martes, 7 de junio de 2011

EL DISPOSITIVO COGNITIVO EN LA DISCRIMINACION

País de mestizos, país discriminador

Técnicamente hablando, los seres humanos recibimos los estímulos exteriores por medio de la percepción, que es el sistema primario y básico que nos conecta con la realidad, la función principal de la percepción es seleccionar y organizar los estímulos que nos llegan de forma desordenada del ambiente. Siendo una coraza  seleccionadora por naturaleza, su función operativa puede ser sin embargo, aprendida, en este sentido puede ser subjetiva y nos puede engañar. Permanentemente la persona vive discriminando estímulos, cuando salimos  a la calle, nos topamos con un sinfín de variables que nos llegan y no podríamos aunque quisiéramos, tomar en cuenta a todos, es necesario entonces tener filtros que nos hagan escoger aquellos que nos agraden, o sean de nuestro interés, esto se basa en la historia de aprendizaje que tenga la persona,  para eso la percepción se vale de la atención,  proceso organizado que ayuda a seleccionar lo que se percibe.

Ahora bien, desde el punto de vista social y psicológico en la acción perceptiva entra necesariamente otro ser humano, “el Otro”, en la atención seleccionadora también. Técnicamente la discriminación es una clasificación que se hace para separar persona u objetos en grupos, según la taxonomía que se siga. Esto es normal y hasta conveniente en la acción de la búsqueda y rechazo de estímulos, el problema para nuestra convivencia es que en esta clasificación social de las personas,  participa ideas y creencias que son erróneas y que se dan por ciertas en la mayoría de los casos, sin una verificación previa.

El Otro, como entidad clasificada fuera de nosotros ha sido ya objeto de análisis, tanto por el psicoanálisis, como por el existencialismo, Sartre decía al respecto “Ese prójimo cuya relación conmigo no podemos captar y que jamás es dado, nosotros lo constituimos poco a poco como objeto concreto, no sirve para formar mi experiencia, sino mi experiencia lo forma como prójimo, es decir como sistema de representaciones fuera del alcance, como un objeto concreto y cognoscible. Pues en efecto, el prójimo no es solamente aquel que veo, sino aquel que me ve”. Así de esta forma nuestras experiencias nos ayudan a formar la imagen del Otro. Se podrá decir que Sartre estaba en contradicción, pero no es así, ya que el existencialismo nos dice por principio que nunca vamos a poder estar en el sentir de otra persona, y esto es correcto, de ahí su imposibilidad de captarlo en su entera dimensión, por eso, lo que queda para el otro es su construcción hecha por mi experiencia, que lo forma, de esta manera, a mi entender, el pensamiento sartreriano estaba impregnado de una solitaria existencia primaria y básica, a pesar de toda su abstracción interesante de la nada y del ser, me refiero a que la idea del prójimo en Sartre estaba formada por una creencia irracional de pesimismo en cuanto relación conflictiva con el prójimo, y en esta medida, si las relaciones son problemáticas, y lo son para él, -puede que haya tenido razón no lo niego- mis conceptos del prójimo serán parte de esa relación, es una experiencia a priori al mismo estilo kantiano de la idea del conocimiento del fenómeno.

Y la práctica de la discriminación en todas sus formas  en muchos casos parte de estas experiencias apriori. El termino apriori quiere decir antes de, ¿Antes de que? De lo que sería el  segundo proceso de conocimiento, que es la verificación del hecho, aunque en muchos casos no se necesita esta verificación, más precisamente cuando se trata de axiomas, es necesario hacerlo cuando en nuestro proceso de selección de estímulos interviene el factor humano, ya sea en forma individual o en grupos sociales, si no se hace esto, queda perfecto el terreno para que se desarrolle una discriminación social sin base racional.

Una vez implantada esta discriminación a priori sin base racional se puede realizar de varias formas, lo hacemos  por estatus social, capacidad económica, el aspecto intelectual, preferencias sexuales,  por ideas religiosas, y por la raza, que es a mi opinión la más cruel de todas y la más humillante, y creo esto porque las personas pueden llegar a superar vayas sociales y económicas, pero es imposible llegar a “superen” su raza.

A diario vemos que miembros de las clases sociales llamadas “emergentes” logran escalar posiciones sociales y económicas, y esto ocurre porque conceptualmente, el aspecto económico y el estatus social van de la mano, uno mejora el otro, generalmente lo económico jala al estatus social- aunque no se perciba un avance intelectual-, ¿ Pero qué ocurre con el raza? Siempre va quedar ahí, es un mapa genético del que no se va poder salir nunca, así; por más que una persona avance en otros aspectos, como el económico, lo social, incluso el intelectual, el aspecto de la apariencia física y el color de piel no se puede cambiar, es una marca de fábrica sin opción de devolución o cambio que da la apariencia ante el Otro, que  encasilla en una clasificación que de forma costumbrista se hace del prójimo, y ante el cual, biológicamente no hay nada que hacer.  Esta discriminación racial encierra en la representación mental del Otro, una experiencia básicamente emocional - apriori-, donde existe errores de pensamiento como la generalización que es una conclusión inductiva, con una conclusión del tipo “así como ese, todos son iguales”.

La psicología cognitiva y conductual, ve en el racismo una actitud aprendida, Veamos que nos dice otros enfoques sobre el tema.  El psicoanalista Jorge Bruce (2007) observa que la práctica psicoanalista ha dejado de lado el análisis del racismo por mucho tiempo,cita a  Castoriadis (2003)  y concuerda con una de las cuatro variantes que el psicoanálisis tiene para explicar su relación con el Otro según este autor: “La cuarta explicación –de lejos la más común-   se refiere a los mecanismos de escisión, represión y proyección. Esta última es la que nos concierne en relación de la teoría de Castoriadis sobre el racismo. Consiste en recurrir a los mecanismos de proyección e introyección como operadores esenciales en el mundo interno. Para el psicoanálisis, la proyección y la introyección son dos mecanismos de defensa que tiene el Yo para salvarse de lo inconsciente y sus pulsiones de vida o muerte, la proyección es aquel proceso en donde el Yo deposita en la otra persona, sus propios errores y también sus cualidades – generalmente se transfiere los errores -  y la introyección es lo contrario, es una identificación de afuera hacia adentro que me puede construir o destruir – generalmente construye – así,  Se introyecta lo positivo y se proyecta lo negativo, para lo cual se buscan depositarios adecuados en el entorno, los que facilitan el proceso de expulsión de todo aquello que es internamente clasificado como inadmisible”.

En nuestra opinión desde el enfoque cognitivo, las personas racistas han desarrollado esquemas de  pensamientos de tipo  polarizado y  dicotómico, la realidad es una especie de película en blanco y negro, no hay grises, en esta actitud aprendida clasificamos y discriminamos sin tomar en cuenta el aspecto racional.

Siendo la discriminación una elección de estímulos, repito técnicamente hablando, es natural que esto ocurra, entonces metemos en un mismo saco a los que tengan ciertas características sociales, económicas y raciales y nos movemos socialmente en esta clasificación. El problema del racismo viene cuando hemos aprendido a tratar mal a los que están en la otra clasificación.

El asunto no es que yo sea diferente o clasifique, el asunto ocurre porque desde esa diferencia, se hace una valorización ya sea social o particular y se dice “yo soy mejor y tu eres peor”. Y eso no pasa por el asunto del proceso técnico de la  discriminación, pasa por un asunto social y emocional, me explico; la discriminación cognitiva y el racismo tiene una denotación diferente que no hay que confundir, y hasta diríamos que son conceptos contrapuestos, mientras que en la discriminación existe una clasificación separadora de los estímulos que me interesan y que no, sean estos aprendidos o modificados -para el tema no interesan- el concepto primigenio no es descalificadoramente aberrante. La diferencia es que en el racismo se da una generalización de las cualidades personales de toda una población, a una sola persona  e implica una actitud de desprecio, de inferioridad, incluso puede pasar que sea negadora de derechos básicos, si buscamos la base de esta actitud descalificadora la encontraremos sin lugar a dudas en aspectos emocionales, no en los aspectos cognitivos.
Pongamos un ejemplo de esta especie de pensamiento generalizado: Una persona va por la calle y de repente un ladrón le arrebata el reloj, la persona agraviada tiende a fijar y clasificar al ladrón primeramente por su aspecto físico, la policía le preguntara ¿Cómo era la persona que le robo? La persona agraviada le dirá si era alto, bajo, blanco o mestizo, cholo, negro o chino, iba con tal  o cual vestimenta, después de esta clasificación objetiva y visual que hemos hecho del ladrón, lo haremos del lugar en donde nos robaron, era una calle de clase alta, era un barrio marginal, un asentamiento humano, un distrito especifico, pero eso no queda ahí, la persona a quien le han robado tendera a tomar en cuenta esta experiencia emocional y clasificarla en la emoción de miedo, temor o  desconfianza que corresponda.
La emoción en este contexto juega un rol importante, por que  ayudara a representar el momento del robo, esta representación se guardara en la memoria operativa o de corto plazo, que es con la que nos manejamos habitualmente, pero también se alojara en la memoria a largo plazo, y se activara cuando esta representación perciba los lugares parecidos y las personas parecidas a las circunstancias en que ocurrió nuestro robo,  perpetuando así la emoción de temor, hacia esos lugares y hacia esas características físicas de la persona, este proceso ocurre, ya sea en el ejemplo que dimos, o en cualquier otra circunstancias tanto agradable o desagradable para nosotros, lo único que cambia son las variables de la circunstancias y el análisis de eso es cognitivo. Siempre en este contexto discriminaremos los lugares en donde podamos ir en el futuro y las personas que se nos acercan. Hasta este momento, se da el evento discriminatorio- per se- con un plus adicional que es la emoción.  Diremos del ladrón, que  fue de raza mestiza, blanco o negro, y si no tenemos esa discriminación cognitiva en donde podemos diferenciar persona a persona, la emoción nos dominara y  tenderemos a generalizar y clasificarla en un grupo determinado, no importará- incluso se negará nuestros motivos- las cualidades particulares de aquella persona que discriminamos y la incluiremos en nuestra idea general de que todos son iguales. Sin embargo la característica del procesamiento de la información y de la forma que se representa los esquemas, es que pueden ser aprendidos, incluso modificados, ya en mi anterior libro “Cognición y conducta” explico que el mecanismo de la emoción compone muchos órganos neurológicos, inclusive más que los procesos cognitivo, sin embargo y aquí la relación importante, innumerables investigaciones confirman que la corteza  media  –que es donde se produce el razonamiento- puede extinguir,  regular e interpretar lo que siente, aunque el envió de señales que regulen e interpreten el estimulo desde la corteza al núcleo amigdalino sea más lenta que las señales que van a la inversa. En esto es esencial el lenguaje porque nos permite codificar  la experiencia, sin esta estructura funcional no reconoceríamos tal o cual experiencia.
Parte de la solución será la educación de la persona, que incluya formación dirigida al sistema cognitivo con ejercitación continua,  para que nuestra racionalidad sea capaz de interpretar las emociones de manera, que no nos lleve a la acción o a la  interpretación errónea, y esto se logra solo con practica,  en el caso que nos ocupa, nos puede ayudar a comprender y hacer conscientes de nuestra conducta racista y corregirla.
Las terapias cognitivas están dirigidas  a influir sobre todo en el funcionamiento de la corteza, que es donde  tiene lugar los pensamientos, y para esto hace uso de una serie de estrategias comprobadas en las investigaciones que harán manejable la situación emocional, proporcionando a las personas  adecuadas manera de procesar y hacer conscientes la emoción.
 Formas análogas a esto hay ejemplos claros en el Perú como a continuación veremos con respecto a los esquemas que se manejan de grupos étnicos.

Específicamente el racismo  como práctica social peruana es muy antigua, y se dio desde ambos bandos, empieza en la conquista española, veamos lo que dice Wright (1992) “En otras partes de la América española las culturas no se mezclaron fácilmente. Los europeos de Perú y Guatemala permanecieron apartados y despectivos ante todo lo que fuera indígena; y los indios, teniendo poco que admirar de las costumbres extranjeras, enfatizaron la separación entre ellos y los invasores. En estas regiones, los mestizos- los híbridos surgidos entre ambos- tendieron a imitar al blanco y a rechazar su parte indígena” y a continuación añade: “¿Pero por que México fue la excepción? por qué se dio ahí entre otras cosas que su capital siguió siendo la misma, obligando a ambas sociedades de entrar en estrecho contacto con el núcleo de la población. Nueva España era la perla de la Corona del imperio español, las mentes más preclaras y los mejores administradores vinieron a Tenochtitlán. Pero también porque Castilla y México pudieron reconocerse en sus respectivas instituciones”

Así tenemos que mientras en el Perú se dio una mezcla de razas en cierta medida limitadas, no hubo una mezcla de culturas como sí ocurrió en México. Podemos detectar un evento de reconocimiento diferenciado en una y otra cultura, que llevo a los mestizos peruanos e hijos de los nativos a creerse herederos de la cultura europea, más que herederos de la cultura autóctona, desde ahí, esta especie de diferenciación en la percepción de sociedades ha sido heredada socialmente hasta nuestros días, hecho que no escapó inclusive al tan admirado segundo libertador del Perú, Simón Bolívar, al respecto, Morote (2007) cita al Libertador que dice en una carta dirigida al general Santander con relación a las tropas peruanas:”Yo creo que he dicho a Ud. Antes de ahora, que los quiteños son los peores colombianos. El hecho es que siempre lo he pensado. Los venezolanos son unos santos en comparación con estos malvados. Los quiteños y los peruanos son la misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el mismo carácter de los indios, y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio moral que los guie”. ¿Tal vez sus continuos viajes a España influyeron en Bolívar para que sea portador de estos esquemas generalizados?. Si avanzamos unas décadas más, veremos que los intelectuales peruanos de mediados del siglo XX no se quedaron atrás, tenemos por ejemplo a Alejandro Deustua, comentado por Saúl Rengifo Vela en el libro “La Intelectualidad Peruana en el siglo XX. “ Ante la condición humana” que a la letra dice: “Deustua divide a la población nacional siguiendo un criterio cultural en cuatro grupos: habitante de punas y caseríos, poblaciones de la sierra que están en constante comunicación con las capitales de departamento, población de estas capitales y población de Lima. Respecto al primer grupo- el de los indios- puede decirse que carece de toda cultura, que no solo no la tiene, sino que le falta la primera condición para poseerla, el interés de saber. Sin noción de vinculo de nacionalidad, sin experimentar ninguna emoción que le haga sentir que esta es su patria, que este suelo le pertenece ¿Qué influencia podrá tener sobre esos seres que solo poseen la forma humana, las escuelas primarias más elementales? ¿Para qué aprenderán a leer, escribir y contar los que no son personas todavía, los que no saben vivir como personas, los que no han llegado a establecer una diferencia profunda con los animales, ni tener ese sentimiento de dignidad humana principio de toda cultura?” Seguidamente si bien Rengifo se sorprende de las palabras del filosofó peruano, le reconoce el merito de la valentía de ver las cosas en blanco y negro.

Sobre la psicología del indio, escribe Enrique López Albujar en la revista “Amauta” Nro. 4, Diciembre del 1926,”El indio es una esfinge de dos caras: con la una mira al pasado y con la otra, el presente, sin cuidarse del porvenir. La primera le sirve para tratar con los suyos, la segunda para tratar con los extraños. Ante los primeros se muestra como es, ante los segundos como querría ser. Esta dualidad es la que norma su vida, lo que lo exhibe bajo esta doble personalidad, que unas veces desorienta e induce al error y otras, hace renunciar a la observación por creerle impenetrable. Así debe ser apreciado este ideario, algunos cuyos juicios podrían parecer falsos o contradictorios”.

Dos visiones de dos intelectuales peruanos de la primera mitad del siglo XX. López Arbujar reconoce en su observación que la idea de los pobladores de la sierra, puede ser contradictoria y errónea. Estas citas confirman que los esquemas relacionados al desprecio del otro han estado permanentemente en el pensamiento dualista, dicotómico y a la vez generalizado del peruano común.

Así vemos, que en el ideario de los intelectuales peruanos del siglo XX, ya existía un esquema de pensamiento dirigido a  clasificar a los “indios”, en una suerte de determinismo sin salida. Teniendo en cuenta que  Deustua era un positivista amante de la estética, no parece extraño esta creencia – ambos - Deustua y López Albujar - demuestran un esquema cognitivo formado en algunos casos en forma a priori - las que reconoce López Albujar que origina una forma generalizada del pensamiento. Aquí juega punto importante  la noción de Extensión de Lundh (1988), los psicólogos conductistas dirían que se habría producido una “Generalización de Estímulos”(Skinner 1935), para  Bruner (1957) sería una “Categorización y clasificación”, finalmente para los psicoanalistas seria la “Proyección”, como ya se ha citado

Veamos ahora como se da esta operatividad diaria de la discriminación desde el punto de vista de las relaciones interpersonales. En el Perú actual existe la idea de  que “cuanto tienes, tanto vales”. En un estudio realizado por la psicóloga Cecilia Salgado Lévano (1999) auspiciada por la Universidad San Martín de Porres, titulada “Como somos los peruanos”  llevada a cabo con estudiantes universitarios de las ciudades de Arequipa y Huánuco, concluyó, que para ser “bien visto”  se debe tener una profesión y un cierto nivel socioeconómico, que la región serrana y el grupo étnico indio son los que ocupan los lugares más bajos en la cultura nacional y que se prefiere a los blancos y mestizos y no a los indios, negros y cholos, aunque – caso curioso - no reniegan de haber nacido en el Perú.

“Bien visto” nos podría remitir a la “Mirada sartreriano del Otro”, sin embargo en el  Perú siendo un país en vías de desarrollo, aún mantiene índices de pobreza muy altos. Esto obliga a las familias a transmitir a sus miembros la idea de que para tener valorización social se tiene que tener cosas materiales, caso contrario “eres nadie”. Las cosas materiales como definición de “alguien “nos remite a dejar de lado lo racional y el valor personal, Esto obliga a tener que discriminar primero, ¿Quien es la persona con quien me relaciono? ¿Con quien se juntan nuestros hijos? .

Si la clase social en que se maneja el peruano promedio es alta mediana o baja, necesariamente tiene que escoger una pareja o un amigo de esa clase social en que se mueve, polarizando su selectividad atencional entre uno y otro, “O eres o no eres”, sin ni siquiera dejar a la posibilidad de “poder ser más adelante” hablando específicamente de la raza, no podrá cambiar por más que quiera Ellis (1967) estipula como una creencia irracional el hecho de que se debe ser indefectiblemente competente y casi perfecto en su ser y en  lo que se haga, llevado esto al escenario social, se cree que un índice de competitividad seria la posición social, el ser reconocido, admirado, valorado por lo que se tenga y si es “blanco” es mejor.


Si como demuestra el estudio de Salgado, consideramos a los grupos étnicos, indios, negros y cholos como los componentes de clases sociales bajas, en buena cuenta haremos una interpretación  de que los cholos, indios y negros no tienen éxito social, en todo caso son gente de “mal vivir”. ¿Pero es esto cierto? no dejamos acaso de lado el hecho de que los distritos de los llamados conos,  han tenido un crecimiento económico, tanto que se han abierto grandes locales comerciales en distritos como los Olivos o San Juan de Miraflores?

Para afianzar esta clase de proceso cognitivo, las personas racistas, se valen también en las noticias donde salen a diario problemas judiciales, crímenes, robos, extorsiones y conductas de dudosa honorabilidad que publican periódicos y televisión, en donde los protagonistas son folcloristas, personas que visualmente se pueden clasificar como “cholas” o “mestizas” y pobladores de Asentamientos Humanos. Esto ayuda a distorsionar la percepción, y ayudar a formar esquemas que establecen como verdad algo como: “¿Ya ves todo son así?”.

Para finalizar podemos indicar que los esquemas cognitivos que se manejan en el racismo son:

-   Categorización-Clasificación: En donde se separa a las personas en grupos de acuerdo a situaciones sociales y físicas.
-   Prejuicios: Esquema cognitivo que se realiza mediante un supuesto razonamiento que no está basado en la experiencia directa, e influenciado por aspectos emocionales y de estereotipos.
-   Estereotipos: Creencia sobre las características que tienen en común los miembros de una categoría social y racial.



Estos esquemas en su aparición, son automáticos, clasificados y ordenados en la memoria operativa, y se reinterpretan constantemente de forma afirmativa, y están ligados a la acción directa de menosprecio, prohibiciones, y asignación de valores estéticos sociales, en buena cuenta lo que se llama conducta racista.

Al final no se trata de que me agrade tal o cual raza o cierto tipo de gente a la fuerza, el asunto pasa por el respeto a los derechos de igualdad, y a garantizar de que aunque seamos diferentes, tenemos los mismos derechos y hay que respetarlo;  una de las soluciones le compete al Estado, este, mal que bien  hace esfuerzos para erradicar el racismo, el Instituto de Defensa del Consumidor (INDECOPI) ha multado muchas veces a lugares que impiden el ingreso a personas que no reúnen ciertos requisitos físicos, eso es ya un avance en el asunto de contrarrestar el racismo. Pero aún falta mucho más en educación principalmente, ya que pretender ver al otro diferente como igual por medio de una Ley,  es en mi opinión un asunto difícil de lograr. Esta práctica debe comenzarse desde la escuela, es ahí donde se educa los esquemas cognitivos, y desde luego en la familia. Las investigaciones nos demuestran que la  práctica cotidiana en las escuelas, mediante dinámicas o juegos de cooperación, entre los niños y niñas, mejora la conducta agresiva entre pares, y lo hacen más cooperativos y empáticos, disminuyendo la actitud social negativa, y desarrolla el reconocimiento del valor del Otro y del orden social.

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