En artículos
anteriores hemos hablado de los espacios en la pareja y el papel del terapeuta
conductual en el tratamiento de pareja, ahora quiero especificar y centrarme en
la técnica por excelencia del análisis conductual dentro de la intervención a problemas
de pareja: el reforzamiento positivo.
Como
reforzamiento positivo entendemos lo que ocurre después de emitida la conducta
y que causa que la probabilidad que esa conducta se repita en el futuro aumente,
generalmente lo que ocurre después de la conducta debe ser algo agradable ya
sea en términos físicos, social, emocional etc.
Las parejas
deben entender que el reforzamiento positivo funciona de forma singular por
cada persona, lo que para unos es reforzante para otros no lo es, hasta puede
llegar a ser aversivo. En otras palabras, lo reforzante y agradable lo dice el
que recibe no el que lo da, dicho sea de paso esto funciona igual para el
castigo, lo que se cree que ha sido un castigo para el que lo da, tal vez para
el que lo recibe no lo es.
Otra cosa
que debemos entender las parejas es que el valor reforzante de un estímulo
depende del contexto, varia, cambia, lo que en un momento es agradable talvez
en otro momento no lo es.
Otra
cosa es que debe ser aplicado o dado inmediatamente después de la conducta.
Lo
que realmente se debe entrenar a las parejas que llegan a consulta es “reforzar”
la conducta del cónyuge, no estamos acostumbrado a agradecer cuando nuestras
parejas hacen algo agradable a nosotros, creemos que es su obligación y que
siempre deben hacerlo incluso cuando estén cansados o agotados y la otra pareja
no se siente obligada a agradecer esa conducta, resultado: agotamiento, extinción,
desidia, costumbre, monotonía hasta perdida del amor.
¿Cómo
reforzar? La pareja puede reforzar con algunos estímulos como cariños físicos y
verbales, caricias, comunicación de lo que se siente, aprobaciones, cooperación,
comprensión, compartir. Los operadores del tratamiento deben seguir los
procedimientos para cambiar los reforzadores dados por reforzadores naturales,
es decir los reforzadores producido por la propia conducta.
No
olvidemos que:
Las
conductas que aprendemos en la relación de pareja son aprendidas.
Así
como se aprenden se pueden desaprender..
Toda relación
de pareja es mejorable.
La relación
de pareja se construye, no se deja al azar que “ocurra”.
Las
parejas deben y tiene que “educarse”.
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