lunes, 28 de marzo de 2011

DEPRESION INFANTIL

La depresión es una baja en la frecuencia y densidad de la conducta, normalmente  del niño esperamos que presente conducta espontanea, sea alegre, sociable, afectuoso, que exprese sus emociones, descartando las diferencias individuales en el desarrollo evolutivo de cada uno, en el niño con síndrome depresivo vemos lo siguientes síntomas:
Síntoma conductuales:   
Escasa actividad motora durante la mayor parte del día, Agitación o retraso psicomotor, fatiga o perdida de energía, perdida de interés en las actividades que le gusta, como jugar, y socializar con otros niños, conducta agresiva y  desordenes del sueño
Síntomas emocionales:   
Ansiedad miedos extremos, sentimientos de indefensión y desvalimiento, irritabilidad, enojos, aburrimientos constantes, sentimientos de desvalorización y culpa excesiva. Por lo general se ve su estado de ánimo “decaído”.
Síntomas cognitivos:
Retraso en el rendimiento escolar, problemas para concentrarse y tomar alguna decisión- de los que toman a su edad -  olvidos frecuentes, problemas de atención y percepción de no ser queridos o valorados
Los síntomas deben provocarles malestar significativo o deterioro en el ámbito familiar, social y escolar, y no deben ser como consecuencia de enfermedades físicas o neurológicas, ni por sucesos traumáticos, al menos que duren más de dos meses.
La psicopatología ha ayudado mucho en el conocimiento de la depresión infantil, principalmente en el isomorfismo de los síntomas, es decir, si los síntomas corresponden a una depresión infantil, y no es concomitante a otra entidad psiquiátrica como la distimia por ejemplo. Hoy en día hay acuerdo que los síntomas de la depresión infantil es igual a los síntomas de la depresión en el adulto, diferenciándose solo en la forma de expresión, un ejemplo  es que el retardo psicomotor no se presenta igual que en el adulto, otra seria que los niños pequeños sienten tristeza ante la perdida, mientras que los niños mas grandes  presentan negación, egocentrismo y miedos, las ideas suicidas no siempre aparecen en niños deprimidos, aunque hay que anotar que los niños suicidas han presentado síndrome depresivo o lo han sufrido semanas o meses antes de acabar con su vidas.
La aparición de los síntomas en el niño deprimido es menos intensa y más insidiosa que en el adulto, y esto debido a que mientras el adulto puede expresar y hacer frente a sus problemas, debido a diversos mecanismos de afrontamiento, el niño por lo general no puede hacerlo o no se lo permiten por  limitaciones impuestas desde la familia o la escuela.
Causas de la depresión infantil
Cualquier suceso estresante ya sea aislado o continuo con que se encuentre el niño, puede desestabilizar su conducta, favoreciendo la emergencia de pensamientos y emociones que pueden condicionar al pequeño a una depresión, la familia y la escuela son lugares en donde se desarrolla  la vida habitual del niño, y por lo general es ahí donde encuentra esos sucesos estresantes.
 Desde el enfoque cognitivo conductual, las relaciones negativas que se dan en la familia y la escuela lo vincularan a situaciones insatisfactorias que establecerán conducta depresiva del niño. Familias desintegradas o inestables serán factores causales de relaciones conflictivas condicionadas,  el carácter autoritario o  permisivo de los padres lo condicionaran a castigos  y  a  escases de reforzadores positivos.
El fracaso escolar puede ser causa y efecto de la depresión, la reiteración de experiencias de fracaso puede generar en el niño estilos cognitivos y de atribuciones que fácilmente establecerán un condicionamiento a fracasos futuros, que le darán también establecimiento a su depresión. La ansiedad que esto le produce le dará una sensación de desvalimiento e indefensión que ocasionara que inhiba su conducta aun más. Si los padres discuten por sus fracasos escolares sentirá culpa, bajara su autoestima y  sentirá desconfianza en su valía personal, apareciendo irritabilidad, vergüenza, e inutilidad.
Vemos entonces que en el niño depresivo existe:
-      Déficit de reforzamiento positivo. Esto significa que su conducta positiva no ha sido premiada o reforzada.
-      Excesivo reforzamiento positivo al síntoma, es decir darle explicaciones y consentimientos a la queja somática o emocional, haciendo que el síntoma se afiance más.
-      Excesivo reforzamiento negativo, Esto puede observarse cuando el niño cumple las indicaciones o tareas solo para evitar el castigo.
-      Exceso de reglas en la casa o en la escuela, que le impedirán expresarse y de conducirse adecuadamente en situaciones donde requieran iniciativa e independencia.
-      Evitación experiencial, es decir no expresan sus emociones , no las comparten ni piden ayuda, ejemplo “los niños no lloran“
-      Cognitivamente sus fracasos le darán una auto calificación negativa,  y le darán una visión catastrófica de fracaso en el futuro generalizando las situaciones en donde se exponga.
-      Escasa habilidad para la  solución de problemas.
-      Estilos de afrontamiento inadecuados.

¿Que hacer?
-      La terapia conductual – cognitiva es efectiva para reducir los síntomas en la depresión infantil, al estar el niño condicionado al síntoma, lo primero que hay que hacer es intervenir desacondicionándolo mediante la extinción del reforzamiento positivo al síntoma, es decir quitarle la atención al síntoma.
-      Realizar un programa de reforzamiento positivo a las conductas incompatibles al síntoma depresivo, esto es premiarlo o darle atención a conductas que demuestren todo lo contrario a los síntomas depresivos.
-      Bajar las expectativas en el niño en relación a los éxitos escolares o personales.
-      El juego en el niño es eminentemente terapéutico, en la misma expresa su  emoción, gasta energía, se relaja y aprende de manera lúdica.
-      Aplicación de programas de actividades, para contrarrestar el retraso psicomotor.
-      Ejecutar programas de habilidades sociales, de afrontamiento y solución de problemas mediante el modelado cognitivo para enseñarles a procesar de manera adecuada la información, haciéndoles ver sus logros personales y auto motivarse mediante verbalizaciones y auto instrucciones
-      Las técnicas a utilizar son los cuentos, los juegos, la conducta modelada.



lunes, 14 de marzo de 2011

REFLEXIONES SOBRE EL AMOR

Soy consciente que me estoy metiendo en terreno movedizo, tema subjetivo pero a la vez interesante, ya que el sentimiento amoroso es muy amplio, he decidido centrar mis reflexiones en el amor de pareja, ¿y por qué? Porque el amor de los padres al ser incondicional solo lleva al goce, por que el amor de los hijos aunque condicional, sino se da,  solo queda la comprensión y el perdón parental, y el amor en general da para escribir un libro, en cambio el amor de pareja es el que nos da más sufrimiento y nos hace ver frágiles y sensibles, aunque muchas veces escondamos esas debilidades en conductas violentas.
El amor, ese sentimiento inmenso y extraño que nos corroe las entrañas y nos hace etéreos pero a la vez básicos y proyectivos, que nos quita de nuestro ser para entregarnos sin querer, queriendo y no, sin pedir nada a cambio, o pedirlo todo, dejarlo todo para abarcarlo todo, sin hacer caso de nada ni nadie, que nos hace volar y aterrizar con dolor, como un avión sin tren de aterrizaje, ese, ese amor, nos mata y da vida, nos traga y vomita, nos da y nos quita, da miedo y da risa, es el sentimiento humano sin definición constructo social de nuestros días, soledad vacua de melancolía; ese amor, no era tal en los comienzos de su historia, para los griegos, el amor era solo una expresión de goce físico, sin elaboraciones románticas, menos importantes que el valor de un hoplita espartano, aunque Sócrates dividía amor del alma y amor físico, descalificando al segundo, no podemos generalizar los conceptos socráticos al griego promedio, al respecto Foucault  pensaba que la filosofía importaba poco al griego común de la calle, que estaba más preocupado en que no le descubrieran a su pupilo privado. Platón colaboro con nuestra confusión con eso del “amor platónico” ese que nunca se alcanza y que es el ideal. Mientras Aristóteles fue más racional y por eso mismo- sabia decisión- no trato el tema del amor. Ya en la Edad Antigua el amor tomista y agustiniano dirigió el objeto amante al espíritu para llegar a la gracia divina. Ya con la llegada de la baja Edad Media en Francia nace el amor cortés, exaltando eróticamente y sublimando la figura de la damisela, desarrollando el amor del caballero de una manera poética y romántica, que con  muchas coincidencias persiste en nuestros días.
Todos creemos saber algo del amor, los que son mas, aquellos que no han sido amados creen saberlo todo,  y aquellos que han sido amados, que son los menos, no saben o no se atreven a decirlo,  nos confundimos mucho cuando queremos explicar que es el amor, lo unimos con el deseo y con la alegría, en una relación causal determinista, algunos hasta dicen que del amor al odio hay un paso, pero la expresión amorosa no siempre es así y se nos muestra heterea y cambiante sin definición, cuando uno ama se desea a la persona amada es cierto,  pero cuando se desea algo no se le ama necesariamente. El amor no siempre es alegre, muy a menudo es triste, más aun cuando no es correspondido, o cuando es correspondido como uno no quiere. Ahora bien : como uno es, así se ama, con esto quiero decir que, el amor es algo que pinta de cuerpo entero a la persona, Ortega y Gasset decía que “… en  la elección de pareja mostramos al mundo toda nuestra intimidad” estoy de acuerdo, es algo que no se puede esconder, tarde o temprano soy expuesto por mi pareja a los ojos del otro, y esto,  porque  la palabra amor conlleva todo mi ser,  el cómo soy realmente  y por relación, no puedo deshacerme de mi proyección en aquella persona amada. No es que la persona se quiere entregar, sino que se entrega sin querer. Por ese motivo damos la impresión de que somos inconscientes  y desordenados en dar amor y esa demostración es a veces curiosa, vemos gente inteligente que se empareja con gente imbécil, pero haciendo un análisis, ni uno era tan inteligente ni el otro tan imbécil, porque todos tienen una razón, y es una razón válida, fenomenológicamente tan  válido como  lo que pensamos y sentimos, aunque no estemos seguros de la veracidad de nuestro pensamiento ni del porque sentimos asi.
En mi enfoque personal, el sentimiento del amor, es un sentimiento muy escaso en el humano, la gran mayoría no es capaz de sentirlo siquiera, sentimos lo que creemos que es amor; la pasión, esa expresión perversa del deseo enferma al amor y lo descalifica como tal, el suicidio o asesinato “por amor” no es tal, solo es suicidio y asesinato, expresión perversa de la  tristeza, del aburrimiento y de la violencia, ni Goethe con su Werther pudo hacer del suicidio un sentimiento medianamente aceptable, solo tristísima como la soledad del personaje.
Dije que la mayoría no siente ni es capaz de dar amor por que para sentirlo tenemos que tener ciertas  características que generalmente no se tiene, y no porque no se quiere tener, sino porque no estamos programado para tenerlo. Una característica para amar es tener un sentido extra a la norma, una intuición de saber que tenemos a la persona indicada frente a nosotros,  eso es muy difícil de tener sin entrenamiento previo por decirlo de una forma, sin no venimos con esa facultad, podemos formarla con mucha dedicación, y sin querer intelectualizar al amor, es más probable que la desarrollen personas amantes de lo bello, de las artes, con estudios, pero mientras tanto podemos tener a la persona indicada frente a nuestras narices y no darnos cuenta, podemos tener la persona más excelsa y especial del mundo junto a nosotros y no saberlo, solo el “enamorado” cree saberlo, pero muy a menudo se confunde porque esta distraído, por que el amor distrae, nos saca de la visión general de los errores, para particularizar los aciertos del amado.
En un artículo anterior al tratar del tema de la discriminación, me refería a la percepción como la capacidad ontogénica de discriminar, pero en el caso del amor no basta esa percepción, se trata de algo más elaborado, más fino, aunque debo confesar que  no estoy de acuerdo con el mecanicismo reduccionista de las teorías materialistas, ni con las elaboraciones teóricas de la metafísica, el caso del amor vendría a ser como la combinación de la percepción la atención y la concentración, pero hecha en dimensiones sensoriales infinitas y sumamente humanas, donde las demostraciones de amor quedan relegados a gestos, miradas y sonrisas, pequeños detalles que demuestren la grandeza de ese ser.
Los psicólogos conductistas prefieren hablar de conducta amorosa más que de amor, es decir, definir el amor en términos y definiciones que permitan objetivar el sentimiento subjetivo en conductas observables, de manera que se pueda cuantificar, medir, y en lo posible someterla a control de variables, pero esto se hace dentro de un programa que implica intervención psicológica para ayudar al amante que sufre, solo así está permitido. De manera general es un error pedir demostraciones objetivas  de amor al amante, por que el amor siendo subjetivo no hay demostración objetiva que lo pruebe. Erick Fromm nos decía en su libro “El difícil arte de amar”  que el amar es una demostración diaria basada en una decisión propia, que día a día la persona debe  levantarse y decidir seguir amando a su pareja, a serle fiel y a respetarla, es una decisión con compromiso, un compromiso que pide a su vez demostración, pero esa demostración es implícita, derivada de la decisión tomada.
El que pide demostración de amor muy a menudo mata al amor, el amante nunca ama al amado en libertad, no solo quiere tener bajo su propiedad y a buen recaudo su cuerpo –con lo cual ya bastaría para que el celoso viva tranquilo- sino que el amante pide más, pide tomar control de su mente, someterlo, apropiarse de  sus pensamientos y aniquilarlo en su voluntad, mientras que el amado este bajo la distracción, puede dar resultado, pero cuando sale de ese letargo que lo hace estúpido, se rompe el amor y muere. Y cuando una persona deja de amar a alguien, puede volver a amar a otra persona sin ningún problema, ahí radica la salud mental adecuada, volver amar, volver a permitir que me amen, volver a entregarse y volver a equivocarse, que no sería  un error sino una oportunidad para volver a  vivir.
En fin, este sentimiento es tan divino y  humano que por eso quizás se mueva en ese maniqueísmo de amor y odio, por eso quizás somos capaces de hacer el más excelso sacrificio, y también la más despreciable de las conductas. 
A veces pienso que nuestra especie no está programada para sentir el amor de pareja, y que debemos de esperar el próximo golpe de evolución que nos dará el dispositivo amoroso necesario para sentir el amor a plenitud, o tal vez haga más amplio y rápido la capacidad de olvidar, requisito necesario también para volverse a enamorar.

jueves, 10 de marzo de 2011

LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

El termino original de personalidad viene del griego “persona” que significa mascara, esta mascara era usada por los autores en el teatro griego para representar los diferentes personajes de una obra,  y esta costumbre existe hasta la actualidad, la máscara son rostros hechos de materiales diversos usada para todo tipo de expresión cultural como bailes, teatro, cine etc., y lo que básicamente hace es,  esconder al ser humano que la lleva,  y ayuda a que este ser humano represente otra manera de ser. Este concepto primigenio se hizo psicológico (como otras palabras y conceptos griegos) para nombrar la forma de relacionarse, ver, sentir y pensar de  una persona en relación con la realidad, en este sentido la persona puede tener una forma de ser para los demás y otra forma de ser en la vida privada, lo ideal sería combinar de manera armoniosa las dos, valga esta corta definición original de la palabra como introducción. Psicológicamente personalidad es un concepto que incluye eventos cognitivos, sensoriales-emocionales y  conductuales, es un patrón estable de comportamiento que tiene sus inicios en las experiencias tempranas conlleva influencias parentales y sociales que han llevado a la persona a un estilo de expresión de su pensamiento, emoción y conducta en relación con los demás y con el ambiente. En este sentido el trastorno de personalidad es cuando estas experiencias tempranas vividas han ido formando un estilo  singular y  problemático de expresar el pensamiento afecto y conducta en su relación con el ambiente. Estas personas son vistas como extrañas y raras, con formas de comportarse que pueden ser chocantes y desagradables, pero de ninguna manera debemos de verlas como personalidades perversas o malignas, son en realidad seres humanos que tienen  en sus relaciones con el mundo problemas interpersonales, dificultades para sentir placer, disfunciones cognitivas y emotivas, y dificultades para adecuarse a las normas sociales. Claro que tampoco hay que dejar de tener cuidado con algunas de ellas, como con los antisociales o sádicos, pero desde nuestro enfoque, los psicólogos debemos de preguntarnos muy menudo quien es ese ser humano que lleva el problema psicológico, como expresa su sentir, su pensamiento y su conducta y no estigmatizarlo de manera negativa.
Muchas de las personas que presentan un trastorno de personalidad son  inteligentes y no son perversas en el término lato, por ejemplo la personas con personalidad histriónica o depresiva, las cuales debido a su afección se ven imposibilitadas de manifestar su bondad como puede hacerlo aquella persona sin el trastorno, pues un histriónico puede perder a un amigo por un error y sufrir por eso hasta sentirse culpable y le puede durar la pena mucho tiempo y hasta pedirle perdón, a diferencia de un psicópata que no le importaría perder a un amigo de 20 años, ante lo cual seguiría con su vida como si nada hubiera pasado.
Los trastornos de personalidad si pueden disponer a las personas que la sufren a cometer  algún delito en una oportunidad dada, por ejemplo la personalidad paranoide puede tratar de defenderse a lo que ellos pueden considerar una amenaza contra su seguridad, o los compulsivos por una escaso mecanismo de control de sus impulsos, ahora bien, los delitos cometidos por  personas con trastorno de personalidad no  difieren en mucho de los delitos cometidos por personas llamadas “normales”, en todo caso la capacidad de comprender la realidad está intacta en casi todos ellos, en ese sentido  no son  inimputables a la acción penal.
El caso de la persona con trastorno de personalidad antisocial si es un caso el que se debe tener cuidado, debido al patrón conductual permanente y estable de trasgredir las normas sociales, pero aun con esto, se diferencia de la personalidad psicopática en  que este último no ha internalizado conciencia de respeto a las normas de ningún tipo, mientras los delincuentes o antisociales tienen códigos de conducta entre ellos que muy a menudo lo respetan.
Aparte de los trastornos de personalidad definidos y estables hay variantes de ellos que hacen aun más complicado su comprensión, en este sentido sostengo que la personalidad antisocial es diferente a la personalidad psicopática, debido a que tiene forma de expresión distintas estructuralmente, por ejemplo los antisociales pueden tener una historia de aprendizaje en la primera infancia que los ha marcado ya sea por su ambiente o su entorno inmediato,  en este sentido estarían demostrando un desarrollo psicológico normal  de aprendizaje de trasgresión a las normas - sería raro que no lo haga- mientras que una persona psicopática no necesariamente presenta una historia conflictiva en su desarrollo, pueden ser hijos de padres modelos, pueden aparentar conductas morales intachables, mientras que en otros momentos demuestran una conducta manipuladoras francamente destructivas sin moral ni sentimiento de culpa.
Sé que la clasificación de enfermedades mentales actualmente han juntado ambos trastornos- el psicopático y el antisocial- y le han dado el nombre de personalidad antisocial,  pero en la práctica clínica ambos tienen síntomas y signos que no son necesariamente parecidos.
Muchas personas que pudieran ser diagnosticados con trastornos de personalidad, llevan su vida de forma normal, debido a  que el ambiente en que se mueven, propugnan características específicas para el oficio que desempeñan, por ejemplo en el ámbito militar o policial hay mucho trastorno sádico o psicopático, pero como el perfil de un militar debe ser el de “duro” generalmente pasan desapercibidos, a menos que por motivo de trasgredir alguna norma más general,  sean derivados a consultorio. Igualmente entre los ejecutivos o gerentes de empresas se ven mucho trastorno de personalidad compulsiva o sádica, pero por los mismos motivos antes expuestos pasan desapercibidos, hasta que no tengan problemas graves con el personal bajo su mando. Con esto se debe entender que aunque  una persona pueda presentar un trastorno de personalidad dada,  esto no lo imposibilita de desarrollarse profesionalmente, hasta que las condiciones lo lleven a  consultorio.
En todo caso los trastornos de personalidad pueden ser tratados con psicoterapia, que están orientados a hacer que estas personas, tengan mecanismos de autocontrol, toma de conciencia y desarrollo de la empatía  en su relación con los demás, así, la frecuencia de su conducta desagradable se haga menos impactantes y chocante y mas llevadera para con el otro y para con ellos mismos.


jueves, 3 de marzo de 2011

A PROPOSITO DE LA ENTRADA AL COLEGIO - LOS PROBLEMAS DE APRENDIZAJE

Además de los problemas de gasto económico que tienen  para comprar los útiles a sus hijos, por  comentario de varios padres, lo que también  les preocupa es el rendimiento escolar y el aprendizaje de los hijos, y esto, por referencia del rendimiento que han tenido el año pasado, ya sea por observación del profesor o por informes psicopedagógicos. Ante esto tenemos que comentar que los problemas de aprendizaje se pueden  clasificar en dos grandes grupos, el primero  son los Problemas Generales de Aprendizaje y tiene ese nombre debido a que estos  alumnos presentan  lentitud en el rendimiento escolar, aprenden sí, pero necesitan por lo general que las lecciones sean repetidas de dos a tres, y hasta cuatro veces, son niños de inteligencia normal y sin problemas neuropsicologicos. Además de que esos problemas de aprendizaje no están focalizados en alguna función específica  como por ejemplo, el de descodificar los símbolos gráficos de la escritura (leer), o poner códigos y símbolos lingüísticos (escribir) además de desarrollar la capacidad de cálculo, los problemas estarían presente en todas  las funciones  antes descritas, además de la atención, concentración y perseverancia, pero de manera dosificada y no representa una gravedad mas allá de saber respetar su ritmo de aprendizaje, ser motivado y  desarrollar técnicas de estudios  o estrategias educativas en la escuela, además de la ayuda en casa por parte de los padres o sus cuidadores.
 La otra gran clasificación son los Trastornos Específicos del Aprendizaje, como  su nombre lo indica, la disfunción es mas especifica, es decir se presentan problemas directamente en la capacidad de descodificar   símbolos lingüísticos,  es decir  leer y comprender la lectura, lo que conocemos como dislexia , poner códigos y símbolos lingüísticos es decir  escribir claro y sin errores, y me refiero no a errores ortográficos si no a errores  de forma y significado, lo que conocemos como disgrafía. Generalmente los dos trastornos  van juntos.
Ahora bien el termino trastorno  no suena bien, pero la psicología como cualquier otra ciencia, maneja sus propios términos que no son necesariamente lo que  significa para el sentido común. Esto lo explico a los padres porque es necesario, y el termino trastorno no debería  implicar una estigmatización del niño, y coincido en esto con Theodore Millon (1998)  que nos dice que“ ...Desde un enfoque evolutivo los trastornos son estilos problemático de adaptación humana “ aplicado a los problemas de aprendizaje diremos que son estilos problemáticos de aprendizaje que tienen su base en procesos de enseñanza  y experiencia previa, y que no permiten una adaptación adecuada al proceso de enseñanza.
Estos problemas causan en el niño, además del bajo rendimiento escolar, el desarrollo de una  autoestima  inadecuada demostrado en el temor al fracaso, al ridículo frente a sus pares y desmotivación ante el darse cuenta de que no rinde lo necesario. Incluso  estos índices emotivos pueden interferir aun más de manera negativa en el proceso de la enseñanza- aprendizaje.
Nuestro indicador para diagnosticar un problema de aprendizaje son los ocho años de edad a más, el tratamiento  debe incluir profesores, padres y demás miembros de la familia.  Los profesores deben intervenir en el estilo de enseñanza, los padres y demás miembros de la familia, deben aportar a sus hijos  la seguridad emocional que necesitan para aprender, además de ayudarlos en casa en el desarrollo de las tareas, usar reforzadores positivos antes que punitivos para que aprendan, y desarrollar en el niño el darse cuenta-ellos son capaces de hacerlo- de que están fallando en algo y que de una manera aprenden y de que de otra manera no aprenden, ellos cuando se dan cuenta que están aprendiendo se auto motivan y ahí debe ser reforzado.
La función de los padres es  dar protección a sus hijos, en todas las áreas que esto implica. En este sentido si un hijo presenta una debilidad, un error, ellos deben de darles fuerzas y no incriminarles sus errores, protegerlos emocionalmente no significa que deban  aislarlos de los problemas, sino  enseñarles a enfrentarlos.

FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...