En el manual de enfermedades
del aborigen de Lauro Hinostroza, hay una que le llaman munay o del gusto
reprimido. También llamada enfermedad del avaro. Los campesinos creen que se origina en el antojo
de alguna comida o bebida. Este síndrome puede darse en circunstancias en que
se asiste a ferias o festivales que se da en diferentes comunidades, o en la
misma comunidad. Es entonces que la persona ve comida y bebidas diferentes a su
medio cultural y se le antoja comer y beber, pero como no tiene dinero, y en
esas ferias que asiste, no existe el intercambio o trueque del que están acostumbrados,
no queda más que el munay o reprimirse el gusto. La cosa empeora si en esas
ferias que asiste el campesino no se da los intercambios ni la ofrenda de
alimentos. Decepcionado el campesino va por el camino del munay o la
insatisfacción de comer.
La persona puede
presentar diarreas, angustia o jacapakuy y se le va el apetito por varios días.
La “curación” se da cuando la persona come lo
que se antojo en su oportunidad y no se le dio. Se prevé este síndrome
fomentando la reciprocidad en la entrega de alimentos, repartiendo las comidas
en las ferias y dar de comer a aquella persona que ha sentido el olor de la
comida para que “no se quede con el antojo”.
No existe la
equivalencia, o no figura síndromes relacionados en el CIE 10. Para la medicina
no hay explicación valida. Sin embargo el munay tiene una interpretación económica
social en la repartición de alimentos en la comunidad. En lo económico, el
campesino piensa que en la producción de alimentos y en la crianza de animales
participan en el grupo todos los miembros y por esta razón todos deben de gozar
de su preparación en la cocina. Y en lo social, a los miembros que después de
haberse aprovechado del trabajo colectivo esconde, guarda y no comparte el producto
se le llama maqlla o tikti. Entonces cuando llaman a alguien bajo esa palabra,
saben que priva del producto a la comunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
haz tu comentario aqui