapia de conducta es un
modelo de intervención psicológica que consiste en analizar la acción del
sujeto en relación con el ambiente que lo rodea, es en buena cuenta un análisis
de cómo la conducta de una persona, ya sea esta niño o adulto, ha establecido
una relación funcional con los estímulos que han servido como factor discriminante o
reforzante. Es decir, de cómo una conducta se emite, se realiza y funciona en
el ambiente debido a sus consecuencias o elementos que se encuentran en el
contexto, en donde también intenta influir para seguir emitiéndose.
¿Y que es una conducta? Es toda
acción visible y objetiva que realiza la persona, esto incluye el habla, la que
sería conducta verbal, el pensamiento y las emociones, aunque no son visibles,
funcionan con los mismos principios que
rigen a la conducta observable, de los que son efectos colaterales, por ejemplo
pensar es hacer. Esta descripción objetiva de lo que es conducta, nos permite
ponerla en el mundo físico y observable, además de definirla, medirla,
manipularla y analizarla en relación con
los estímulos que la hacen funcionar. Intentamos por medio de la intervención
modificar esa relación funcional que mantiene la conducta problema, o en su
defecto hacer aparecer una conducta
adecuada o aumentar las que presentan poca emisión. La terapia de conducta ha
demostrado ser efectivas en casi todas los problemas psicológicos, en la práctica cuando están bien aplicadas y
son constantes su validez es alta. Hacen uso de una serie de técnicas, llamadas
“técnicas de modificación de conducta” de la que algunas ya me he ocupado
anteriormente en este blog.
La mayoría de casos que llegan a consultorio
para terapia de conducta son niños que presentan los llamados “problemas de
conducta”, se oponen a las peticiones de sus padres o maestros, hacen
berrinches, gritan o lloran para obtener lo que desean, niños con conductas agresivas
y con escaso control de los impulsos que son verdaderos dolores de cabeza para
padres y profesores, no siguen ni respetan normas, y pueden parecer “caprichosos”
“engreídos” o “malcriados”. No terminan tareas y son dominantes con sus pares
de amigos, padres y maestros. (Véase mi artículo “El último día del Rey” en este blog), niños
hiperactivos, ansiosos, y con fobias, en realidad la vasta lista de problemas psicológicos
que se pueden tratar con éxito con las terapias de conducta son muchas. La
terapia de conducta puede a simple vista parecer fácil en un primer momento,
pero desde que se realiza el análisis conductual se encuentra con un problema
muy serio, y es que es complicado encontrar la relación funcional entre la
conducta problema que se emita con algún elemento del ambiente que la mantiene
o provoca. Al respecto de esto último mencionado, el apoyo y la paciencia de
los padres en casa y los profesores en el colegio son piezas fundamentales para
la aplicación de las técnicas en el cambio conductual que quieren dar a sus
hijos o alumnos, ellos son los llamados operadores de la conducta del niño en
un contexto dado. Los padres y maestros son los depositarios de los conocimientos
básicos de las técnicas de modificación de conducta en casa o escuela. Ya que
son ellos los que están la mayor parte del tiempo con sus hijos, les
corresponde a ellos, manejar las variables o el contexto en donde la conducta
de sus hijos se desarrolla.
La intervención conductual es y
debe ser una forma permanente de relaciones entre padres e hijos, más que una
terapia momentánea, lo que se busca es que los padres aprendan a controlar las
variables ambientales en donde sus hijos se desarrollan y emiten la conducta
problema, ser constantes con la aplicación de las diferentes técnicas y no
ceder ante la presión de los niños que piden liberarse de ellas y volver a
manipular el ambiente como ellos quieren. Siempre les digo a los padres que el
amor que sienten hacia sus hijos no está en discusión, ni ese es el problema,
pero que la aplicación de las técnicas de modificación de conducta debe ser constante y sin ceder, con total
respeto hacia los niños conforme lo manda los “Derechos Universales del Niño”.
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